El ingreso a la universidad es un momento muy especial para cualquier estudiante y también para su entorno. Es una etapa de cambios, a la que hay que adaptarse y acomodarse. Si bien es cierto que muchos se quedan a vivir con sus padres porque eligieron una carrera en su ciudad, otros deben marcharse a otras ciudades. Y es ahí donde empiezan a surgir diversas situaciones porque, literalmente, tienen que hacer todo y de todo en el hogar, además de estudiar. Entre esas actividades, alimentarse.
En una entrevista, el nutricionista Marcelo Blank (Mat. Prov. N° 3522) brindó una serie de consejos para que los estudiantes tengan en cuenta al momento de independizarse.
—El ingreso a la universidad es para muchos jóvenes el momento de independizarse del hogar. ¿Qué deben tener en cuenta para una buena alimentación?
—En este sentido y en términos generales es recomendable que el estudiante que deja su hogar para comenzar sus estudios universitarios aprenda a realizar compras inteligentes de alimentos dando prioridad a productos naturales y de estación.
Nociones básicas de cocina desde hervir arroz, fideos y preparar polenta hasta tiempos y condiciones para la conservación de los diferentes tipos de alimentos en la heladera y el freezer le permitirán aprovechar de manera mucho más efectiva su presupuesto.
Siempre en la línea del aprovechamiento al máximo del dinero destinado a la alimentación, la compra de ciertos alimentos a granel como legumbres, semillas, frutos y frutas secas suele abaratar los costos en especial si la compra se comparte entre varios estudiantes que conviven en la vivienda o simplemente que se conocen del cursado.
El mate, aparte del ser parte del folklore del estudiante, es una excelente opción para permanecer bien hidratados durante todo el día. De igual modo también lo son el té o simplemente el agua potable.
—¿Qué alimentos no deben faltar en la heladera de un estudiante? ¿Y cuáles favorecen a la memoria y concentración?
—Lo ideal es que la heladera y la alacena del estudiante contengan un balance adecuado de todos los grupos de alimentos.
Alimentos recomendados: leche, queso y huevo, arroz, polenta, pasta y pan. Frutas, legumbres, hortalizas y verduras. Carne, pollo, pescado y cerdo.
Vivimos tiempos especiales en lo que a la economía refiere y será el propio estudiante quien con sumo criterio y hasta sentido común administre su presupuesto y determine qué y cuánto comprar de cada alimento según su valor monetario y estacionalidad.
Recomiendo a los estudiantes aprovechar las ferias francas de la ciudad donde encontraran productos naturales frescos y a mejor precio.
No es recomendado la compra y consumo de productos manufacturados por su elevado costo y su escaso valor nutritivo.
Una buena alimentación de por si favorece a la memoria y concentración. Algunos alimentos tienen mayor efecto en este campo tal es el caso del chocolate, el café, los frutos del bosque, los frutos secos, el brócoli y el salmón.
—El tema de los horarios no es un tema menor. ¿Cómo deberían ser y cuál es la recomendación al respecto?
—En la medida de lo posible se recomienda realizar de 4 a 5 comidas diarias: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Los horarios serán los relevantes y prácticos para cada caso.
Deben evitarse los ayunos prolongados como así también el picoteo innecesario entre las comidas.
El desayuno y la merienda contendrán, lácteos, dulces, mermeladas y alguna fruta o yogur. Las carnes y las verduras se distribuirán según el gusto del consumidor entre el almuerzo y la cena.
En época invernal, la sopa de verdura, es una excelente opción para tomarse a diario. Para la primavera y el verano reservaremos los jugos y licuados naturales. Jugos, licuados y sopas naturales aportaran un extra de vitaminas y minerales tan importantes para el equilibrio físico del estudiante.
No menos importante recomiendo al estudiante aprovechar cada una de estas comidas para el encuentro y el diálogo con otros, esto incluye apagar el celular y demás plataformas digitales durante unos minutos.
—¿Qué pasa en el horario de cursado cuando la panza pide algo, ¿está bien saciar esa necesidad con mate o conviene llevar siempre una fruta o una barrita de cereal?
—Ideal es programar la ingesta de alimentos durante todo el día evitando los ayunos prolongados y de esta manera la sensación de hambre durante el cursado. Esto se logra con una comida de calidad y cantidad adecuada antes de dirigirse a los centros de estudio. Por ejemplo si el cursado es desde las 8 a las 13 horas será suficiente con un buen desayuno para completar la mañana de cursado sin que aparezca hambre hasta el almuerzo. Pero todos sabemos que pasará por la “panza” del estudiante a las 10 de la mañana si su desayuno consistió en 3 mates y una rodaja de pan. ¡Esta sensación será de puro hambre! Para períodos de más de 4 horas de cursado mi recomendación es llevarse de casa una pequeña vianda conteniendo una fruta, un yogur, un sándwich o una pequeña ensalada de 3 verduras de estación con un huevo. Si el estudiante dispone del presupuesto muchas de estas opciones están a la venta en la cantina de la universidad. Las barritas de cereal son, en su inmensa mayoría, simples golosinas con una relación costo/aporte nutricional no conveniente para estudiantes.
—¿La comida chatarra está prohibida o puede ser un permitido en ocasiones especiales?
—Durante su vida social o, como la he rebautizado socio-gastronómica, el estudiante elegirá seguramente lo que más le guste a él y a el grupo.
Generalmente y por una cuestión de preferencias y practicidad los universitarios suelen optar en estas ocasiones por la denominada comida chatarra.
Durante el resto de los días este tipo de comidas no es recomendable por su alto costo monetario en relación a su calidad nutricional. Por otro lado suelen contener cantidades inadecuadas de sal, azúcar, colorantes, conservantes, aromatizantes y grasas.
Mi recomendación para una juntada de estudiantes es una buena pasta o un arroz acompañado de una salsa casera de tipo boloñesa o mixta. Un poco de crema y queso. Esta variable es más rica, más nutritiva, más natural, más fácil de elaborar, más variada (entre diferentes tipos de pasta y salsa existen más de 20 opciones) y más económica que cualquier otra opción de tipo chatarra.
—¿Qué rol juega la actividad física en la vida de un estudiante?
—El proceso de aprendizaje, en especial el universitario, genera estrés, más que nada en épocas de examen. Por otro lado la actividad académica es sedentaria por excelencia. Este sedentarismo, sumado a una eventual mala alimentación podría contribuir al aumento progresivo de peso.
El ejercicio físico es la manera más natural, efectiva y hasta económica de canalizar este estrés secundario a tantas horas de estudio y cursado contribuyendo además a mantener un peso corporal adecuado.
Mantener un buen estado cardio-respiratorio permitirá optimizar las horas de estudio, en cierta medida, el cerebro podría ser considerado como un músculo más que se verá muy beneficiado de recibir adecuado aporte de oxígeno. Todo este proceso es promovido y asegurado en la inmensa mayoría de los casos por el ejercicio físico.
Teniendo en cuenta las variables económicas, de seguridad y de tiempo disponible las opciones más prácticas para el ejercicio físico durante esta etapa universitaria son los deportes aeróbicos como el ciclismo, la natación, el atletismo y el remo o los juegos de equipo como el vóley, el fútbol y el básquet.
Muchos centros de estudios cuentan con sus propios gimnasios. Siempre pensando en la economía del estudiante algunos clubes y gimnasios ofrecen descuentos especiales a estudiantes.