En el lapso de seis meses, entre las elecciones generales del 9 de junio y el cambio de gobierno municipal del 11 de diciembre, la ciudad de Paraná sufrió un abandono atroz. Durante ese tiempo se destapó una olla a presión que acumulada conflictos, tal vez postergados por la campaña electoral.
“Después de la elección general empezamos con la búsqueda de información, cosa que fue muy complicada porque no tuvimos un período de transición, y detectamos distintas situaciones”, sostuvo el intendente paranaense Adán Bahl en una entrevista con El Litoral, y agregó que “la presunción que teníamos nosotros se consolidó con un informe del Tribunal de Cuentas de la Provincia. Básicamente en el 2019, y tal vez producto de la campaña, se tomaron muchas decisiones que no contaban con respaldo presupuestario. Esto implicó, no solo la cuestión del personal, sino también el lanzamiento de un plan de obras públicas muy ambicioso, y que al no tener respaldo presupuestario rápidamente cayó en obras paralizadas, rescindidas y neutralizadas. Ese tipo de situaciones generó muchas contrataciones en recursos humanos cuestionables desde el punto de vista legal”.
Además del conflicto con los trabajadores municipales por sueldos adeudados e irregularidades en las contrataciones, Paraná atravesó por un paro del servicio del transporte urbano de pasajeros que se extendió por más de dos semanas; y la recolección de residuos también mermó por el abandono que sufrieron los vehículos municipales que quedaron fuera de servicio. “La situación económica nos permite apenas atender los servicios básicos”, se sinceró Bahl.
—¿Qué sorpresas encontró una vez que asumió al gobierno?
—Cuando ingresamos a la Municipalidad nos encontramos con pasivos ocultos que estaban en la administración. No quiere decir que sea una cuestión reprochable desde lo legal, sino que al no haber tenido registro presupuestario eran deudas que están dando vueltas, pero no tienen su registración.
—¿Y qué decisiones inmediatas tuvo que tomar?
—Una de las primeras medidas que tuvimos que tomar fue llevar adelante la sanción de una ordenanza de emergencia económica y financiera durante 180 días, con una serie de restricciones. Eso implicó también, en mi caso particular y de todos los políticos, el congelamiento de los sueldos. Están congelados a mayo del año pasado, es decir que mínimamente van a estar un año así. Cuando uno ve los números implica un gran ahorro, pero también una señal de política clara.
—¿De cuánto es la deuda municipal?
—Supera los $ 1.500 millones. Tenemos que tener en cuenta que el presupuesto de la Municipalidad de Paraná el año pasado rondaba los $ 5.500 millones, por lo que la deuda es un impacto es muy grande para atender. Además, gran parte es un pasivo flotante, o sea rápidamente exigible.
A través de la Comisión Verificadora, que está en proceso de funcionamiento, se está verificando cada uno de los créditos para tener la certeza de que la deuda esté legalmente respaldada; y analizar que cada obra pública haya sido puesta en marcha con sus respectivas licitaciones y sus concursos.
—¿Qué acciones llevan adelante para allanar el camino del tan conflictivo servicio de transporte urbano?
—Lo que hicimos fue abordar rápidamente el problema que ya venía de la gestión anterior. Pagamos automáticamente la deuda que tenía el municipio con los aportes que llegan del gobierno nacional o del gobierno provincial. La intención es que no se generen estos faltantes de recursos que estaban demorados por trámites burocráticos, y que generaban tensiones y reclamos.
—¿Y para la recolección de residuos?
—La basura es uno de los grandes talones de Aquiles que tiene la Municipalidad, ya que, a diferencia de Santa Fe, es un servicio que no está tercerizado sino que lo hace el municipio. Para tomar dimensión, una capacidad operativa mínima implica tener 30 camiones en funcionamiento y cuando nosotros llegamos al gobierno había solamente tres camiones. Estuvimos al borde de una crisis de salud muy fuerte porque durante varios días la basura no se recolectó.
—La solución inmediata fueron los camiones de Vialidad...
—Sí, recuperamos la recolección de residuos con el acompañamiento de vehículos de la Dirección Provincial de Vialidad. Por lo tanto, con empleados municipales, algunos camiones que se fueron reparando y con la ayuda de Vialidad, pudimos ir recuperando y limpiando la ciudad.
—¿Y ahora tienen algún plan para prestar el servicio con normalidad?
—Estamos en un proceso de adquisición de equipamiento para tener una capacidad operativa y que esas situaciones queden en el tiempo. La basura hay que juntarla todos los días.
—¿Qué sucederá con las obras que se iniciaron con la anterior gestión y no se terminaron?
—Muchas obras se licitaron, se pagaron los anticipos financieros y nunca arrancaron, ahora están en proceso de revisión. Hay otras obras en las que el costo de dejarlas abandonadas es muy superior al costo de terminarlas, por lo que estamos buscándole una solución dentro de lo posible y en la medida que económicamente y financieramente la podamos abordar.
—Una de esas obras es la del planetario.
—En ese caso, es una obra emblemática e interesante. Hoy está ejecutado el 50% de la obra civil. Cuando se licitó la obra, la Municipalidad tenía los recursos y elementos, pero por alguna razón esa obra no se desarrolló en un momento de bonanza del municipio. Queda por resolver, además de la parte civil, el equipamiento que es una cifra bastante importante en varios cientos de miles de dólares. Tenemos como misión tomarlo y concluirlo, pero en la escala de prioridades están los servicios.
—La reactivación de Paraná, en el sentido de salir adelante tanto en la prestación de servicios como en obras. ¿En qué situación está?
—Hoy por hoy, los recursos están aplicados: al funcionamiento mínimo de la provisión de agua potable de calidad, que lleva una inversión muy importante todos los días; la recolección de residuos; y, por supuesto, el tema de los sueldos, que en un municipio razonablemente equilibrado no debería superar un 52% de recursos corrientes destinados a sueldos del personal y en la Municipalidad de Paraná está por encima del 75%.
—¿Las arcas del gobierno local qué permiten proyectar?
—La situación del tesoro y la proyección nos permite mínimamente estar atendiendo apenas los servicios básicos, ni siquiera tenemos capacidad para adquirir los elementos apropiados para hacer un bacheo o una recuperación de calle por eso estamos trabajando con Vialidad Provincial. Durante fin de año, las empresas no proveyeron la mezcla asfáltica y a los grandes pozos los tuvimos que tapar con tierra y como sea. Hoy estamos bacheando la ciudad, que tiene infinidad de pozos, con mezcla de asfalto que Vialidad nos presta, y con eso estamos bacheando con 30 y 50 toneladas de mezcla por día.
Tenemos un banco de proyectos ejecutivos de obras muy ambicioso, pero estamos en un proceso de conseguir financiamiento ya sea en el gobierno nacional o provincial.