Socio cruel

La catástrofe hídrica que sacude varias provincias reavivó la sensación entre los productores de estar siendo saqueados. Redes sociales mediante, se multiplicaron las quejas de quienes se sacrifican a cambio de nada.

Juan Manuel Fernández

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El avance tecnológico es vertiginoso. Tanto que en las últimas catástrofes, no hace tanto tiempo, no se veía la profusión de imágenes y videos que saturaron pantallas durante las últimas semanas, mostrando cultivos tapados por el agua, herramientas empantanadas, diluvios interminables, vecinos trabajando a brazo partido para sostener una defensa, panorámicas de drones en 360º que dan un tono oceánico a las angustias. Para muchos productores y pobladores, una oportunidad única para hacerse visibles. Especialmente esta vez, que el cataclismo ocurre a cientos de kilómetros de las grandes capitales.

Haciendo uso de estos fenomenales canales, especialmente Whatsapp, también se propagaron viejos reclamos del sector, especialmente la bronca de ser la gallina de los huevos de oro de la clase política sin recibir nada a cambio. Lo nuevo fue la escenografía sobre la que se recitó este antiguo mantra. El caso más difundido se inició con una nota de Canal Rural a un agricultor chaqueño. Embarrado, las manos engrasadas, las prendas ajadas, la visera de la gorra apunando al cielo y de fondo un lote de girasol con medio metro de agua. Tímidamente, con su pequeño hijo a un lado, inicia el relato de las complicaciones en el campo y de a poco, a medida que enumera tasas, impuestos, obras inexistentes y obligaciones a las que lo somete el Estado va subiendo el tono. “Esos señores -dice sobre los gobernantes- no aparece ninguno ahora, porque esos son socios nuestros en las buenas pero en las malas no aparece nadie; ese es el gobierno que tenemos”.

Del mismo tenor fueron los planteos que se hicieron a funcionarios santafesinos en una reunión en Villa Ocampo organizada por la Asociación para el Desarrollo y el Centro Comercial. Y algo parecido le dijeron en Vera a la Ministra de la Producción en un encuentro en la Sociedad Rural. El denominador común: bronca por verse saqueados con infinidad de obligaciones tributarias a cambio de nada; ni un puente, ni un camino, ni una ruta, ni un canal. Y por tomar consciencia de que cada vez es más difícil producir, mientras los que se la gastan con suerte aparecen de vez en cuando, a la hora de votar, para la foto de rigor.