Época de cambio en la relación de los vivos con sus deudos

“Tras mi muerte, quiero ser cenizas”: se podrá expresar voluntad de ser cremado

El Concejo determinó que cualquier persona está habilitada a dar “manifestaciones de voluntad” expresas para ser cremada tras su fallecimiento. Y estableció “bonificaciones” en el costo del servicio de incineración. En 2017, subió 50 % la cantidad de cremaciones en la ciudad, tendencia que se mantuvo en 2018.

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En la Basílica de Guadalupe, familiares depositan cenizas de deudos en el cinerario. Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

 

Luciano Andreychuk

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La muerte ha sido un tema que ha inquietado a los filósofos desde la Antigüedad. La finitud inevitable de la existencia humana ocupó rollos de papiros, miles páginas y, así como a principios del siglo pasado los vivos fotografiaban a sus deudos muertos para “conservarlos” y darles trascendencia espiritual, hoy la antropología cultural y la sociología están mostrando una nueva relación entre los vivos con los muertos: hay una tendencia a desprenderlos hacia la ceniza, dejarlos ir así, reducidos en un cinerario o esparcidos en un lugar especial.

Bárbara Martínez, doctora en Ciencias Antropológicas, directora del Equipo de Investigaciones sobre la Muerte y el Morir de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e investigadora del Conicet, fue entrevistada por El Litoral en agosto pasado. La experta dio algunas explicaciones de este cambio en los ritos mortuorios. “En ciudades grandes, los lazos con los muertos empiezan a volverse menos estrechos y más laxos, como el vínculo hoy entre los vivos”. Este cambio progresivo en la forma que los santafesinos se vinculan con la muerte “es multicausal: se cruzan factores religiosos, culturales, sociales, económicos (del propio mercado) e históricos”, resumió.

Según registros oficiales, en 2017 fallecieron en la ciudad capital 3.757 personas. De ese total, el 51 % de los restos fue a reducción por cremación. La tendencia se mantiene en 2018. En años anteriores, las cremaciones eran cercanas al 40 %. Y desde el Concejo, Carlos Suárez (UCR-Cambiemos) atendió este cambio epocal y propuso una ordenanza afín, fue sancionada por unanimidad.

Manifestación voluntaria

Primer cambio introducido: en la ciudad, el Ejecutivo ahora está autorizado a recibir “manifestaciones voluntarias expresas, con el carácter de declaración jurada, de personas que exterioricen su voluntad de ser cremadas”. Estas personas, que declaren voluntariamente su deseo de ser cremadas tras su fallecimiento, “deberán abonar como derecho de utilización futura del horno crematorio municipal el 90 % del monto previsto como derecho de cremación de cadáver o resto”.

Ese derecho al que se alude está fijado en la Ordenanza Tributaria Municipal (artículo 18), modificada a finales de 2017, y su monto actual es de 1.760 pesos por cremación de cadáver o resto. Entonces, quien exprese su voluntad de ser cremado, podrá ir a la Necrópolis local, declarar ese deseo y pagar 1.584 pesos (aquel 90 %, o sea, un monto menor). Esa persona queda registrada y una vez llegado su fallecimiento, se asegura el servicio de horno crematorio.

“Bonificaciones”

Pero además, la ordenanza sancionada incorpora en ese mismo artículo otros dos incisos, que pretenden “bonificar” o economizar los montos por cremación en aquellos casos en que se solicite ese servicio mortuorio para más de un resto. Si un contribuyente pide la cremación por un segundo deudo abonará 1.320 pesos; y si la solicita por un tercer deudo o más, pagará 820 pesos. “La bonificación escalonada la calculamos en aproximadamente un 80 %”, dijo Suárez en diálogo con El Litoral.

También se establecen nuevas tasas en casos de exhumación por traslado interno o fuera del Cementerio Municipal, o por reducción; colocación de urnas en nichos ya ocupados o mausoleos en tierra; traslado de cadáveres o restos fuera del Cementerio, y permisos para depositar cenizas en el cinerario municipal.

En 1983, la Iglesia Católica —que durante mucho tiempo prohibió la cremación, salvo circunstancias excepcionales como epidemias— dio un giro. Tras una modificación del Código de Derecho Canónico, la institución se volvió más permisiva con la cremación. Aunque no la sugiere ni la promueve, no la sanciona. Son varias las iglesias de Santa Fe que tienen cinerarios, lugares asignados para depositar las cenizas de los feligreses difuntos, entre ellas la Basílica de Guadalupe.

La muerte, tema tabú y siempre incómodo

“La ordenanza habilita la posibilidad para cualquier persona de que, estando en vida, haga una manifestación de voluntad de su deseo de ser cremada. Es un tema incómodo y todavía tabú al momento de hablarlo, lo sé: la muerte es difícil de hablar en el seno familiar, por ejemplo. Pero es un lugar hacia donde todos vamos inevitablemente”, declaró a este medio Carlos Suárez, que impulsó la ordenanza.

Sin embargo, si alguien tiene la decisión tomada de que quiere ser cremado tras su deceso, “puede acercarse al Cementerio, expresar su voluntad, abonar ese 90 % del costo del servicio de cremación actual (un costo menor al derecho actual). Así, esa persona queda registrada. Llegado el caso de su deceso, los familiares saben a qué atenerse si es que no fue charlado oportunamente en el seno familiar”, agregó.

“En el caso de que una persona se acerque ya sea porque tiene un familiar fallecido recientemente o porque los restos de sus deudos descansan desde hace tiempo en el Cementerio Municipal y quiere acceder al servicio de cremación, cuando hay más de una cremación solicitada se disminuirán los costos”, precisó.

Para Suárez, la ordenanza apunta, primero, a facilitar el acceso a quienes desean expresamente hacer uso del proceso de reducción de restos por incineración; y segundo, que el cementerio irá liberando sus espacios para nichos”.

“La gente cada vez más elige esta modalidad, y cada vez menos las sepulturas en nichos o en tierra. Está cambiando la lógica de vincularnos con nuestros seres queridos fallecidos”, añadió. De todos modos, la ordenanza respeta la decisión íntima de cada persona de elegir adónde y cómo descansarán sus restos, como ser sepultado.