El Litoral junto a la Selección y el “10”
Madrid enamora y Messi se enamora de Argentina
Después de casi un embarazo de ausencia, Lionel Messi volvió a la Selección. El Rey de Barcelona estará este viernes en el Wanda ante Venezuela.
Irremplazable. Messi, la “10” celeste y blanca, la cinta de capitán, la alegría en su rostro y el fútbol argentino que corre junto a sus pies.
Foto: Archivo
Darío Pignata
(Enviado Especial a Madrid, España)
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“Vamos a caminar por el Retiro... vamos que hoy en Madrid hay rico frío... Vamos que estoy ansioso por jugar y hablar contigo”, canta el rosarino Fito Páez. La letra, de finales de los 90, es del tema “Tu sonrisa inolvidable”. Y cuenta la historia de un tipo que se debe exiliar (como tantos argentinos en España) y se enamora de una piba, pero cuando están a punto del beso... se tiene que ir. Se encuentran 30 años más tarde en Madrid y él le cuenta que estaba enamorado de ella.
Enamora Madrid, en cada calle, en cada esquina, en cada plaza. Madrid es el Palacio Real, es el casco antiguo de Plaza Mayor, es la foto obligada en la Puerta del Sol (según el diario El País la primera toma es un daguerrotipo entre 1840 y 1850), es el paseo verde del Parque El Retiro que nombra Fito en su canción. Madrid es El Prado, el Palacio de la Moncloa, la Puerta de Alcalá y la Fuente de Cibeles. Pero Madrid es, también, ese templo llamado Santiago Bernabeu. Esa casa blanca que tantas veces usó el negro de luto por culpa de este chico. Con algo de pibe y mucho de chaval, Lionel Messi es definitivamente... “El puto amo” como reconocen los españoles futboleros. En Barcelona lo aman, en esta Madrid lo sufren.
“Vamos que se agradece tu elegancia... tus ojos trashumantes, tu fragancia. Vamos y no le demos tanta importancia. Vamos al sol así por Castellana, que nos abrigue el cielo y la mañana”, canta Fito cuando su piano habla.
Esa elegancia, con la “10” en la espalda, enamora tanto como Madrid a cualquiera. Messi vuelve porque quiere volver. Ya no tiene amigos, ya no habrá plata en ningún lado más que en Barcelona, ya quedó claro que no necesita demostrar nada. Un título de FIFA con Argentina —sea en Qatar, en Macondo o en Kamchatka— no lo hará el mejor jugador del mundo. Ya lo es, sin dudas. En todo caso, en un país muchas veces tóxico y autodestructivo, hará que la Copa FIFA “lo iguale a Maradona”. Argumento de gilipollas.
Ni Pelé ni Diego lograron soportar la presión de ser el número 1 durante tantos años en el mejor fútbol del mundo. De Pelé y Diego para abajo, cualquiera.
Después de casi un embarazo (ocho meses y pico de ese último partido con Francia), Messi vuelve a enamorarse de la “10” y de la Argentina.
Soy crítico de muchas cosas del actual presidente de la AFA, pero sin dudas que éste —el retorno de Messi a la Selección— es el as de espadas de “Chiqui” Tapia. Sabe cómo hablarle. Y sabe cómo escucharle. Además, le da los tiempos para que maneje el reloj con la misma comodidad que maneja la pelota.
Era obvio que, si se jugaba en Madrid, la casa del “10” era el Wanda y no el Bernabeu. La explicación es más fácil que la tabla del 1.
Llega en uno de sus tantos mejores momentos: a punto de liquidar la Liga, festejó el famoso hat-trick número 45 con el Barsa (se mandó otros 6 con la Selección), tiene 29 gritos, superó la marca de Xavi para consagrarse con 477 triunfos como el jugador más ganador del Barcelona. Y, de paso, se subió al podio de jugadores con más triunfos en España, detrás de Iker Casillas y Andori Zubizarreta. En cualquier comparación, Messi siempre utilizó menos partidos para llegar a esas marcas.
Un dato más: se encamina a otro “Pichichi” como goleador, con lo cual desplazaría con seis a un tal Alfredo Di Stéfano y a otro tal Hugo Sánchez (también tiene la misma marca Enrique Castro), por lo que alcanzaría al histórico Telmo Zarra. Todo eso con 31 de mano.
Vuelve Messi, enamorado de la “10” de Argentina. Messi se enamora de la Selección como uno se enamora de esta Madrid con rico frío.
“Algo quedó pendiente aquella vez... algo que no se explica con palabras. Sigo sobre la idea del destino, con las mil y una noches no termino”, recuerda Fito.
Está de vuelta El Puto Amo, algo de pibe rosarino y mucho de chaval en Barcelona. Las estadísticas hablan casi siempre en esto del fútbol. Pero a veces, enamoran otras cosas: los hinchas del Betis, doloridos y goleados por el 1-4 del Barcelona, corearon su nombre y lo despidieron de pie. Con aplausos. Como en el teatro. Eso no irá nunca a parar a Guinness.
“Vamos que se agradece tu elegancia”. Gracias Fito. Gracias Messi.