Está más que clara la idea de Leonardo Carol Madelón de cara a la competencia cuatripartita del Tate en el 2020 —Superliga, Copa Superliga, Copa Argentina y Copa Conmebol Sudamericana 2020—: no quiere que se vaya nadie del plantel y además que vengan algunos refuerzos. “Lo que el entrenador quiere es un “8” con mucho juego, llegada a posiciones de gol y algo de gol. Ahí es donde apuntan en el comando técnico con el famoso salto de calidad: gastar los billetes en ese puesto”. Es la idea madre.
En ese contexto y bajo el paraguas “de acá no se va nadie”, si un jugador es determinante en este durísimo (y no por el calor que derrite) mercado de verano es el colombiano Yeimar Pastor Gómez Andrade. Elegido por las estadísticas de la Superliga como el mejor jugador de Unión y varias veces detectado como “la figura del partido” en cada una de las transmisiones televisivas en los partidos donde jugó el Tate.
La realidad es que la cláusula de salida está y a diferencia de casos distintos —como los de Lucas Gamba o Franco Fragapane—, en caso de vender a Yeimar Gómez Andrade, Unión haría un negocio tan bueno como el de la “Bomba” Zabala. Incluso, en el caso del moreno cafetero, con más beneficios: en su momento se lo compró en pesos y ahora se lo vendería en dos millones de dólares.
Una de las cuestiones que hay que desterrar y que genera “psicosis” en Unión: Yeimar no fue y no es de la Escudería Bragarnik. Es más, por lo que pudo averiguar El Litoral, apenas cuatro jugadores del actual plantel son del presidente del Elche de España: Walter Bou, Nelson Acevedo, Damián Martínez y el arquero Sebastián Moyano.
Aclarado esto, hay que decir que al moreno cafetero que llegó en agosto de 2017 —fue determinante Martín Zuccarelli que había llegado en junio del mismo año como mánager— siempre fue asesorado por el mismo agente: Junior Mazzoni.
El Litoral consultó a una fuente confiable respecto de una versión que indicaba que se estaba negociando elevar el monto del blindaje, mejorar el salario y prolongar el vínculo. “La realidad es que el contrato está largo, va hasta el 2022. En cuanto a mejorar el salario, siempre se puede hacer con cualquier jugador. Pero en lo que hace a la cláusula, ya está fijada”. En realidad, para un mercado que ni se mueve, no es fácil que alguien venga a dejar dos millones de dólares “limpios” y luego hacerse cargo de todas las comisiones. Pasando en limpio: el que ejecute la cláusula del moreno deberá invertir casi tres palitos verdes. De ahí el optimismo a que Madelón no pierda su muralla impenetrable en el fondo.
De todos modos, esta vez, si Leo pierde a una figura —como antes pasó con Triverio, Soldano, Gamba, Fragapane—, Unión estará haciendo un negocio redondo como la pelota: lo compró hace dos años y medio en cuotas pesificadas (idea personal de Luis Spahn) y se iría por dos millones de dólares “limpios” para el Tate.
La otra situación parecida —pero no igual— es la de Juan Ignacio Cavallaro, que también tiene cláusula de salida. “No es lo mismo un jugador propio, que uno que vino a préstamo”, aclaran. Por ahora, más allá del trascendido interés de Tigre, nadie se comunicó oficialmente con Unión. Si bien el monto del blindaje es varias veces inferior al de Yeimar, tampoco parece peligrar la continuidad de “Juani”, al menos hasta junio del 2020, con lo cual se daría el gusto de jugar una copa internacional —en este caso la Sudamericana y ante el Mineiro— con la rojiblanca a bastones.
Unión (o sea: Madelón, Spahn y Zuccarelli) sabe que este mercado de verano, con el dólar solidario, viene complicado. Hace un año, por ejemplo, sacar un jugador de un club grande (Maximiliano Pablo Cuadra, de Racing) le costó sangre, sudor, dólares y lágrimas. Fue una apuesta que, claramente, no funcionó.
Si no se va nadie, Leo quiere gastar todas las energías en un “8” que mejore el juego del mediocampo. O en su defecto, otro volante. Ejemplo: se preguntó por Lisandro Alzugaray, de Central Córdoba, que es zurdo y viene siendo observado. “No es fácil sacarlo”, dijeron.
En cuanto a los nombres, varios fueron desmentidos. “De la única manera que podemos pensar en Alexander Barboza, jugador con contrato de club grande, es si se va Yeimar; sino imposible”, afirman. Lo de Chávez, lo mismo.
Unión hizo una oferta concreta para repatriar a Mauro Pittón —está de vacaciones y tiene varios clubes interesados—, para volver a armar el doble “5” con Acevedo. A pesar de que se habla de un fuerte interés de Defensa y Justicia, el propio Bragarnik les aseguró que el “Chaco” se queda en Unión a jugar las cuatro competencias del 2020 con Madelón.
¿Se cae el tercer amistoso?
Al confirmarse el partido con Argentinos Juniors para el viernes 24 de enero a las 21.45 en el estadio 15 de Abril, el plan inicial de pretemporada del Tate en Mar del Plata podría sufrir algunas modificaciones de parte de Madelón.
Como se sabe, los amistosos que están “cerrados” son los de Alvarado y Quilmes en “La Feliz”. Había una idea de sumar un tercer juego preparatorio, ante Temperley, para lo cual el plantel debía “tocar” Buenos Aires. En principio, este tercer amistoso estaría “caído”, priorizando el descanso de cara a la seguidilla que se viene para el Tate.
Incluso, por lo que pudo averiguar El Litoral, tanto el mánager Martín Zuccarelli como los dirigentes comenzaron a diagramar la logística internacional para el partido revancha con el Atlético Mineiro, recordando que Unión pisará el mítico Mineirao el 20 de febrero a las 21.30 para jugar la revancha copera.