Primeras estimaciones

Empieza a tomar forma el daño de las inundaciones

Desde Coninagro analizaron el impacto en las provincias afectadas y calcularon que 6,5 millones de toneladas de soja estarían en riesgo. De perderse, el sector podría facturar 2.200 millones de dólares menos. En la provincia Carsfe criticó la falta de políticas de estado para prevenir estos perjuicios.

missing image file

Peligro. Serían 2,2 M las hectáreas implantadas que estiman en condiciones regulares a malas, en las que 500 mil ha están muy comprometidas por los excesos hídricos.

Foto: Rubén Walter

 

Campolitoral

[email protected]

En base a un relevamiento entre sus consejeros en las zonas inundadas, Coninagro lanzó esta semana la primera estimación del impacto económico que podría alcanzar la catástrofe climática que azota Chaco, Santiago del Estero, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y provincia de Buenos Aires.

Desde la entidad cooperativista, firmaron que las excesivas lluvias inciden en la siembras y resiembras en un momento clave para el campo, los terrenos están inundados incluso con máquinas y tractores en su interior. En el caso de la soja, las lluvias elevan a 2,2 M las hectáreas implantadas que estiman en condiciones regulares a malas, en las que 500 mil ha están muy comprometidas por los excesos hídricos.

La superficie inundada en Santa Fe es de aproximadamente 3 millones de hectáreas según datos del Centro Regional de INTA de esa provincia. Los campos se encuentran con más de 30 centímetros de agua. En algunos sectores prácticamente se descuentan pérdidas cercanas al 100%.

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante los últimos días se ha incrementado la proporción de área en condición de exceso hídrico, estimada en un 13,8 % del total de la soja sembrada, generando pérdidas en La Pampa, Centro de Buenos Aires, Entre Ríos, CentroNorte de Santa Fe y sectores del NEA.

“En las regiones más norteñas, donde la ventana de siembra se extiende hasta finales de enero, si el clima lo permite hay chances de resembrar parte del área perdida, pero hacia el sur del área agrícola en donde la ventana de siembra está finalizando, es probable que una buena proporción de los cuadros que no logren recuperarse queden fuera de campana” según el informe de la Bolsa de Cereales.

Otros datos de la Bolsa de Santa Fe indican que los excesos hídricos, particularmente en el departamento 9 de Julio, centro-sur del distrito Los Saladillos, distritos Santa Margarita, Villa Minetti, San Bernardo y centro-sur del distrito Gato Colorado constituyeron, hasta la fecha, el área con mayor impacto y con consecuencias directas en los sistemas productivos que se desarrollaban en áreas rurales y también en áreas urbanas. Situación que con el transcurso de los días, dicho volumen de agua afectaría los distritos del departamento Vera, área deprimida denominada bajos submeridionales y que posteriormente cubriría el valle de inundación de la cuenca media y baja del río Salado.

Para el Área de Economía de Coninagro tomando de base el 13,8% de superficie afectada, representaría 2,4 millones de hectáreas, un equivalente a 6,5 millones de toneladas, que de no darse, restaría la facturación del sector en 2.200 millones de dólares (340 dólares FOB la tonelada). Sin embargo, sería temprano para hacer estimaciones con impacto económico teniendo en cuenta con los pronósticos no son alentadores en cuanto al tiempo en las zonas afectadas y que hay lotes que pueden recuperarse.

Con la emergencia no alcanza

“La realidad demuestra que lo efectuado hasta el momento es escaso, o no ha producido el efecto deseado”, resumió Carsfe sobre las acciones del Estado provincial para prevenir la crisis hídrica que arrasa buena parte del norte santafesino.

En un comunicado, bajo el título “La cuestión hídrica debe ser una auténtica política de estado”, la entidad plantea un extenso análisis de la situación, en el que incluye la recurrencia de contingencias climáticas, advertencias formuladas a los funcionarios y deficitarias acciones de gobierno.

Tras una breve descripción geográfica e hidrológica del territorio, los ruralistas sostienen que “una genuina política de Estado” debería implicar “de manera imperiosa” desarrollar y ejecutar un plan hídrico sistémico en función de las macro cuencas. “Desde Carsfe se ha insistido con esta demanda durante años, y hasta el momento se desconocen los planes directores para cada macro cuenca”.

A su vez, detallan mecanismos gubernamentales estériles relacionados con la cuestión. “Una política de estado seria y efectiva en materia hídrica implica actualizar las herramientas existentes, hoy totalmente obsoletas”. En el listado se incluye: la declaración de Emergencia Agropecuaria, “una aspirina para un enfermo en terapia intensiva”; la infraestructura hídrica y vial, que requiere modernizarse con urgencia, “tarea que los legisladores omiten abordar”; el sistema de tasa rural, que “en algunas comunas se aplican discrecionalmente tasas abusivas y seguimos con caminos en estado deplorable”; y los Comité de Cuencas, “cuya ley tiene más de 30 años, y que en vez de actuar sobre cuencas hídricas actúan sobre distritos”.

Ya está el decreto

El gobierno de la provincia de Santa Fe, a través del decreto Nº 0047 firmado por el gobernador Miguel Lifschitz, declaró zona de desastre agropecuario desde el 1 de enero de 2019 hasta el 31 de agosto de 2019 a todas las explotaciones agropecuarias afectadas por los excesos de precipitaciones y anegamientos que se encuentren ubicadas en los distritos de los departamentos 9 de Julio, Vera y General Obligado, así como también a las que se encuentran ubicadas en los distritos de Romang y Colonia Durán pertenecientes al departamento San Javier.