¿Vuelven las vacas a la zona núcleo?

Hacienda, la mejor cobertura

Pese a que Santa Fe es la provincia con mayor retroceso en su stock bovino, bajo ciertas circunstancias la ecuación ganadera vuelve a ser rentable. Como en el caso de los Lieber, que de a poco vuelven al planteo mixto que los vio nacer.

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Benjamín y Miguel Lieber en plena cosecha. Los materiales de maíz tardío entregaron rindes excelentes.

Fotos: Campolitoral

 

Federico Aguer

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Esta semana se dio a conocer un informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, que refleja una radiografía del retroceso de la actividad a nivel provincial. Principalmente las lluvias en Santa Fe provocaron una gran mortandad de hacienda, y se esperan menos pariciones para el 2020.

“Las existencias de ganado en Santa Fe se encuentran en disminución año a año desde 2013, en contraposición de lo que ocurre en el ámbito nacional. La principal diferencia entre la provincia y el total del país es la evolución en el número de vientres (vacas y vaquillonas), con una importante caída en la provincia, mientras que en el ámbito nacional crecen”, destaca el trabajo.

El estudio también sostiene que “las reiteradas inundaciones que vienen ocurriendo desde 2015 en los departamentos norteños colocan al sector ganadero en una situación de vulnerabilidad”. Los fenómenos climáticos han provocado pérdida de cabezas, necesidades de movimiento de hacienda y dificultades para la producción de pasturas.

Asimismo, el informe advierte sobre el peligro de que el sector ganadero entre nuevamente en un ciclo de liquidación de vientres. Sin embargo, -dice el CES- “no se han desarrollado medidas gubernamentales ni tampoco desde las entidades del sector, para evitarlo.”

Iniciativa privada

Sin embargo, en medio de este panorama, se ven signos de reactivación productiva. Como en el establecimiento “Miraflores” de la zona rural de Barrancas, donde están volviendo a apostar por la ganadería.

Según Miguel Lieber, titular de la empresa, los novillos cumplen un rol fundamental para mantener el campo productivo en invierno. Mientras cosechaban los últimos maíces tardíos, nos contó que ese lote en particular venía con antecedentes de maíz para semilleros y rygrass en el invierno y en primavera con hacienda. “Una parte fue a semilla de rygrass y se sembró el maíz, que está rindiendo entre 90 y 100 quintales. En este campo el tardío ha tenido más estabilidad que los maíces tempranos, porque el año pasado tuvimos excesos de lluvia y viento con vuelco en los maíces, pero este año no hubo excesos de humedad y no hubo vuelco”.

Lieber confiesa que el maíz de diciembre les sirve por varios motivos: “para que no se junten las cosechas de soja y de maíz (para poder trabajar en la planta de silos)”, y porque es una tecnología que crece y se va mejorando año a año; por eso la mayor parte va a maíz de segunda. “Además, la soja ya dejó de ser ‘el yuyo’ y el precio no la acompaña, por eso el maíz se ha simplificado y eso ayuda mucho”.

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Volvieron los novillos. Para este planteo, la hacienda complementa la cobertura invernal del rygrass, una pastura de muy buenos resultados para el engorde.

Volver a las fuentes

Lieber recuerda que este campo nació mixto, y que de a poco se está volviendo a esos orígenes. “Hacemos ganadería (una parte propia y otra parte de terceros) sobre rygrass en invierno, y lo propio sobre lotes de alfalfa. En sus orígenes se hacía el 30 % de ganadería, y agricultura con labranza, pero con la llegada de la Siembra Directa incorporamos el riego”, y las vacas se fueron yendo del campo. “Arrancamos con un equipo de riego chico para ver si podíamos usar la tecnología, regamos así durante dos años y luego hicimos la obra con canales a cielo abierto. Se eliminó el 100% de los alambrados y de los molinos. Pero ahora estamos volviendo a la ganadería, empujados por los precios y porque creemos que es rentable”, confiesa. “Estos lotes por exceso de humedad no se pudieron sembrar y fueron a ganadería”, admite.

En este sentido, reconoce que hay que hacer una inversión grande, pero “por suerte los tanques están intactos, aunque no podemos poner molinos porque no pasan los equipos de riego”. Miguel argumenta que esta es otra forma de aprovechar los suelos y los tiempos muertos de esos lotes. “Teníamos los suelos desnudos por mucho tiempo, y empezamos a hacer rygrass y vicia, y eso nos hizo bajar también las aplicaciones de agroquímicos”.

