El agente penitenciario Carlos Walter Maranzana (36) quedó en prisión preventiva luego de que se le imputaran tres hechos de violencia contra su expareja, y madre de sus 5 hijos. La fiscal a cargo de la investigación, Cristina Ferraro, comentó que “también estamos hablando de daños y de violencia psicológica”.
El antecedente data del 4 de mayo de 2019, cuando atacó a su exmujer, y a una amiga de ella. La agresión física no le fue suficiente, sino que también la amenazó de muerte mediante mensajes de whatsapp, “que tenían relación con que ella no regresara al hogar que en algún momento habían compartido”. Oportunamente se le imputaron los delitos de “lesiones leves calificadas por mediar violencia de género y por el vínculo” y “amenazas coactivas calificadas”, y se le impuso una medida de prohibición de acercamiento de 500 metros que, en vistas de lo acontecido recientemente, resultó insuficiente.
Así fue que el viernes 3 de enero Maranzana se acercó a la casa de su exesposa, en el barrio Estanislao López, donde vive con sus hijos, que tienen entre 3 y 11 años. “Ingresó sin autorización a la vivienda y comenzó a cuestionarle a ella si estaba nuevamente en pareja”, comentó la fiscal, y continuó: “comenzó a propinarle golpes de puño y patadas en la cabeza”. Tras haber descargado su ira contra el cuerpo de la mujer, Maranzana tomó una botella de vidrio que tenía a su alcance y la rompió contra el cuerpo de ella.
Afortunadamente, una sobrina de la víctima advirtió lo que estaba pasando y llamó al 911. Ferraro aseguró que “las lesiones no revistieron gravedad, sí obviamente a un nivel psicológico”, puestos que se trata de una relación marcada por un contexto de violencia de género.
Por este último episodio Maranzana fue imputado como autor de “tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por ser perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género (femicidio)”, por lo que este martes el juez Pablo Busaniche resolvió pasar la detención que el penitenciario venía sufriendo en prisión preventiva. “Argumentamos que justamente los riesgos procesales, el entorpecimiento probatorio, es grave, concreto, y se encuentra patente y muy gráfico, y no hay otra forma de mitigarlo más allá del encierro carcelario”, concluyó la fiscal.
“La tentativa de femicidio que investigamos fue cometida el pasado viernes minutos después de las 8 de la mañana en una vivienda ubicada en calle Cafferatta al 8500”, recordó la fiscal Ferraro. “La brutal agresión fue presenciada por una sobrina de la víctima y por los hijos que tuvo la mujer con el imputado, quienes lograron sacar al hombre del lugar, cerrar la puerta con llave y avisar a las autoridades policiales y sanitarias”, detalló Ferraro.
La fiscal del MPA, Cristina Ferraro, remarcó que el accionar del acusado “fue motivado en celos generados por una supuesta relación sentimental de la mujer con otro hombre, lo cual se tradujo en una actitud de posesión propia del círculo de violencia psicológica”.