UNIÓN ENTRÓ DORMIDO, NO TUVO REACCIÓN Y SU ACTUACIÓN DEJÓ MUCHA PREOCUPACIÓN...

El peor de los combos: jugó mal y lo golearon

A los 4 minutos ya caía por dos goles, nunca se pudo acomodar atrás, no tuvo precisión para definir y se encontró con un equipo más ordenado, compacto y luchador. La peor racha de Madelón, que anunció cambios de raíz para modificar una situación inesperada para la gran mayoría.

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“Pocho”, a las vueltas. Franco Troyansky arrancó de carrilero por izquierda, luego pasó a jugar de delantero, después volvió a su posición inicial y luego se fue reemplazado. En la foto, aparece intentando un remate de zurda rodeado de defensores rivales.

Foto: Matías Nápoli

 

Enrique Cruz (h)

Madelón tiene una espalda gigante en Unión. Si el técnico fuese “Juan de los Palotes”, ya se estaría planteando la duda. Con Madelón, no. El fútbol argentino es impiadoso con los resultados. Pero el de Madelón es un caso atípico. Su crédito se extiende más que el de cualquier otro entrenador. Ningún dirigente de Unión se plantea en este momento un interrogante que, si el técnico fuese otro, estaría a flor de labios en cualquier charla de café o de interconsulta. El “che, ¿qué hacemos con el técnico?”, en Unión, hoy, existe. Al menos en este momento. Pero el equipo juega mal, la sucesión de derrotas tiene explicación por lo que se hace (mal) y lo que se deja de hacer adentro de la cancha y ya Madelón se plantea una necesaria refundación de su equipo, antes de que sea tarde y los resultados terminen devorándolo.

Unión es un equipo que defiende mal o que directamente no defiende. Las inseguridades y las dudas lo condenan a remar los partidos en circunstancias adversas. Con Arsenal se agudizó la siesta que durmieron cuando empezó el partido y a los pocos minutos lo perdían 2 a 0 contra San Lorenzo. Pero esta vez con un agravante: a los 4 minutos ya Arsenal ganaba por ese marcador, con méritos propios, defectos ajenos y la complicidad del árbitro, que entra a jugar un rol importante —no preponderante— porque no observa (error del asistente) un offside y una “carga” sobre Peano en el primer gol, más allá del error del arquero de ir muy “liviano” a buscar esa pelota llovida en el área chica.

Quedarse en esa anécdota sería erróneo, porque más allá de ese error de Baliño y su terna (que después continuó en la administración injusta y no equitativa de las tarjetas, amonestando con mucho celo a los jugadores de Unión y sin obrar con la misma vara con los de Arsenal ante jugadas similares), acá el gran responsable, por lo mal que jugó, por una actitud que se ha perdido y por la falta de reacción, tanto desde adentro como desde afuera, fue Unión.

El 4-1-4-1 inicial dejó flancos para la crítica. ¿De qué jugó Troyansky?, ¿de qué jugó Comas?, ¿por qué habiendo tantos volantes se perdió el control en el medio y recién se manejó relativamente la pelota cuando iban 25 ó 30 minutos? Para colmo, la inseguridad defensiva, que ya empieza a ser preocupante y que transforma a Unión en un equipo totalmente permeable, puso a Arsenal de cara al gol en varias ocasiones, hasta con algunos mano a mano que levantaron un poquito las acciones de Peano, que quedaron por el suelo por los cuatro goles pero, sobre todo, por el error inicial de no hacerse fuerte mandando adentro del área chica, independientemente de que la terna arbitral no vio ni el foul ni el offside cometidos.

Pero esa eficacia de un Arsenal sencillo pero metedor, comprometido, con mucho sacrificio y marcando diferencias de presencia y de rigor físico sobre Unión, con un par de abanderados en ese aspecto como Soraire una de las figuras del partido- y Piovi, más dos delanteros movedizos y encaradores que complicaron siempre, como Juan Manuel García y Juan Cruz Kaprof, fue la que gobernó el trámite e inclinó la balanza decididamente a favor del local.

La eficacia de Arsenal contrastó con la falta de definición de Unión. Porque aún jugando mal Unión, aún siendo un equipo largo, aún con las ventajas defensivas que daba, se pudo ir al descanso con una diferencia menor. Gastón Comas y Bou tuvieron dos ocasiones, en el tiempo adicional del primer tiempo, para descontar. Y perdonaron a Arsenal. Como tampoco hubo una reacción a tiempo desde el banco para hacer los cambios. Recién a los 18 minutos entró Mazzola, cuando ya el partido estaba 3 a 0. Y después lo hizo Cavallaro. ¿Qué hicieron?, no mucho. Porque también es cierto que Unión necesita que los jugadores recuperen o levanten algunos niveles. Los que llegaron no muestran demasiado —y algunos realmente poco—, pero también hay un declive futbolístico de los otros, de lo que estuvieron en la campaña anterior y llegaron a un rendimiento del que hoy están lejos (Acevedo, Gómez Andrade, etcétera).

La prueba de la confusión en la que entró el equipo fue el permanente cambio de esquema y el movimiento de los jugadores para ir adaptándose a eso. El ejemplo es Troyansky, que arrancó de carrilero por izquierdo, siguió de punta para acompañar a Bou, volvió a la posición de volante por izquierda y después salió cuando el técnico buscó el desborde por afuera con Milo.

