Peisadillas

Prole - hijitos/as

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Carlos Mario Peisojovich (el Peiso)

Me soné soñando acomodado en un diván; caóticas, mis ideas sobrevolaban mi inerte y adormilado cuerpo soñante... circunstancialmente estos delirios peisonales y transferibles son recurrentes y los eruditos y estudiosos de la materia, sin sustancia, remitían a los seguidores de Lacan o a los perseguidos y culposos freudianos, donde empezaban a encontrar razones a la sinrazón, “es razonable” le digo a mi terapeuta y pongo cara de inteligente, sonrisa de rictus giocondesco con cara de poster de político en campaña (esos que después se ríen con estentóreas carcajadas, jóvenes y garca-ajados). Fijamente clavo mis aletargados ojos risueños y somnolientos, repletos de sustancia onírica para espetarle: “mi vida es sueño”, y caen las letras como en la Matrix los versos de Segismundo en la obra de Calderón de la Barca. “Yo sueño que estoy aquí de estas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Hay sueños que se hacen realidad, hay sueños que se pierden en la nada, otros que sueñan con todo y también sueños que se rompen; ésos, los sueños rotos, se reemplazan por otros sueños, porque como todos sabemos, soñar no cuesta nada. También existen sueños que se ponen de moda, sin saber que no hay nada que pase más rápido de moda que la moda misma, como lo inmortalizó Coco Chanel, las modas pasan, los sueños quedan. Muchas mujeres monas, casadas o en pareja con los prolijitos, orondas caminan con su chaqueta Chanel y sus jeans gastados, ellas son Pro-Lee-Hijitas...

Esta Peisadilla es como una prolepsis hasta aquí, que es la anticipación de algo, que entre los estoicos/as y los epicúreos/as es el conocimiento anticipado de algo. Es un pre-supuesto, por supuesto.

Ni las bombas ni los tiros, ni los enmascarados o encapuchados, los encaprichados y la señora mamá con máskara de gas, todo un gag, quizás le quedaría mejor un bozal; por otro lado la señora, ex piba, la del Ministerio de Seguridad, ésa, la del apellido de shopping cheto, culpando a siniestra, nunca a la diestra, tirando chorros de agua sin asustarse de los chorros ajenos, mucho menos de los propios; la seguridad plantando barretas berretas a descolocados periodistas; siguen edificando nuestra argentinidad al palo y a los palos por unos cuantos palos verdes que no se gastarán a futuro prometiendo los CEO, cero para todos.

Lagarde estaba serena, serena estaba Lagarde...

La bronca del puntano Alberto Rodríguez ¡Zaas! con sus diputados que dieron el quorum y él no los perdonó, tranquilamente los hubiera mandado a la Punta de los Venados. A las piñas casi se van en el recinto, a veces me pregunto por la honorabilidad de sus miembros, viendo el debate y el combate fuera de la cámara, la sesión o el round se vio suspendida por un corto lapso... se-“de Moreau” un poco. Cada uno jugó su papel en el concierto de las voces democráticas, y como últimamente nos tienen acostumbrados, terminó en papelón. Los unos y los otros no tienen remedio, ni cura, bah, algunos sí tienen cura, los demás, el pueblo, sin distinción de clases, el proletariado, la clase mediocre argenta, los piojos resucitados, a llorar a la iglesia.

A Miauricio Macriting, a la misma hora, pero por otro canal, le salía todo a pedir de Boca, unos votaban lo que quería, otros botaban la pelota para donde él quería, rico niño rico. El miércoles a la noche, Macri 2, los demás 0.

Mi terapia semanal llega al final, mi sueño se disipa ante tanta realidad alternativa que supera al más soñador de los delirantes. Los prolijitos/as están a la orden del desorden, ellos no sólo son “esmerados y cuidadosos, sino que son impertinentes, molestos y pesados”, es una de las acepciones de la Enciclopedia Salvat Barcelona - Edición de 1985. Cuando se publicaba esa edición, nuestra Argentina volvía a nacer a la democracia, aun no caminaba, gateaba...

¿Cuántas vidas nos quedan?