40 AÑOS DE “ALL THAT JAZZ”

Y te aplaudirán, te aplastarán

El musical dramático dirigido por Bob Fosse se estrenó el 20 de diciembre de 1979. Es un retrato impiadoso de un coreógrafo que entrega, literalmente, su vida al arte y al público. El protagonista es Roy Scheider, en un rol inspirado en la vida del propio director.

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Roy Scheider, fallecido en 2008, no fue la primera opción para el personaje central de la película. Richard Dreyfuss había llegado hasta la etapa de ensayos, pero abandonó el proyecto.

Foto: Columbia Pictures / 20th Century Fox

 

Juan Ignacio Novak

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Hay grandes musicales, como “Cantando bajo la lluvia”, “Siete novias para siete hermanos”, “Un día en Nueva York” o la más reciente “La la land” que transmiten ganas de vivir. No es el caso de “All that Jazz”, que el 20 de diciembre cumplirá 40 años desde el día de su estreno. Es que este film instala la mirada en el lado oscuro del mundo del espectáculo, un poco como lo hizo Alejandro González Iñárritu en “Birdman”. Aquí todo carece de glamour, salvo cuando los artistas están sobre el escenario con su sonrisa de ocasión. Entre bastidores, emerge el drama y las ilusiones quedan rotas y apartadas en un costado. Todos entregan cuerpos y almas para ganarse el aplauso del público pero, como señala la famosa canción escrita por Fito Páez y popularizada por Juan Carlos Baglietto, son esos mismos aplausos los que una vez finalizados, los aplastan.

“All that Jazz” (que se conoció en muchos países como “Empieza el espectáculo” y en Argentina por fortuna mantuvo su título original) fue dirigida por Bob Fosse, el creador de la inspirada “Cabaret”, que en clave de musical desarrolla el tema de los orígenes socio-históricos del nazismo en Alemania. Narran las crónicas de la historia del cine que se trató de una trama autobiográfica, inspirada en la época en que el mismo Fosse debió producir, en simultáneo, la película “Lenny”, con Dustin Hoffman en el papel de un comediante y el musical “Chicago” para un teatro de Broadway. Una experiencia que no sólo lo dejó agotado en términos físicos, sino que a la vez esmeriló su vida personal.

Lo cierto es que en la ficción que propone “All that Jazz” hay un coreógrafo de mediana edad llamado Joe Gideon, interpretado por Roy Scheider en un registro completamente diferente al de “Tiburón” o “Maratón de la muerte”, que se compromete con su trabajo hasta el punto en que comienza a poner en riesgo su vida y acentúa sus adicciones. Es apasionado y perfeccionista, en un momento se lo ve dirigir un ensayo, exhausto, y continuar a pesar de los dolores en el pecho. En un determinado momento, debe elegir entre su vida o su actividad artística, sin grises. A la vez, intenta recuperar la relación con su ex mujer y su hija, a quienes también dejó a un lado por su trabajo escénico. Y ahí se establece el núcleo emocional de la película.

Vida de excesos

A pesar de que es una reflexión sobre el show y sus reglas implacables, es a la vez un estudio sobre las conductas humanas y la imposibilidad de cambiar. Gideon sabe que su estilo de vida lo acabará, pero esto no le impide avanzar en un camino autodestructivo, que mantiene aun cuando está internado en un hospital.

La película expone sin vueltas los excesos del protagonista, que van desde el consumo de pastillas hasta la lujuria y el amor desproporcionado por la obra de Vivaldi. Y a través de una serie de personajes femeninos, importantes en la existencia de Gideon, se exponen las diversas capas que componen su existencia: su novia, su ex esposa, su hija y el ángel de la muerte, con el que sueña en su delirio, interpretado por Jessica Lange.

Entre los legados que deja el film (Fosse quedó en la historia, en realidad, por su labor en “Cabaret”) están su banda sonora deslumbrante, la actuación de Roy Scheider, que fue nominada al Oscar en un año en que se lo llevó Dustin Hoffman por “Cabaret” y su enseñanza de que la vida es un show que debe continuar (así lo dice Gideon más de una vez en el film), pero en el cual debemos aceptar nuestras limitaciones y aprender a cambiar.

4 premios

Oscar obtuvo “All that Jazz” en 1979, en las categorías Banda Sonora Adaptada, Vestuario, Dirección Artística y Montaje. En total, había recibido 9 nominaciones, entre ellas a Mejor Película.