Federico Aguer
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Ante la necesidad de buscar salidas superadoras al conflicto urbano - rural, INTA Oliveros implementó una parcela de “transición agroecológica” que permite producir granos y carne y a la vez generar información. Ya lograron la primer partida de harina de trigo confeccionada sin agroquímicos.
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En la localidad de Oliveros se está implementando un proyecto de desarrollo territorial que tiene como objetivo contribuir a la producción del periurbano “mediante la implementación de una propuesta de transición de base agroecológica que incluya la producción primaria, la organización, el agregado de valor, la comercialización en un marco de participación social, integrando capacidades y generando sinergias”.
Para llevar adelante los objetivos se generaron dos dispositivos territoriales, uno biológico productivo y otro socio organizativo. El primero, mediante la implementación de un módulo experimental mixto de 33,5 has (agrícola - ganaderas) en transición agroecológica en lotes de la Experimental del INTA que limitan con la zona urbana, con el doble fin de atender a la situación local y de generar una propuesta alternativa para los sistemas productivos extensivos predominantes en su área de influencia. La segunda, a través de una red interinstitucional y multisectorial, con el propósito de gestionar proyectos tendientes al desarrollo territorial, generando condiciones para canalizar inquietudes sobre distintos temas entre ellos los bordes de la localidad. “La implementación del módulo experimental y la conformación de Oliveros en Red son una forma de abordaje en construcción, ante los cambios en los vínculos urbano rural, en el territorio del periurbano”, aseguran desde la institución.
“Queremos repensar el paradigma productivo de acá a 20 años”, le dice a Campolitoral el Ing. Agr. Alejandro Longo, director de la Experimental de lsur provincial. “Apuntamos a pensar en el concepto de sistema desde la investigación que hacemos en agricultura, y ver las herramientas que se pueden implementar”, agrega.
Estos conceptos fueron vertidos en el marco de unas nuevas jornadas realizadas en el sur santafesino, donde una gran cantidad de productores, técnicos y estudiantes se interiorizaron de los trabajos que desarrolla la entidad nacional en este sentido.
“Vemos dos herramientas: una es la incorporación de gramíneas de verano en el marco de una secuencia de cultivos intensivos en la agricultura, lo que permite romper la compactación subsuperficial de los suelos, aumentar el aporte de Materia Orgánica y la biomasa, además de mejorar la captación de nitrógeno. La otra cosa es la incoraoración de cultivos de cobertura, lo que se llama servicios ecosistémicos, porque tienen la capacidad de mejorar aún más algunas cuestiones físicas y químicas del suelo; mucho más si se combina con la ganadería, lo que permite alimentar esos novillos en períodos puntuales del año”.
Para Longo, la premisa es mantener el suelo ocupado la mayor parte del año posible, tener un mejor control de las malezas, y mejorar los índices de sustentabilidad.
En ese marco, “uno de los principales problemas de toda la Pampa Húmeda es el relacionamiento de lo urbano y lo rural. Mucho de eso surge por la aplicación de productos fitosanitarios en esas áreas, y donde hay exclusión, con muchas hectáreas improductivas”, explica.
Por esto mismo, desde INTA se está tratando de trabajar en esas áreas para producir cultivos que estén permitidos por las ordenanzas. “Tenemos 34 hectáreas lindantes con Oliveros, y si bien la ordenanza no plantea la exclusión, esa parcela está en transición agroecológica. Lo nuestro se orienta a la producción agrícola - ganadera, lo que permite corregir algunos errores de la agricultura, y tratamos de ver cómo le hacemos un proceso de agregado de valor. La experiencia ya tiene 3 años y gracias al convenio suscripto con un molino de Casilda, estamos viendo las primeras bolsas de esta harina de trigo agroecológicoo para dar solución a un tema que tiene más grises que luces. Estamos en una actividad en la que no tenemos todas las respuestas ni mucho menos”, asegura.
En primera persona
A cargo del equipo de trabajo de campo se encuentra la Ing. Agr. María Victoria Benedetto, quien recuerda que la experienia nació a finales de 2015, en relación a las consultas de algunos vecinos de la localidad. “Nos propusimos entonces empezar a experimentar una transición agroecológica (sin insumos químicos) para contruibuir a esas zonas periurbanas con áreas de exclusión”, destaca.
La especialista explica que se basaron en los principios de la agroecología, la que promueve la aplicación de normas ecológicas como lo son mejorar el suelo, y aumentar y promover la biodiversidad. “Diseñamos el módulo con cortinas forestales y corredores biológicos, rotación agrícola ganadera, y después de 2 años y medio de producción vemos que -por ahora- las alternativas pasan por los cereales de invierno y la ganadería de verano”, resume.
También explicó que “la agroecología plantea aplicar principios ecológicos para manejar agroecosistemas productivos, estables, socialmente apropiados y económicamente rentables o viables”. Y sostuvo que en el trigo tienen un margen bruto “muy cercano” al de un productor convencional (si bien llos rindes caen de 46 a 26 qq/ha, de costo tienen 10 contra 25). “Claramente hoy no es una opción para el productor que alquila”, grafica.
Y si bien se trata de los primeros pasos, confirmaron que el trigo es el más exitoso, “porque en términos agroecológicos, dentro de lo culturalmente viable con participación social, nos planteamos que este cultivo tenga una certificación de parte de la comunidad, y que sea propio de su propia estructura. Dentro del sistema Oliveros en red queremos instalar la certificacion de esta forma de prodcución.
La experiencia
El equipo se propuso la implementación de un módulo experimental mixto (agrícola-ganadero) en transición agroecológica en los lotes que limitan con la zona urbana de la EEA Oliveros con el doble fin de atender a la situación local y de generar una propuesta de transición agroecológica para los sistemas productivos extensivos predominantes en su área de influencia.
El rediseño del sistema implicó en primera instancia la instalación de cortinas forestales mediante la plantación de algarrobos y álamos. Otra de las acciones fue la siembra de un corredor biológico con especies umbelíferas, crucíferas, leguminosas y alforfón, con la finalidad de aumentar la probabilidad de supervivencia de distintas especies de insectos benéficos. El principal objetivo en cuanto a las prácticas productivas fue comenzar la mejora de suelo, desde el concepto de suelo vivo mediante la incorporación de materia orgánica.
Manejo
Se elaboró un plan de rotaciones que incluye: pasturas; cultivos de cobertura (avena, vicia y centeno); cultivos polifíticos de verano (girasol, caupí, maíz y sorgo forrajero); verdeos de verano (sorgo forrajero y moha); gramíneas y leguminosas, con preferencia de aquellas especies con mayor factibilidad de incorporar valor agregado a nivel local.
“La incorporación de la ganadería es fundamental en los sistemas agroecológicos. Se acordó que ingresen al módulo los animales que están en engorde. Por ello, si bien los animales no están dimensionados en su cantidad a la superficie ganadera, su contribución al sistema es fundamental por el aporte a la fertilidad a través del bosteo y orina, y también para el control de malezas.
El manejo de malezas se basó en la combinación de distintas técnicas en un proceso que permita la disminución de la incidencia de las mismas en la producción: Cultivos de cobertura, alelopatía, fecha de siembra, ocupación de nichos ecológicos con cultivos acompañantes (por ejemplo trigo más trébol balanza), estructura del cultivo, son algunas de ellas que permiten mejorar la habilidad competitiva de los sistemas productivos. Además se adecuaron maquinarias específicas para este sistema de producción como el rolo faca.