Venezuela

Militar opositor a Maduro murió torturado en una cárcel

Redacción El Litoral

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El capitán de corbeta venezolano Rafael Acosta Arévalo murió debido a las consecuencias de un “politraumatismo generalizado”, según el informe de la autopsia, lo que abona la tesis de que fue torturado durante su detención en una dependencia estatal.

El informe señala que la causa de la muerte fue “edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda, debido a rabdomiólisis por politraumatismo generalizado”, reveló el periodista Eligio Rojas en Twitter y recogieron numerosos medios venezolanos.

Asimismo, el cuerpo de Acosta Arévalo tenía “16 arcos costales fracturados, ocho de cada lado”, así como “fractura de tabique nasal, excoriaciones en hombros codos y rodillas”, y “hematomas en ambas extremidades”.

El funcionario exiliado agregó en su cuenta de Twitter que el militar presentaba además “lesiones (similares a latigazos) en espalda y muslos, un pie fracturado, múltiples excoriaciones y signos de pequeñas quemaduras en ambos pies (se presume electrocución)”.

Acosta Arévalo fue detenido el 21 de junio por efectivos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y alojado en dependencias de ese organismo, sospechado de haber participado de un supuesto complot denunciado por el gobierno chavista.

El viernes pasado fue presentado ante un tribunal y debido al estado que presentaba, el juez ordenó que se lo trasladara inmediatamente a un hospital militar, donde falleció.

Según su abogado, Alonso Medina Roa, Acosta Arévalo llegó al juzgado “en silla de ruedas, se le imposibilitaba el movimiento de las manos y las piernas, tenía los ojos desorbitados y simplemente pedía auxilio”.

El gobierno reconoció la muerte del oficial un día después, sostuvo que había fallecido en el tribunal, subrayó que estaba “imputado por graves actos de terrorismo, sedición y magnicidio en grado de frustración”, y aseguró que investigaría las causas del deceso.

El lunes, el Poder Judicial -bajo control del chavismo- informó en un comunicado que había ordenado la detención de dos suboficiales de la Guardia Nacional Bolivariana, de 22 y 23 años de edad, acusados de homicidio preterintencional “por su presunta vinculación en la muerte” de Acosta Arévalo.

El caso fue condenado por la oposición venezolana y el Grupo de Lima, y la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, así como numerosos gobiernos, reclamaron una investigación independiente del caso.

El diputado antichavista Miguel Pizarro pidió en Ginebra al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que investigue los casos de Acosta Arévalo y Rufo Chacón, el adolescente de 16 años que este lunes perdió los ojos tras recibir 52 balas de goma en la cara, en la represión de una protesta por falta de gas en el estado andino Táchira.