Abusos sin freno

Anarquía rural: caballos sueltos se comen el trigo de los chacareros

Desde la Regional Sur de FAA denuncian un incremento de las intromisiones. En abril se había denunciado la misma situación en Timbúes. En todos los casos las autoridades muestran predisposición, pero no pueden accionar para poner fin al problema.

Juan Manuel Fernández

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La intromisión de animales en lotes agrícolas sigue causando preocupación y perjuicios económicos a chacareros del sur santafesino, que con impotencia observan cómo una tropilla de caballos -por ejemplo- pastorean un trigo a pocas semana de haber emergido.

Desde la Regional Sur de Federación Agraria Argentina (FAA) denunciaron la situación en campos cercanos a Villa Constitución, Empalme Villa Constitución y Pavón, unos 50 kilómetros al sur de Rosario. “La situación es cada vez peor; sobre todo en épocas de creciente del río Paraná”, dijo uno de los federados, que prefirió mantener su identidad en reserva.

Los productores relataron que se trata de animales -equinos y bovinos- de los que se desconocen sus propietarios y que las autoridades locales muestran buena predisposición pero no cuentan con los medios para ponerle un freno. “Los muchachos de Los Pumas (la guardia rural) se portan 10 puntos, pero nos dicen que no disponen de un camión jaula para incautar los animales”, dijo uno de los damnificados. Por otra parte, agregó, el destacamento se encuentra en Piñero (a 60 kilómetros) y “es imposible que lleguen a tiempo cuando avisamos la presencia de gente extraña en el campo”.

“Un productor de la zona contó los otros días 200 caballos comiéndole un lote de trigo”, dijo la fuente, que estimó en 15 a 20 los chacareros de la región con el mismo problema. “Pegado a los pueblos el problema es mayor”, agregó.

Al respecto en uno de los videos que aportaron los denunciantes se menciona el desaliento que esto implica para hacer cultivos de cobertura o incluso planteos agroecológicos en zonas periurbanas. “Siempre hubo animales sueltos, pero este invierno la situación se agravó considerablemente”, aseguró. El abuso se ve facilitado porque desde hace 30 o 40 años, con la retirada de la ganadería, ya no existen los alambrados, lo que facilita el tránsito “libre” de estas tropillas.

El descontrol es tal que quien decide tomar la iniciativa sufre las consecuencias. “Un productor alambró unas 40 hectáreas y le robaron todo: alambres, postes, varillas”, señaló la fuente federada, y agregó que quien pretende arrear los animales para sacarlos de su campo también debe lidiar con alguien que se presenta para amenazarlo.

Con la Guardia Rural

A raíz de la situación descripta, cerca de 25 productores de la zona se reunieron con Cesar Gigli (jefe del destacamento nº 6 de la Guardia Rural Los Pumas) por los caballos sueltos y el robos de animales a dos productores de la zona entre Villa Constitución y Theobald, zona lindante con el Arroyo del Medio (departamento Constitución).

Con referencia a los animales -comentaron los productores- el funcionario expresó falta de infraestructura y personal para el decomiso y la necesidad de involucrar a la intendencia de Villa Constitución para la logística “y sugirió para una solución definitiva la participación del SENASA para incautar los animales”.

Como saldo, las partes acordaron gestionar en forma inmediata una reunión con el jefe zona sur Santa Fe del organismo nacional y las autoridades locales para que avale el procedimiento.

Los uniformados informaron, además, que cuentan con una sola camioneta para todo el departamento y 14 agentes en total (4 o 5 por turno). “Se resolvió gestionar la apertura de una delegación de Los Pumas en la zona ante las autoridades correspondientes”, concluyeron.

No es nuevo

A fines de abril un productor de Timbúes había realizado una denuncia similar. En una parcela entre los ríos Carcarañá y Paraná, a la altura de la planta de la Central Termoeléctrica Vuelta de Obligado, sufría constantes intromisiones de desde un viejo loteo lindero donde viven alrededor de 6 o 7 familias que poseen decenas de caballos, cerdos y chivos, animales que ingresan al campo del denunciante causándole perjuicios agronómicos y económicos. “Rompen los alambrados y meten los animales; los chanchos hacen chiqueros y a los chivos los largan cuando empieza a nacer la soja para que pastoreen”, se había lamentado.

Al igual que en Villa Constitución, las autoridades no supieron darle respuesta y cuando quiso poner freno a la situación sufrió represalias como el robo de tranquera y alambrados, o la destrucción de silobolsas.