La idea de los Lieber es recuperar las 1.100 cabezas que tenían en el pasado, y “hoy lo podemos hacer con menos hectáreas de pasturas lo más tecnificados posible, aunque no con un feed lot, sino una pequeña terminación en el final a pasto y algo de ración. Todavía tenemos que aprender mucho en lo referente al uso de los maíces como alimento”, reconoce este agricultor devenido en ganadero.

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Manga nueva. De a poco van reacondicionando las instalaciones, agregando las banderas y el bienestar animal como premisa.

Constante evolución

Para su hijo, el Ing. Agr. Benjamín Lieber, el planteo agrícola fue cambiando desde el 2001, cuando el 70% era soja de primera, cayendo al 30 % de hoy. “Es que los otros cultivos avanzaron mucho tecnológicamente, y hoy estamos trabajando con trigos de 45 quintales, algo que antes era impensado”, reconoce.

Eso hizo que se puedan mantener las rotaciones a través de los años, y que pudieran seguir con unas 400 has. de trigo detrás de la soja de primera, salvo que venga un año muy seco. “Pero como siempre hacemos análisis de agua y suelo lo hacemos así, con una rotación del 33 % de cada cultivo, y ahora un poco más con arveja, vicia y el rygrass para el ganado”.

Benjamín admite que en esta zona hay un problema para el maíz de agosto, que son los meses de diciembre y enero secos, lo que obliga a manejar mucha “muñeca”.

“Hoy con el cambio de híbridos, las nuevas tecnologías y el cambio de las fechas de siembra se puede escapar de esa fecha de siembra hacia más adelante, y se logran materiales más estables. El 10 % va a refugio, depende del año y las franjas, es algo que se intenta hacer todos los años”.

Integración

Lieber explica que a raíz de los cambios del clima y en el suelo con las napas altas, los maices tempranos los mandan a septiembre y eso les permite liberar el campo para el rygrass para la ganadería, “algo que nos saca la inestabilidad de encima. Le sacamos agricultura al campo pero le otorgamos mayor estabilidad con cultivos de invierno ganaderos que tienen un montón de beneficios”. Y reconoce que estos conocimientos les fueron transmitidos por los tamberos de la zona, que pudieron aumentar la carga a través de los cultivos de invierno. “Uno busca integrar las nuevas tecnologías para sacarse de encima esa inestabilidad climática”.

Benjamín también admite que en realidad son agricultores y que hace mucho que no hacen ganadería, y que están aprendiendo “de nuevo” los secretos de la actividad que sigue evolucionando.

“A la gente le está costando volver a tener el manejo de la hacienda, y a la vez al empleado ganadero no se lo capacitó del todo como lo fuimos haciendo con la agricultura, donde incorporamos mapas satelitales, Agricultura de Precisión, etc. mientras que al ganadero se lo mandaba a cuidar las vaca. Entonces nos decidimos a realizar 6 jornadas durante el año, arrancando en abril y mayo con la sanidad y el trabajo en la manga; el pastoreo con banderas y el bienestar animal; y el tratamiento de las vacas de cría y de parto”.

Justamente eso mejoró el estado de ánimo del personal, que ahora se siente parte de la empresa y de esta nueva iniciativa. “Los empleados también se sienten contentos que uno los valore por su trabajo en el campo”.

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Canal a cielo abierto. Desde que implementaron el equipo de riego con agua del río, estabilizaron rindes y se sacaron varios dolores de cabeza de un clima cada vez más inestable.

La sanidad primero

Según el Méd. Vet. Leonardo Ríos, los parásitos externos son un problema común en el invierno, sobre todo sarna y piojos, por eso lo encontramos en la “nueva” manga aplicando productor externos. “No es grave, pero causa trastornos económicos: el animal deja de comer y queda fiero estéticamente”, admite. Estos corrales se usan una vez por mes. Y opina que se puede apreciar que la ganadería está volviendo en toda la zona. Los productores quedaron con algún núcleo de animales, pero se fueron abandonando los corrales. Se ha perdido el baqueano, la gente que sabía trabajar con los animales, pero es cuestión de capacitarlos nuevamente. Con las banderas se reniega mucho menos, no se maltratan los animales para nada, el tema es que la gente se acostumbre a trabajar así, y evitar que los novillos salten, se estropeen; hay otra manera de trabajar que también sirve. Para lo que queda del año planificamos la campaña de vacunación de aftosa en octubre/noviembre y carbunclo para novillos. Y para las vacas de cría y cabañas los sangrados anuales y las pruebas de tuberculosis”.