Lucas Simoniello

“Santa Fe debe tener una tarifa de colectivos transparente”

El candidato a concejal afirma que es fundamental saber “qué se paga” cuando se abona un boleto, para así fijar tarifas “transparentes, justas y razonables”. “Si el transporte público no tiene usuarios satisfechos, no funciona como un verdadero servicio público”, afirmó.

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Costos. El boleto saltó de $9.60 a $21,50 entre diciembre de 2017 y enero de 2019.

Foto: Mauricio Garín.

 

Durante el 2018 los santafesinos sintieron varios golpes al bolsillo producto de diferentes aumentos. En el caso del boleto de colectivos, de costar en diciembre de 2017 $9.60 pasó a $21,50 en enero de 2019. “Producto de quitas de subsidios del gobierno nacional al boleto, inflación, aumentos de salarios de choferes y requisitos de la empresa que maneja el servicio, la tarifa sufrió un aumento superior al 100% en un año, cuando la inflación fue de la mitad o un poco más, y el incremento promedio de los sueldos ni se acercó a esos porcentajes”, explicó el precandidato a concejal por el Frente Progresista Lucas Simoniello.

“Independientemente de los condicionamientos producto de las políticas nacionales, la inflación y todo lo que sufrimos y conocemos, la realidad indica que, además de contar con un sistema precario y con recorridos que no cubren toda la ciudad, no sabemos cómo se determina si el usuario tiene que pagar más o menos por subirse a un colectivo y hacer un recorrido u otro. Por esto necesitamos ordenar y transparentar la información”.

Sistema transparente

“Hay que transparentar cómo se estructura el costo del boleto. Soportamos los aumentos, pero no sabemos cómo se compone el costo en base a ítems como el precio de la unidad, el costo del combustible, el valor de los repuestos, el salario del personal según el Convenio Colectivo de UTA, los subsidios que existen o dejan de existir, y sobre todo el recorrido que realizan”, manifestó, dando el ejemplo de otras ciudades donde en el costo “se contemplan los kilómetros recorridos, pero también la cantidad promedio total de pasajeros que utiliza el servicio, y su distinción por tipos de usuarios en función del boleto que abonan”.

“¿Cómo podemos pretender un sistema justo y razonable si no es transparente?, preguntó. “Si el transporte público no tiene usuarios satisfechos, con confianza en el medio que usan, no funciona como un verdadero servicio público, y todos sabemos que el servicio prestado tiene muchas falencias, no solo en los recorridos sino en la frecuencia y en la limpieza de las unidades”.

“El objetivo central que queremos es que el usuario viaje mejor, más rápido y seguro, pero que también sepa a qué corresponde la tarifa que paga. Contamos con unidades académicas como la Facultad de Ciencias Económicas o la UTN para que puedan participar en este primer paso y de esa manera dar un primer paso para comenzar a construir un sistema de transporte por colectivos más justo, con una verdadera estructura de costos, eficiente, real, y que genere confianza en los vecinos”, finalizó.