José Vignatti, un presidente sorprendido y desbordado por tanta locura

“Se concretó algo que no sabíamos que se iba a dar y que al final se dio”

El titular sabalero llegó a Asunción del Paraguay con el plantel, habló con El Litoral y confesó que se trajo el traje porque el viernes hay una cena en la Conmebol “y hay que ir bien vestido”, confesó. No tiene cábalas ni hizo promesas si el equipo sale campeón.

missing image file

José Néstor Vignatti pisando por fin el suelo paraguayo y esperando con expectativa y paciencia el gran partido del sábado.

Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Asunción del Paraguay)

“Le voy a contar algo que pocos saben. Desde hace unos años, me decidí a viajar todo lo que pueda. Y un día, agarré mi coche y me fui a Guayaquil por tierra. ¡5.000 kilómetros hice!”. Sonriente, José Néstor Vignatti daba sus primeros pasos en medio del calor y la humedad insoportable de Asunción. Se dirigía con esas palabras a un colega ecuatoriano, que le preguntaba por jugadores que tengan algún tipo de referencia entre Colón y el fútbol ecuatoriano. Mientras tanto, le confesaba a este enviado especial de El Litoral que en su mano llevaba el traje que va a usar este viernes por la noche. “¿Sabés qué pasa?, me invitaron de la Conmebol, habrá una cena muy importante y me pidieron que me vista así, de traje o de etiqueta, como se dice. Así que habrá que ponerse lindo”, dice el presidente y otra vez la carcajada. Está contento Vignatti, quizás con la expectativa propia de lo que se viene y con una procesión muy fuerte que le va por dentro, esperando con mucha ansiedad que llegue el bendito 9 de noviembre.

—¿Qué pasa por la cabeza del presidente de Colón en este momento?

—Que pasamos una semana de muchas emociones y necesitamos llevarle una alegría a tanta gente que se lo merece. Porque el hincha de Colón es el que más se merece ser campeón.

—¿Lo desbordó lo vivido en estos últimos días, sobre todo apunto al tema del canje de las entradas?

—Mirá, estar en una final es algo distinto a todo lo que te puedas imaginar. Y la verdad es que nos costó controlar todo esto. El tema del canje de entradas nos hizo dar cuenta de la magnitud de la movida. Si bien Colón no estaba involucrado, lo tuvimos que hacer para ayudar con algo de logística a la empresa brasileña que se dedicó a la comercialización. Conseguimos gente capacitada que se adaptó, que se dispuso a colaborar con la empresa y con el aprendizaje mismo de la situación nos dimos cuenta de la envergadura de lo que estábamos viviendo.

—No es para menos, por tratarse del partido más importante de los 114 años de vida del club...

—Es el partido más importante de Colón, de la ciudad de Santa Fe, de la provincia de Santa Fe y seguramente también de los que no viven en Santa Fe. Cuando empecemos a ver las camisetas rojinegras, nos daremos cuenta de lo que es y lo que significa este partido. Esto nos ha sorprendido.

—¿Cómo vio al plantel?

—El plantel está impecable, esperando el momento de jugar; y los de experiencia le van a aportar la tranquilidad necesaria a los más jóvenes.

—¿Vivirá el partido de manera diferente, quizás con alguna cábala?

—No tengo cábalas ni tampoco hice promesas. De a poquito y sin querer llegamos a esta final soñada. Colón hizo una logística buena, aportamos lo nuestro para darle todas las comodidades al plantel. Y el premio fue haber llegado a esta instancia, para muchos de manera impensada.

—Y una final que se va a jugar en un país en el que Colón supo de grandes gestas...

—Seguramente te referís a aquél partido con Olimpia por la Libertadores. Justamente lo recordamos en esta semana con Ricardo Lavini y nos acordábamos del abrazo que nos dimos esa noche.

—¿Piensa en el gran premio que tendrá por ganar este partido, tanto deportivo como económico?

—Antes que dirigentes fuimos hinchas y en alguna parte, siempre el hincha aparece. No pensamos ni en la Recopa, ni en la Libertadores ni en la Suruga Bank. Estamos enfocados en el partido del sábado y no podemos pensar en otra cosa. Tenemos que estar con la logística y la tensión necesaria para que no se escapen los detalles. Y el día que la pelota ruede, saber que nos debemos equivocar lo menos posible para que no haya nada que no podamos perdonarnos.

—El día del partido en Lima ante Municipal, usted me dijo que Colón iba a volver a ese estadio Nacional porque allí se iba a jugar la final y luego se cambió. Y antes de Mineiro, dijo que los planetas estaban alineados. ¿Qué le vio al equipo en esta Copa?

—Me acuerdo que cuando llegamos a Maracaibo y sufrimos el terrible calor y las insuficiencias que tuvimos, decidimos hacernos fuertes, pero nos encontramos con un equipo aguerrido que supo sobrellevar las peores situaciones por el conflicto interno. Sabemos que en el fútbol hay uno que gana y el otro pierde, creo que tenemos las mejores posibilidades. Lo intuyo.

—¿Qué le dice al hincha que está por viajar?

—Queremos que la gente esté tranquila, que no nos gane la impaciencia, que no haya desbordes y este tiene que ser el punto de partida para otras contiendas tan importantes como esta, que Colón va a vivir y muy pronto.

—Recién dijo que estaba sorprendido por lo de la venta de entradas...

—Lo que me ha sorprendido es que no pensábamos que hubiésemos tenido la convocatoria tan extraordinaria para jugar esta final. Se habla de 30 ó 35 mil personas, no es que nos superó pero se concretó algo que no sabíamos que se iba a dar y que al final se dio.