No se habían secado las lágrimas de los 40.000 sabaleros que dejaron la vida para ir a Paraguay que había estallado el conflicto en el Mundo Colón. La salida previsible y “payasesca” de Pablo Lavallén aceleró todo. El papelón de Aldosivi también.
La discusión es el dinero de la Final Única: Colón sostiene que Conmebol le pega a los clubes por llegar a tal instancia y el club paga premios por ganar la fase. ¿El monto a discutir?: unos 800.000 dólares.
No se habían secado las lágrimas de los 40.000 sabaleros que dejaron la vida para ir a Paraguay que había estallado el conflicto en el Mundo Colón. La salida previsible y “payasesca” de Pablo Lavallén aceleró todo. El papelón de Aldosivi también.
Los dirigentes, calientes por peder la final como consecuencia del hincha que llevan adentro, dejaron de ir a los entrenamientos, al hotel, a las concentraciones. El quiebre estaba, aunque muchos pensaban que era una calentura pasajera.
“Año nueva, vida nueva”, era el mensaje para el 2020, ya con Diego Mario Francisco Osella en lugar del entrenador subcampeón de la Sudamericana.
“¿Ya cobraron la plata de la Conmebol?”, preguntó un referente del plantel a uno de los laderos de Vignatti. El Deja Vu marcaba que, antes de Independiente del Valle, los jugadores habían insinuado que querían “un poco más del acuerdo”. ¿El motivo?: simple...“Somos los primeros en la historia que vamos a clavar la estrellita de campeón al lado del escudo de Colón en esta camiseta”.
Como se sabe, el tipo que se gastaba, se desangraba y dejaba la piel en la relación con jugadores y cuerpo técnico era el “Flaco” Horacio Darrás, vicepresidente de Vignatti y hombre designado para “fumarse” cada delirio digno de Hollywood.
“Ustedes tienen la gloria y el dinero a 90 minutos. La plata de Colón ya está, porque el club cobra ganando y perdiendo la Final. Pero ustedes cobran si ganan en La Olla”, fue el mensaje de los dirigentes con línea directa de José Néstor Vignatti.
La discusión se explica con una sola frase: “Conmebol le paga a Colón por llegar a determinada instancia pero el club paga premios a sus jugadores por ganar fases...no por perderlas”. Así se hizo desde que arrancó la historia de la Sudamericana 2019:
— 1) Los más “viejos”, que clasificaron con el “Barba” Domínguez bajo la luna de Avellaneda, cobraron un premio en dólares por clasificar a la Copa.
— 2) Los más “nuevos” se acoplaron y fueron cobrando los premios por “GANAR FASES”: los peruanos, River de Uruguay, Argentinos, los venezolanos y Mineiro por citar ejemplos.
¿Cómo era el acuerdo?
Los premios por pasar fases tienen montos públicos que publica la Conmebol antes de cada competencia. El acuerdo es un convenio de marco stándar que tienen los clubes: se le restan los gastos que automáticamente descuenta Conmebol y se reparte en partes iguales. Es decir, la mitad para Colón como club y la mitad para plantel, cuerpo técnico y colaboradores.
— De ese cincuenta por ciento que le corresponde al plantel, había un reparto “especial”.
— El 40 por ciento era para los jugadores.
— El 10 por ciento era para el cuerpo técnico de Lavallén.
— Pero, además, dentro del 40 por ciento de los jugadores, había cuatro o cinco jugadores que “cobraban más que el resto”.
Cada una de las fases se fue pagando en tiempo y forma, al mismo tiempo que Conmebol le descontaba y le pagaba a Colón.
“Creen que la plata es de ellos”
Más allá del tema salarios de AFA y Superliga, el punto de la discusión son los dos millones de dólares que Colón percibió por ser Subcampeón de la Copa Sudamericana 2019. En este punto hay que aclarar que el monto puede ser menos si se descuentan los gastos o puede ser más si se le agrega el 25 por ciento de las entradas que Colón recibió por jugar la Final Única (Vignatti quería pedir más porque los 40.000 hinchas fueron de un solo equipo).
“El tema está trabado ahí, los jugadores piensan que la mitad de ese monto que recibió el club es de ellos y la deben cobrar. Es más, deslizaron de unos 800.000 dólares “limpios”, calculando que hubo gastos. Están convencidos que esa plata es de ellos, más allá del resultado de la Final Única”, explica a El Litoral un fuente “no oficial” del Mundo Colón.
Hace algunos días, el propio capitán y referente del plantel —Luis Miguel Rodríguez— se fue antes de un entrenamiento para reunirse cara a cara con el presidente José Néstor Vignatti en sus oficinas. Se supone que “negoció” dos cosas: 1) El reclamo global del plantel; 2) Una mejora individual de su salario. Lo sorpresivo fue que terminaron a los besos y los abrazos.
Un par de días después, el mismo “Pulga” encabezaba la revuelta: ayer, luego de almorzar, el plantel abandonó la concentración a modo de protesta. Y, de paso, le avisaron al propio Diego Osella que para el amistoso de mañana —contra Newell’s en Rosario— tampoco iban a concentrar, ya que Colón había reservado y pagado un hotel para esta noche en “La Chicago Argentina”. ¿Cuál era la idea antes de la reunión?: “nos vamos a juntar a las 5 de la mañana para ir a jugar contra Newell’s”. Una postal casi amateur en medio de un reclamo supuestamente profesional.
Lejos de montarse una reunión entre Vignatti y los dos o tres referentes del plantel, la Cumbre de hoy fue —luego del entrenamiento— pocas veces vista: todos los jugadores del plantel profesional cara a cara con Vignatti y sus laderos en el propio Hotel de Campo. Como dato decorativo: también estaba el secretario técnico Francisco Ferraro.
Más allá de la discusión de “fondo” con los dirigentes por el famoso premio, la forma de protestar de los jugadores pareció demasiado “express” y desmedida, casi exagerada. Sin ubicarse en el tiempo y el espacio. En el medio, atrapado, Diego Osella, con apenas dos de los cinco refuerzos que necesita, sin poder depurar el plantel y apenas a un puñado de puntos del descenso.
Colón cobra de Conmebol un dinero por llegar a cada instancia pero le paga al plantel por pasar cada Fase que se gana. “Nadie en el mundo paga premios por perder”, dicen los dirigentes.