La ganadería podría sacar provecho de la crisis

Campolitoral | [email protected]

Raúl Milano se preguntó, en un artículo de análisis sobre la coyuntura ganadera, si la actividad puede continuar en la senda del crecimiento de los últimos años en medio de la actual crisis política y económica que atraviesa el país.

En su ejercicio, el Director Ejecutivo de Rosgan sostiene que la ganadería cuenta con “elementos diferenciales” frente a otras ramas de la producción argentina. Algunos, como el tipo de cambio alto y la escasa dolarización de los procesos tranqueras adentro, podrían jugar a favor. Sin embargo, también padece los incrementos en insumos, tarifas y energía.

“La pregunta -dice- es si podemos continuar con nuestro proceso de crecimiento” en medio del “cóctel explosivo” que configuran las derivaciones de las investigaciones por cohecho y los problemas económicos propios y externos.

Para Milano, la primera respuesta es que “todos estamos en un mismo barco y siempre los movimientos terminan afectando el rumbo”. Pero la segunda respuesta es saber reconocer que el sector de la carne posee elementos diferenciales del resto de los sectores productivos.

“En primer lugar -afirma- tiene la ventaja de ser una producción 100 por 100 argentina; de esta forma el impacto de la depreciación del peso no nos afecta vía incremento del precio de los insumos, sino por el contrario nos da un plus de valor y competitividad internacional augurando mayores colocaciones de carnes en el exterior. Además, se mejora sustancialmente la rentabilidad de nuestras fábricas exportadoras, mejoras que pueden ser transferidas a nuestros productores con mayores precios sobre sus animales”.

En segundo lugar, menciona que el sector -en sus diversos eslabones- nunca fue un gran tomador de crédito, dada la escasa confianza que históricamente tuvieron las instituciones financieras sobre nuestros frigoríficos. Además “el nuevo paradigma productivo que incluyó a los sistemas de confinamiento todavía no han sido suficientemente categorizados por el sistema financiero y solamente han logrado que el financiamiento sea más resultado del plazo de venta de los productores y su propio capital de giro”.

En tercer lugar, señaló que el consumo interno de carne “se verá afectado por el incipiente proceso recesivo y posible caída del salario real”, poniendo un techo a la demanda interna.

Por último, enumeró que el incremento de costos de la energía, presión tributaria, precio de la materia prima y diversos insumos pone a la ganadería “en un pie de igualdad con el resto de los sectores, convirtiendo a esta en la única variable similar a todo el entramado productivo”.

Estar “alejado” del impacto de los dos primeros ítems es, para el directivo de Rosgan, una fortaleza para una actividad de márgenes reducidos y de ciclos largos. Porque los ganaderos son, generalmente, personas o empresas que apuestan al largo plazo y no pueden “jugar a reconvertirse permanentemente”, según si conviene el mercado interno o el externo. “El productor, el feedlotero y el frigorífico tienen puestos todos sus huevos en una sola canasta, la canasta de argentina desde hace mucho más de 150 años”.

A modo de cierre, sostiene: “estos tiempos difíciles seguramente rozaran a todos los actores de la producción pero posiblemente el sector de ganados y carnes pueda dar un gran aporte al país que necesita hoy dólares y trabajo”.