DORA BARRANCOS

“Las mujeres son más en las áreas que tienen menores retribuciones”

Disertó en Santa Fe sobre equidad en producción y trabajo. Fuerte crítica a la gestión nacional. Respaldo a las políticas de género desarrolladas por la provincia. Y un mensaje claro para las mujeres: “No hay que bajarse del mercado laboral”.

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“Estamos ante la amenaza del exilio de jóvenes científicos y científicas del país”, advirtió Barrancos en diálogo con este diario.

Foto: Mauricio Garín.

 

Nancy Balza

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Dora Barrancos estuvo en Santa Fe y dejó a su paso una larga lista de frases y reflexiones, suficientes para generar nuevos debates y próximas conferencias. La historiadora feminista, socióloga e investigadora principal del Conicet disertó sobre la equidad de género en el mundo de la producción y el trabajo. Fue el jueves, en el Salón Blanco de Casa de Gobierno, en el marco de la actividad organizada por el Consejo Económico y Social de la provincia junto a la Subsecretaría de Políticas de Género.

Rotunda en sus definiciones, clara en la exposición y amena en el discurso, Barrancos reconoció que “Santa Fe se ha constituido como el Estado argentino que de manera más prominente ha contribuido y avanzado en materia de involucramiento en lo que concierne a mejorar las condiciones para las mujeres”. Y recibió el primero de varios aplausos de parte de un auditorio compuesto, mayoritariamente, por mujeres representantes de instituciones del trabajo, empresarias, sociales, científico tecnológicas y medios de comunicación.

Allí estuvieron el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías; las ministras de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Erica Hynes; y de Cultura, María de los Ángeles González; la subsecretaria de Desarrollo Estratégico y coordinadora ejecutiva del Consejo Económico y Social, María Paz Gutiérrez; y la subsecretaria de Políticas de Género, Gabriela Sosa, quien acompañó a la investigadora en la presentación.

Crítica de las políticas nacionales, Barrancos confió en que “haya un cambio en la conducción del rumbo del país”, con lo que cosechó nuevos aplausos, e insistió en que “hay retrocesos en derechos y reasignación de programas que han sido catastróficos”, a la vez que asimiló este momento a la situación en los ‘90”, idea que desarrolló luego en diálogo con este diario.

—¿Cuántos escalones tiene el Conicet?

—Son los siguientes: Asistente, Adjunto, Independiente, Principal y Superior. Esos son los cinco escalones.

—En la conferencia usted decía que hay un alto porcentaje de mujeres en los tres primeros.

—En el Conicet hay mayoría de mujeres y habrá que ver cuántas ingresan ahora, y la mayor parte se hospeda en Asistentes, Adjuntos e Independientes. El salto es muy severo para darlo hacia Principal y Superior.

—¿Qué es lo que impide que ese salto se produzca?

—Primero hay problemas en la evaluación. Las evaluaciones están muy sesgadas de manera inconsciente. No digo que haya actos conscientes segregativos; por eso digo que hay segregaciones implícitas. Una mujer que ha tenido hijos y ha tenido que desempeñarse en tal o cual indispensable tarea doméstica, obviamente puede tener alguna imposibilidad de tener el número de papers que tiene un varón. El número de papers es un problema grave en la evaluación. Obviamente hay algunas comisiones y miembros de comisiones que suelen sortear esta apreciación. Los varones no tienen el mismo compromiso doméstico y reproductivo, más allá de los cambios que se están produciendo. Es una manifestación flagrante donde lo que debe observarse es la racionalidad. Porque es altamente irracional que un proceso evaluativo no tenga en cuenta las circunstancias típicas del género femenino. Hay algunas tendencias a corregir esta situación y es ahí donde el Conicet, como institución, puede estimular y crear las situaciones ambientales para estos cambios. Pero no puede entrar en la cabeza de cada evaluador y meterse a decir “esta evaluación no está fundada en razón”.

—¿Es optimista en este sentido?

—Sí, porque las científicas están cambiando y tienen una actitud diferente respecto de sí mismas de la que tenían diez años atrás. Hace 5 ó 6 años a una mujer de 55 años y más que se destacaba o hacía tareas científicas, cuando se le preguntaba si había sido discriminada, lo negaba rotundamente. No se daba cuenta. Fijate el orden de la cristalización de los valores patriarcales. Porque si manifiesta que fue discriminada, parece que hay una avería en la objetividad de la ciencia. Entonces, las mujeres prefieren mantener en clausura ese presupuesto, en el sentido de que la ciencia pierde objetividad si reconocen esa “avería”. Hoy han cambiado mucho las cosas, sobre todo las más jóvenes están claramente comprometidas en una perspectiva diferente.

—Y va a tener que ser así porque el Índice de Participación de las Mujeres en áreas de ciencia y técnica, por lo que nos contaban hace pocos días...

—... Sigue subiendo.

—Sí, pero es bajo respecto de otras áreas (N. de la R. A comienzos de marzo se presentó, también en el ámbito del Consejo Económico y Social, el Índice de Participación de las Mujeres en distintos ámbitos, incluido el científico).

—El desempeño en Stem (término que define al campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) hay una gap (brecha de género) grande. Pero podríamos decir que las áreas de conocimiento que están con mayores problemas son Matemática y Física. En las otras áreas hubo cambios notables: Biología es una disciplina que se ha llenado de mujeres en cualquiera de las ramas del saber. Las médicas tenían mejor acogida en la vida universitaria que las abogadas pero las químicas también: son egresadas históricas. Ingeniería en Alimentos tiene muchas mujeres. Ahora, Informática tiene pocas mujeres, pero ahí hay que volver a lo que dije y es que cuando una disciplina científica se envilece desde el punto de vista de la retribución se llena de mujeres. Y cuando una disciplina puede tener mayor capacidad y se puede ofrecer mayor retribución, se llena de varones. Y en Informática ocurre eso.