El momento es preocupante, de incertidumbre, de dudas y de necesidad de refundación. Si Madelón no cambia, su espalda se hará cada vez más chica porque la naturaleza del fútbol argentino es así y los entrenadores no resisten los malos resultados cuando se convierten en racha. Madelón lo sabe y por eso declara lo que declara. Cuando sin que nadie le pregunte dice que “no estoy para robarle nada a la gente de Unión” o cuando dice que “no estoy apoltronado al sillón ni soy el dueño de Unión”, es porque él, más que nadie, sabe que los resultados detonan o desconectan esa silla eléctrica en la que se sientan los técnicos cuando dirigen un equipo en este país. Tiene espalda. Tiene crédito. Pero también necesita una respuesta que adentro de la cancha no aparece. Su equipo juega mal y pierde. Un combo que preocupa.

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¿Qué pasó en el primer gol? Ezequiel Bonifacio encabeza el reclamo de los jugadores de Unión luego del primer gol de Arsenal. Hubo posición adelantada no advertida por el árbitro y luego “carga” sobre Peano, quien, no obstante, debió rechazar con los puños o ir más fuerte en busca de esa pelota adentro del área chica.

Foto: Matías Nápoli

Síntesis

Arsenal 4

Unión 1

Cancha: Arsenal.

Árbitro: Jorge Baliño.

Arsenal: Gagliardo; Torrent, Pereyra, Sbuttoni y Papa; Piovi, Soraire, Alvarez Suárez y Nicolás Giménez; Juan García y Kaprof. A.S.: Sappa. Estuvieron en el banco: Carabajal, Pablo Alvarez y Parisi. D.T.: Sergio Rondina.

Unión: Peano; Blasi, Gómez Andrade, Godoy y Corvalán; Bonifacio, Elías, Acevedo, Gastón Comas y Troyansky; Bou. A.S.: Moyano. Estuvieron en el banco: Calderón, Ríos y Nardoni. D.T.: Leonardo Madelón.

Goles: en el primer tiempo, a los 3 min. Pereyra (A), a los 4 min. Alvarez Suárez (A). En el complemento, a los 7 min. Kaprof (A), a los 24 min. Bou (U) y a los 48 min. Necul (A).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 18 min. Mazzola (U) por Acevedo; a los 23 min. Pons (A) por Kaprof; a los 27 min. Cavallaro (U) por Godoy; a los 28 min. Soñora (A) por Giménez; a los 37 min. Milo (U) por Troyansky y a los 40 min. Necul (A) por García.

Amonestados: en Unión, Gómez Andrade, Corvalán y Godoy.

 

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Elías, de más a menos. Jalil Elías metió un tiro en el palo al principio del partido, pisó en varias ocasiones el área rival y luego fue decayendo mucho en su rendimiento.

Foto: Matías Nápoli

Bajo la lupa

PEANO (4).- Responsabilidad en el primer gol por no mandar adentro del área chica, más allá de que estuvo viciado de nulidad. Un par de tapadas para que el marcador no sea todavía más abultado.

BLASI (5).- Fervor y amor propio, aunque con muchas limitaciones. Trató de empujar dentro de lo que tenía para dar, que no era demasiado.

GÓMEZ ANDRADE (4).- Muy flojo, desconocido, lejísimo del nivel de seguridad que transmitía antes. Perdió regularidad y confianza.

GODOY (4).- Entró en una confusión generalizada, sin confianza, perdiendo en el mano a mano con la rapidez de los delanteros rivales. Nunca pudo anticipar bien ni tampoco afirmarse en la cancha.

CORVALÁN (4).- Otro que trató de empujar dentro de sus limitaciones. Hizo una buena jugada en el primer tiempo que debió ser gol de Bou. Dio ventajas en la marca. Lo desbordaron bastante.

BONIFACIO (4).- Muy poco, ganas solamente pero sin destacarse en nada, ni siquiera en la capacidad para apretar y complicar al rival en el manejo del juego. Es un jugador que necesita mostrar más.

ACEVEDO (4).- Había dado un paso adelante con San Lorenzo y retrocedió dos en Sarandí. Sin gravitar en el juego ni en la contención. Mal. Desconocido. Debe ser el que más extraña a los antiguos compañeros de un mediocampo que se recitaba de memoria y que ya no están.

ELÍAS (4).- Algo de llegada en el primer tiempo (pegó un tiro en el palo), pero intrascendente en el juego. Se fue apagando y Madelón lo mantuvo en cancha sin demasiados méritos para sostenerse.

GASTÓN COMAS (4).- También pudo convertir pero no definió bien. No encontró el lugar correcto en la cancha. Por momentos se volcó por izquierda, en otros fue de enganche y en otros arrancó de atrás.

TROYANSKY (4).- Otro que estuvo descolocado, empezó de carrilero, luego fue de punta, después otra vez a la izquierda y después afuera. Metió un tiro en el travesaño. Nada más.

BOU (5).- El gol y un pelotazo que le tapó el arquero en el primer tiempo. Se las ingenió para complicar. De lo poquito —y nada— para rescatar.

MAZZOLA (4).- Le metió ganas, retrocedió para hacerse de la pelota y empujar, generó algún tiro libre pero no tuvo incidencia en el área.

CAVALLARO (4).- Se demoró su ingreso, trató de clarificar el juego pero se le hizo difícil ante un rival que estaba replegado.

MILO.- No se entendió mucho el ingreso de un marcador-volante por un delantero estando abajo 3 a 1 en el marcador. Un par de desbordes y nada más. Madelón seguramente buscó alguien que tenga el perfil zurdo para desbordar. Lo hizo en un par de ocasiones.