Tenía 79 años el ex sabalero

“Can Can” Ceballos: se fue otra gloria

Jugó en Colón, equipo del cual era hincha, pero también en Unión. Su gran pasión fue Atenas de Santo Tomé y su mayor ídolo el gran Tesoro Ferrero.

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De Colón y de Atenas. Una verdadera gloria sabalera en la década de los ‘60, con esa gran campaña del Nacional 1968 donde Colón fue protagonista. Producto genuino de Santo Tomé, sin dudas.

Foto: El Litoral

 

Darío Pignata

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“Nene, esa campaña del ‘68 fue histórica, te lo aseguro”, me decía cada vez que lo entrevistaba para El Litoral. Juan “Can Can” Ceballos, a los 79 años, será otro de los que alentará a Colón desde el Cielo. A las cinco de hoy dejó de existir, después de varios días de internación el querido “Can Can”.

Con una rica y exitosa historia dentro del fútbol santafesino, había nacido en Santo Tomé el 3 de marzo de 1940. “Como todo santotomesino de esa época, en Atenas, de la mano de quien para Ceballos fue un gran deportista y el mejor ser humano que haya conocido. Dicho sea paso, “Can-Can” reclama que debe tener su monumento en la ciudad, hablamos de Tesoro Ferrero”, recorda Luis Viñuela en una producción especial de El Litoral.

A los 14 años se inició en torneo libres, para un año más tarde pasar a Newell’s de Santa Fe. Se puso diferentes camisetas en diversas categoría: Unión Santo Tomé, Independiente, el Inter (junto al ‘Chivo‘ Chemes, Genari, Magnín y su hermano Marcelo, entre otros). Pasó por San Agustín para, en 1960, llegar a Argentino de Franck, donde salió campeón de la Liga Esperancina en 1961. Luego pasó a Atlético Franck y consiguió el título en el ‘65. Pasó por Argentino de Humberto Primo y por el fútbol de San Francisco. En 1965 jugó para Central San Carlos en la Liga Santafesina. Una año más tarde, jugó en Sastre y militó en la Liga San Martín. En el ‘67 se enfermó de hepatitis, y detuvo su rápida carrera, pero al ser dado de alta, firmó para su querido Atenas. Alternaba el fútbol con el trabajo, ya que hacía juguetes de madera junto a compañeros de equipo.

Pero una noche le llegó una propuesta para ir a Colón, siendo el presidente el recientemente fallecido Italo Giménez. Para el sabalero jugó en el ‘68, ‘69 y ‘70. Luego lo dejaron libre. Merced a la gestión de Desiderio Gessuitti, arregló con Godoy Cruz de Mendoza. Sólo pudo jugar un año, ya que el club Unión de Santa Fe realizó gestiones para su contratación. Se calzó los colores del Tate a los 31 años, jugando el Regional de 1972. Compartió equipo con Mazzoni, Merlo, Toyé, Sala, Del Bianco, Luque, Escobar, “Patón” Rossi, Miño, Fredes, entre otros. En 1973, jugando en la Primera B para Unión, quedó libre, pero le ofrecieron ser el DT en el equipo liguista. Sin embargo, su deseo de seguir jugando lo llevó a continuar su carrera nuevamente en Atenas. En 1975, jugó para Juventud de Esperanza, pero acomodó sus tiempos para entrenar a Atenas y armar un gran equipo entre los que se destacaban Olivera, Ferrero, Reutemann, “Gogui” Ceballos, Cáceres, Costa, Sester y Santillán. Pero decide abandonar la carrera como futbolista en Juventud de Esperanza en 1979.

Debutó en Primera División para Colón en Buenos Aires jugando frente a Banfield, perdiendo 2 a 1. Ese día arrancó de “8” y terminó como “4”, fue la despedida de “Pepe” Echegoyen como DT sabalero. A la semana siguiente llegó López como nuevo entrenador, quien lo ubicó como “10” y frente a Newell’s de Rosario. “Can-Can” recordaba que le hizo goles a Huracán, Newell’s, Central, Vélez, Estudiantes, Atlético Tucumán, Bahía Blanca y Racing de Avellaneda, para lo cual calculaba que en el profesionalismo había marcado 15 goles.