—¿Ahí es donde considera que tiene que intervenir el Estado; por ejemplo en la inserción de ingenieras en el mercado de trabajo?

—Ahí el Estado tiene mucho que hacer. En Europa se han dado incentivos fiscales. Entonces, puede haber un reconocimiento fiscal que a las empresas les interesa mucho. Pensemos lo siguiente: disminuye la carga impositiva a una empresa que toma más ingenieras y ahí hay un incentivo claro.

MEJOR, ACOMPAÑADAS

En entrevistas y conferencias, la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia Érica Hynes apeló a la figura de las “mentoras”, es decir, mujeres que acompañen a otras en su trayecto científico y tecnológico. No es una figura que exista en el Conicet, admitió Dora Barrancos, consultada sobre este tema. “No existe como programa pero sí hay iniciativas y reverbera cierta posibilidad. Quién sabe si cuando se restablezcan las condiciones plenas de desarrollo científico, tengamos también una posibilidad de hacer aportes a esta tarea. El mentoreo es fundamental en algunas áreas, aquellas que están más desertizadas.

—¿Cómo cuáles?

—En las ingenierías duras y las tecnologías más duras; en Física o Matemática, que es un área con un modo de producción que demanda una enorme cantidad de tiempo. La Matemática requiere aislamiento y una larga disponibilidad temporal y, a veces, es un aislamiento que significa poco tiempo para dormir. Esa sustracción de tiempo es muy poco compatible con los mandatos generalizados de nuestra sociedad que obliga a la mujer a un repliegue de estrategias de vida doméstica.

PERFIL

Reconocida escritora, docente, historiadora y socióloga feminista argentina, Dora Barrancos es especialista en perspectiva de género. Es investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y coordina la Cátedra Abierta de Género y Sexualidades de la Universidad Nacional de Quilmes.

Es autora de “Inclusión/exclusión. Historia con mujeres”, “Las mujeres y sus luchas en la historia Argentina”, y “Mujeres, entre la casa y la plaza”, entre otros títulos.

BARRANCOS DIXIT

• “Las mujeres todavía tienen inexorables peores condiciones para desempeñarse en labores que han sido muy tipificadas para varones”.

• “La perspectiva del aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral en Argentina ha sufrido un cambio, que tal vez no se perciba mucho, pero está”.

• “En los ‘90 la población económicamente activa era de alrededor del 37% y hoy estamos casi en el 48,5%. Esto quiere decir que hay un registro muy impactante de muchísima más actividad extra doméstica de las mujeres”.

• “Hay que conmover las estructuras de actividades que prefieren históricamente tener varones y esto es un presupuesto puramente ideológico, no tiene nada que ver con la calificación, las habilidades ni las destrezas humanas; tiene que ver con un dispositivo patriarcal de segregación de las mujeres a determinadas actividades y de los varones en otras”.

• “Ninguna mujer está inactiva nunca. Es un mandato de género que parece haber cambiado un poco, pero no en sectores medios y populares”.

• “La atención de la vida doméstica no tiene solución de continuidad. Hay que abandonar la presunción de que inexorablemente hay que atender todos los detalles de la casa”.

• “No hay que bajarse del mercado laboral”.

• “A la revolución todavía hay que hacerla: en el ámbito público hay cierta mejora; por ejemplo, hay un mayor número de mujeres juezas. En cambio, en la actividad privada hay muy poco número de CEOs mujeres”.

“En el ámbito científico estamos en un proceso gravísimo”

—En la conferencia comparó el momento actual con los ‘90, ¿piensa que volvimos a esa década?

—Sí, creo que estamos exactamente igual que en los ‘90.

—¿En qué?

—En todo, y lo más grave es que tenemos un deterioro institucional que no teníamos en los ‘90. Hay una circunstancia gravísima que está llegando a niveles más altos del poder. Me refiero, sobre todo, a la tentativa de manipulación -tentativa y más- en relación nada menos que con el sistema de Justicia; y eso es gravísimo. En los ‘90 hubo servilletas y demás, pero no se encontró una abdicación tan enorme en la separación de los tres poderes.

—En el ámbito científico ¿cuál es la situación?

—En el ámbito científico estamos en un proceso gravísimo. Tenemos un presupuesto en el Conicet equivalente al de 2016/2017: con eso lo digo todo. Este año hubo unos recursos para la sostenibilidad de reuniones científicas, pero el directorio había determinado en febrero que no había recursos para eso. Luego apareció un cierto refuerzo. Pero estamos con una situación gravísima de sostenibilidad de nuestras unidades ejecutoras de doble dependencia en general. Con un déficit grave de recursos para funcionamiento.

—Hace pocos días se conoció un informe sobre el programa Raíces de repatriación de científicos, y se advertía cómo algunos de ellos están volviendo a emigrar.

—Estamos frente a una grave amenaza y es, nuevamente, el exilio de jóvenes científicos y científicas de nuestro país. Es una vuelta atrás que produce mucho dolor. Se había conseguido una notable participación de recursos para la ciencia y la técnica en nuestro país y esto es indiscutible. Tan indiscutible que el ministro de Cristina Kirchner (Lino Barañao) siguió siendo ministro: lamentablemente las políticas no son las mismas. Hay una decisión política retractiva, de achicamiento del Estado y de ajuste estructural.