Por Carla Korol
Por Carla Korol
Dormir cerca tuyo, casi pegados en esa cama que es enorme pero que a veces nos queda chica entre jugueteos y cosquillas.
Verte de cerca, sentirte respirar, pasarte un pie por encima, sentir tu olor, rascarte el pelo y la espalda.
Dormir con vos y sentir como a mitad de la noche me buscás y me acercás a vos, me besás la espalda o la cabeza, más en actitud paternal que otra cosa.
La magnificencia de sentirte cerca, aunque después te alejes, tocarte la piel curtida por el sol, buscarte los ojos, besarte en la boca, querer dormirme en tu pecho como una nena chiquita.
Escucharte hablar embobada mientras despotricas contra la tele, el fútbol o la economía.
Sos fascinante en todas tus versiones, hasta en aquellas donde contra toda estadística querés tener la razón.
Sos obstinado y eso me gusta, me hacés sentir segura en medio de tus brazos, y sentimos la lluvia caer con furia y por un momento me miras, a los ojos, bien directo, y siento ese chispazo. Esa conexión, juro que quisiera que se detuviera el tiempo ahí.
Te quiero como para llevarte el desayuno a la cama, aunque a veces me ganás de mano y me lo traés vos. Te quiero para que me abraces cuando lloro fuerte porque el mundo es injusto. Te quiero porque tenés esas manías tan tuyas y particulares que aunque pasen los años siempre me voy a acordar y reír. Te quiero porque me enojo y te enojás vos y entonces nos desenojamos mirándonos sabiendo que la complicidad es más fuerte. Sabiendo que hay vida en esos abrazos al dormir.
Me acerco a vos, dormís, no sé qué cosas te mostrará Morfeo, pero te veo respirar y me acerco, y sé que el mundo se detiene por un ratito, te abrazo y hay infinidad en esos pocos minutos que nos quedan hasta que suene el reloj. Le robo un instante al tiempo y saco una foto mental para tenerla conmigo cuando estés lejos, porque pocos saben la fortuna que se siente al tener la piel de quien querés rozándote la pierna, mientras escucho los rayos surcando el cielo coronando este momento, triste y mágico hasta que nos olvidemos otra vez.