El fútbol es un deporte distinto a otros. Esa es una verdad de perogrullo pero es el punto de partida del que nadie se debe apartar para reconocer algunas cuestiones. Por eso tardó tanto la implementación de la tecnología y por eso también, más allá de que haya que respetar un tiempo prudencial, se suscitan tantos problemas, discordias, confusiones y polémicas.
De lo que estoy seguro, es que el VAR llegó para quedarse. O sea que habrá que acostumbrarse, por más que algunos, en su momentos, hayamos tenido una posición crítica y de mirada de reojo por eso de que el fútbol no es comparable con otros deportes en los que la tecnología solucionó todo. O casi todo.
El primer atisbo se dio con el “famoso” chip en la pelota para que no haya dudas de si la pelota entra o no entra en el arco. Se fue más allá y llegó el VAR, que en un principio se debía utilizar sólo para cuatro circunstancias: 1) para determinar el “gol o no gol” respecto de si el balón entra o no en el arco; 2) gol que se convierte en posición fuera de juego que no es advertida por el árbitro y el asistente de turno; 3) identificación de un agresor a espaldas del árbitro o del asistente, o sea que no se haya visto, y 4) si una falta se produce afuera o adentro del área con lo cuál depende de que se cobre tiro libre o penal.
Tenés que leerEl VAR dejó "seco" a un Colón de bolsillos flacosPero como pasa siempre, se nota que hubieron extensiones y que ahora todo parece revisarse. En consecuencia, se están produciendo demoras exageradas, los árbitros dirigen condicionados o expectantes de lo que le señalen desde arriba, han perdido independencia por más que no lo admitan y se siguen cometiendo errores porque, en definitiva, a las máquinas y a las decisiones las manejan y las toman seres humanos.
El ex árbitro y director de formación arbitral, Miguel Scime, fue consultado en La Primera de Sol y su veredicto sobre la jugada fue contundente. Primero hizo hincapié en la maniobra previa, cuando viene el centro y van dos defensores y el arquero Morales a buscar la pelota chocando a Acevedo, el defensor de Colón. “Ahí veo una clara carga de tres jugadores sobre un jugador de Colón que va a cabecear. El árbitro está bien posicionado, pero además es algo natural: si van tres jugadores contra uno, salvo que el jugador de Colón, cosa que no ocurrió, vaya en firme y clara actitud de provocar alguna falta, está claro que no puede de ninguna manera ser el causante de una infracción. Pero yo les quiero decir algo, antes de seguir contestando la consulta: el arte del arbitraje pasa por sancionar lo más sencillo. Si veo algo yo solo y todo el resto no lo vé, es más difícil de poder explicar y persuadir. Por eso, el arte es sancionar lo más claro y manifiesto”.
“Cunha fue cabizbajo y lento a ver la imagen cuando lo convocaron desde el VAR, como preguntándose: y ahora, ¿con qué me van a salir?”, dijo Miguel Scime.
Luego, sobre la acción siguiente a la apuntada anteriormente, que es lo que en definitiva se cobra (una supuesta pero inexistente “carga” del Pulga Rodríguez sobre un defensor), Scime dijo que “hay una disputa normal, un jugador defensor que va a saltar de espaldas y el otro que va a cabecear, no hay empujón, no hay carga, no le aplica el brazo sobre la espalda. En definitiva, no hay nada”.
Posteriormente, hizo una referencia a Andrés Cunha, el árbitro del partido. “Cunha está entre los tres árbitros más importntes del continente, no es primerizo, pero está jugando Sudamericana, que es inferior a Libertadores, porque la dirigencia arbitral de Conmebol, que está comandada por Brasil, le está pasando una factura por lo que pasó en las instancias eliminatorias de la última Copa Libertadores”.
Después, aclara Scime que “Cunha es un árbitro que sabe, lo que no quiere decir que se le escape algo. El está bien posicionado, no es una jugada que mueva a duda. Son jugadas claras y está perfectamente parado, vé todo lo que pasó en esa jugada. El ve todo ese panorama y convalida el gol. Hasta ese momento no tiene dudas. Pero hay cosas que se ven dentro del campo de juego que no se alcanzan a percibir claramente por televisión y, al revés, también hay situaciones que mueven a duda o que sólo se observan en TV. Pero hay un detalle que no pasa desapercibido. Cunha es convocado para que él mire la jugada y va caminando lentamente, cabizbajo, como dudando o preguntándose: y ahora, ¿con qué me van salir? Es difícil cuando eso pasa, condiciona tu percepción inicial”.
También Emilio Robledo, uno de los veedores del fútbol local, dejó su sentencia contundente respecto de la jugada: “Se equivoca Cunha, porque Rodríguez abre sus brazos para tomar impulso y saltar, cuando va descendiendo la mano cae sobre el hombro del jugador, es incorrecta la decisión. Llega bien a ganar la posición, lo toca después pero no en el momento en que se produce el desenlace de la jugada”.
Tenés que leerColón deberá renovar la defensa para el partido de vuelta contra ZuliaHay muchas dudas todavía que siguen flotando en torno a la implementación de la tecnología. Será cuestión de revisar actitudes, pero fíjense que la supuesta ayuda de la tecnología más la sumatoria de árbitros (entre los que dirigen en el campo de juego más el VAR suman 7 más dos asesores, al menos en el partido de este jueves en Zulia) no es infalible y suma confusión e injusticia, cuando, en realidad, el objetivo perseguido es exactamente lo contrario.
Colón fue perjudicado por la mala aplicación del VAR. O en todo caso, por una revisión que llevó a adoptar una postura equivocada que fue corroborada por todos, incluido Cunha, quien tranquilamente pudo haber determinado que su decisión era la correcta. Sin embargo, decidió “lavarse las manos” y quedarse con esa opinión que venía desde arriba, después de haber visto muchísimas veces la jugada pero sin una correcta interpretación.
El fútbol es un deporte de contacto, los árbitros son los primeros en saberlo. Si el Pulga se hubiese apoyado o hubiese evitado un salto del rival, era foul. Nada de eso ocurrió. Para casi todos, menos para los tres del VAR y para Cunha, que fue a ver, condicionado, una jugada que en el momento, adentro de la cancha, cerca de la misma y en una posición correcta, no había observado.
Es la eficacia de Lavallén en los cinco partidos de la actual temporada. Su equipo jugó 5 partidos, ganó 1 y perdió 4. Acumula tres derrotas consecutivas y marcó un solo gol.