Sucederá a Horacio Cartes

El nuevo presidente de Paraguay asume entre desconcierto y protestas

Se convertirá en el noveno presidente constitucional desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989 y en el número 50 en la historia política del país. Mauricio Macri y seis primeros mandatarios más participarán de la ceremonia.

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El nuevo presidente de Paraguay, Mario Abdo Benitez, junto a su esposa Silvana López Moreira.

Foto: DPA

 

Carlos Castillos - DPA

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En medio de un clima de incertidumbre y protestas populares tomará posesión de su cargo este miércoles el nuevo presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien sucede en el poder tras cinco años a Horacio Cartes

Siete presidentes y cien delegaciones oficiales extranjeras participarán en los actos que se prolongarán durante todo el día.

Abdo Benítez se convertirá en el noveno presidente constitucional desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989 y en el número 50 en la historia política del país.

El nuevo mandatario, de 47 años, es también empresario del sector de la construcción. Para diferenciarlo de su padre, quien fue secretario privado de Stroessner, es conocido popularmente como “Marito”.

Los mandatarios que confirmaron su asistencia a la toma de posesión son Mauricio Macri, de Argentina; Michael Temer, de Brasil; Evo Morales, de Bolivia; Iván Duque, de Colombia; Jimmy Morales, de Guatemala; Tabaré Vázquez, de Uruguay; y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.

También asistirán las vicepresidentas de Ecuador, María Alejandra Vicuña, y de Honduras, Olga Alvarado y delegaciones oficiales compuestas por ministros, presidentes de organismos multilaterales y parlamentarios de otros países.

La administración de Cartes sostiene que deja un país con buen desempeño económico y una política fiscal de mercado abierto, caracterizada por su baja presión tributaria y una política de fuerte impulso a las inversiones en un marco de responsabilidad de las finanzas públicas.

Sin embargo, desde la oposición política y organizaciones populares se cuestionanla falta de decisión a la hora de combatir la corrupción, la inseguridad y la guerrilla que opera en el norte del país y que Cartes prometió eliminar, hace cinco años, pero sin resultados positivos.

Ado Benítez afirma que durante su gobierno mantendrá una macroeconomía estable, invirtiendo fuertemente en obras de infraestructura pero reformulando la configuración de la gestión pública para impactar en el índice de desarrollo humano. “Crecimiento económico sin reducción de la pobreza no es suficiente para Paraguay” fue su afirmación durante la campaña electoral.

El analista político Horacio Galeano Perrone vaticinó un futuro incierto para el flamante presidente, que asume este desafío de administrar el país, pero que “no tiene un modelo de gestión claro y tampoco elige correctamente a los miembros de su gabinete”.

“La avalancha de problemas incluirá grandes conflictos sociales, económicos y políticos”, vaticinó Galeano, aunque las protestas y reclamos ya se suceden día a día, con “escraches” a políticos y funcionarios de Gobierno, acusados de actos de corrupción, y periódicos “campamentos” indígenas y de campesinos en el centro de Asunción por reclamos puntuales de tierra y mejores condiciones de vida.

En lo político, Abdo Benítez deberá enfrentar una complicada situación interna en el conservador Partido Colorado, debido al distanciamiento del movimiento de Horacio Cartes y las dificultades para acordar con el opositor Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), de centroderecha, que está dividido en un grupo que lo apoyaría y otro que lo enfrenta.

Los actos protocolares del miércoles comenzarán con una sesión solemne del Congreso bicameral y continuarán con el juramento de las nuevas autoridades en la explanada del palacio de gobierno, previa lectura del acta de proclamación.

A media mañana, Abdo Benítez pronunciará su primer discurso como presidente y los actos continuarán hasta la tarde cuando se clausurarán con un desfile militar y policial en hwomenaje a los mandatarios presentes y a los 481 años de fundación de la ciudad de Asunción, capital de Paraguay, que se cumplen ese mismo día.

El país sudamericano tiene una población de casi siete millones de habitantes, alrededor del 30 por ciento de los cuales vive en la pobreza o extrema pobreza. Paraguay es uno de los mayores productores de cannabis del mundo y el cuarto exportador de soja. Es además, junto a Argentina, Brasil y Uruguay, socio fundador del bloque de integración regional Mercosur.

“Marito”, el presidente que busca desmarcarse de la dictadura

(Ivonne Jeannot y Carlos Castillos - DPA) En la calle y en los medios lo llaman “Marito” para diferenciarlo de su padre, el secretario privado del dictador Alfredo Stroessner quien gobernó con mano dura entre 1954 y 1989. Mario Abdo Benítez, el nuevo presidente de Paraguay, asumirá mañana, en medio de un clima encrespado por los numerosos casos de corrupción que se destaparon en las últimas semanas. El joven dirigente, que en noviembre cumplirá 47 años, prometió liderar un proceso de fortalecimiento institucional que respetará y que intentará inaugurar una nueva etapa en la vida democrática del país sudamericano. Abdo Benítez heredó de su padre el nombre, pero también una cuantiosa fortuna y el lastre de un sangriento período histórico del cual nunca logró, o quiso, despegarse por completo.

El Gobierno de Stroessner “dejó las bases de las grandes infraestructuras que hasta hoy tiene el pueblo paraguayo”, declaró alguna vez refiriéndose a un período histórico marcado por crímenes de lesa humanidad, como torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, violaciones, persecuciones y encarcelamiento de inocentes.

“Marito” aclaró durante la campaña electoral del año pasado que no está de acuerdo con la violación de los derechos humanos. Antes de votar, en abril, reiteró que nadie puede dudar de su compromiso con la democracia y anunció que visitaría ese mismo día la tumba de su padre, en un hecho que no careció de peso simbólico. Presidente por la gubernamental y conservadora Asociación Nacional RepublicanaPartido Colorado (ANR), Abdo estudió marketing político en Estados Unidos y en Paraguay recibió una formación militar que culminó con los títulos de subteniente de aviación de reserva y paracaidista. Luego dividió su vida entre la militancia y los negocios.

En política incursionó cuando tenía 33 años. Llegó a ser vicepresidente del Partido Colorado y presidente del Senado y desde allí construyó la disidencia interna que le terminó por arrebatar la mayoría partidaria al movimiento Honor Colorado (HC) que encabeza el presidente saliente Horacio Cartes.

Tras las elecciones emergieron las discrepancias entre los dos dirigentes “colorados” y hasta se llegó a difundir en medios locales en la última semana que Cartes no asistiría a la transmisión del mando, lo que fue posteriormente desmentido por sus portavoces.

Como empresario, Abdo pudo mantener aquella vieja fortuna de su padre, dirigiendo dos empresas vinculadas al sector de la construcción, que obtuvieron contratos con Gobiernos regionales de tinte colorado.