En la noche del domingo
En la noche del domingo
“Su” y Verónica Castro: dos potencias se saludan
Tras su paso por Fuerte Apache junto a Carlos Tévez, la diva argentina viajó a Acapulco junto a su hija, Mercedes Sarrabayrouse, y vivió unos días increíbles junto a su gran amiga: practicaron tirolesa, nadaron en mar abierto, cantaron en un karaoke, degustaron tequila y tuvieron charlas íntimas en el living de la imponente propiedad de la estrella mexicana.

Verónica le agradeció en su cuenta de Twitter la visita a su amiga argentina
Foto: Twitter Verónica Castro Oficial
Redacción de El Litoral
Este domingo Telefe puso al aire el desopilante encuentro entre Susana Giménez y Verónica Castro en el marco de los especiales que la diva realiza en 2018. Susana Giménez presentó su segundo gran especial del año: viajó a Acapulco para visitar a su gran amiga Verónica Castro, en lo que fue un programa lleno de anécdotas, risas y aventuras.
La diva argentina llegó a Acapulco junto a su hija Mercedes Sarrabayrouse y “La Chaparrita” las recibió con los brazos abiertos. Acto seguido, les mostró su impresionante casa.
Además de la risa, Susana y Verónica tuvieron un mano a mano donde la artista mexicana habló de la pero época de su infancia, donde pasó hambre a tal punto que tuvo que comer del piso. “Fue fuerte. Por eso cuando alguien, algún político me habla de hambre, me pongo muy brava. Hay que sentir el hambre para poder hablar sobre eso”, dijo “La Chaparrita”.
Aventuras
Mientras tomaban unas piñas coladas, la diva mexicana les mostró las habitaciones donde se quedarían, aunque las mismas tenían un particular nombre. “Te voy a mostrar tu habitación, la concha grande, porque después hay pequeñita. No es una concha chiquita, es una concha lindaà más chica que la tuya”, arrancó diciendo Verónica ante una Susana que no podía parar de reír.
Después de tomar todas las precauciones, Susana y Verónica ambas se arrojaron al vacío con una tirolesa y mostraron una panorámica increíble. “¡Tenemos que atravesar el mar, Vero!”, gritó Susana. “Pero no te va a pasar nada, ¡sabés nadar perfecto!”, le respondió Verónica emocionada por compartir la aventura con su amiga. “¡Parecés un astronauta!”, le tiró la rubia al ver a la diva mexicana con el casco. “Wowww, ¡Dios mío por favor!”, se la escuchó decir a Susana ya en el aire.
Con la noche y algunos tragos encima, las divas se dispusieron a seguir disfrutando ¡y sonaron los mariachis! Juntas entonaron “Me cansé de rogarle” del recordado Pedro Infante. La fiesta siguió con un karaoke, y las divas de américa entonaron juntas, previos tequilitas, “Rata de dos patas”, de Paquita la del Barrio. Susana y Verónica terminaron cantando “El Rey”, sumándose a la fiebre por Luis Miguel.
Cambios
En una de esas charlas, la diva le confesó a Castro que dejó el alcohol porque en una ocasión se sintió mal después de tomar. “Hace tres meses que no tomo. Tres meses y un poco más. Ni una gota, eh. Un día me sentí muy mal después de tomar y lo dejé”, aseguró.
Sin embargo, unos minutos después, en el programa especial junto a Verónica Castro, la diva se dio un gusto y realizó una degustación de tequila y otros tragos tradicionales de México.
Castro, por su parte, le contó que dejó de fumar: “De todas formas tenía la tentación de tener algo en la mano. Entonces empecé a fumar puros: hace falta el olor del tabaco, que huele tan rico. El puro lo hueles, lo prendes pero no lo puedes tragar”.
Mecha conducción
Uno de los momentos más destacados de la visita de Susana Giménez a la casa de Verónica Castro en Acapulco, México, estuvo protagonizado por Mercedes Sarrabayrouse. La hija de la diva, que no se suele mostrar frente a las cámaras, se animó a entrevistar a la conductora y su amiga.
Relajadas en una piscina, con un trago en mano y ante un imponente paisaje, Susana y Verónica respondieron todo lo que les preguntó Mecha. Y una de las consignas fue muy íntima.
“Para que un hombre sea un buen amante tiene que...”, indagó Mercedes, para que su madre y su amiga completaran la frase. Susana, fiel a su estilo, respondió sin pelos en la lengua: ‘¡Hacer jueguitos previos!”.
“¡Ay, mamá!”, exclamó su hija, un tanto intimidada. Entre risas, Verónica agregó, sin dar mayores detalles: “Claro, Mecha. Si no se pone... ¡Nada! Ya entendieron, ¿para qué les digo?”.