“Como bien refleja la encuesta de precios que encarga IPCVA en 200 puntos de venta de AMBA, el precio del kilogramo de la media res de la segunda semana de Octubre de 2019 era el mismo precio que en Marzo, luego de la recomposición de precios”, señaló Daniel Urcía, vicepresidente de Fifra.
“Es decir que durante 6 meses de constante inflación (marzo/octubre) el precio de la carne estuvo estancado a nivel mayorista y con pequeños aumentos e inferiores a la inflación en el nivel minorista, se estima que en la medición interanual tendría un atraso de 15% respecto de la suba de promedio de la economía”.
“El incremento de las cotizaciones de la hacienda y de la carne es inevitable y necesario, sólo resta saber en qué momento ocurrirá”, resaltó Urcía y aclaró que posibles intervenciones estatales no podrían impedirlo, pero si afectar las expectativas del negocio ganadero iniciando una verdadera liquidación de stock, como ocurrió en 2009.
El crecimiento de las exportaciones a China fue un paliativo, explicó el referente de Fifra, que permitió que la vaca tuviera un muy buen precio que en otras circunstancias hubiera significado deterioro del stock. “Pero ahora la presión de la olla está llegando a su máximo y ante la disminución de oferta de hacienda terminada para consumo y la demanda sostenida para la exportación las reglas de oferta y demanda harán su trabajo, ante una oferta limitada y una demanda en crecimiento habrá tensiones de precios hacia la suba”.
Esta situación no debe verse como un problema, señaló Urcía, si no como una solución a largo plazo. “ Mejores precios en la ganadería harían interesar a que los inversores ingresen en el negocio ganadero lo que mejoraría la oferta a futuro abasteciendo al mercado interno y la exportación” y advirtió que intentar restringir las exportaciones significaría impedir la recomposición de precios perdiendo la oportunidad que brinda el mercado internacional.