Técnico nuevo y equipo con apenas dos rostros nuevos: Rafael García y Rafael Delgado, este último si en definitiva así lo decide Osella. Acá lo que se espera es saber hasta qué punto la mano de Osella ha servido, en este tiempo de trabajo no exento de contratiempos, para que logre encontrarle un funcionamiento adecuado a un equipo que terminó totalmente deshilachado el año anterior.
Para un equipo que tuvo muchos problemas defensivos (es el segundo más goleado de la Superliga), no se le puede adosar toda la responsabilidad de la necesaria mejoría a la llegada del uruguayo García o a lo que pueda aportar un jugador que llegó esta semana para hacerse la revisión en el Sanatorio Santa Fe y de allí nomás, pasar a convertirse en una posibilidad concreta de titularidad.
Es cierto que Delgado llega con una pretemporada hecha en Defensa y Justicia, pero prácticamente sin prácticas de fútbol con el plantel. Está claro que esa defensa que no dio muestras de solidez —y eso que Colón tiene a un buen arquero defendiendo su valla— es la que hoy está ofreciendo esta clase de posibilidades, inclusive para un jugador recién llegado.
Pero al margen de esto, no ha sido normal el tránsito de Colón desde la vuelta al trabajo, en las primeras horas de 2020 hasta las 19.40 de este sábado, momento en el que Silvio Trucco marcará el inicio del partido en Santiago del Estero: conflicto económico entre jugadores y dirigentes por el premio de la Sudamericana, concentración que se interrumpe, “visita” de hinchas al predio para exigir y amenazar y el jugador más cotizado y por el que se está haciendo un gran esfuerzo económico (Brian Fernández) que no se entrena y al que se le permite una “licencia” de varios días. No es normal y resulta problemático, esto que sucede, para un fútbol ultra competitivo y para un Colón que necesita arrancar con el pie derecho porque no le sobra nada.
Frente a esto, la mano de Osella se nota quizás en la inclusión de un jugador como Mauro Da Luz y en la titularidad que le otorga a Chancalay (quizás con un margen de duda a favor de Brian Galván). ¿Cuál será el esquema?, quizás con acumulación de volantes para defender, obligando a Da Luz y a Chancalay al retroceso y cerrando a Zuqui y a Estigarribia para que colaboren en la recuperación con Lértora, liberando luego a los dos que vayan por afuera y al necesario desprendimiento de alguno de los volantes, para que el Pulguita Rodríguez no esté tan solo arriba y se pueda atacar en bloque.
Colón cerró muy mal el 2019, sin entrenador y con una actuación en los últimos dos partidos que dejó mucho que desear, sobre todo el encuentro ante Aldosivi en Santa Fe, que motivó el alejamiento inmediato de Lavallén y que Pablo Bonaveri se convierta en el técnico interino para aquél cotejo frente a Arsenal del cierre del año.
Central Córdoba tiene 18 puntos, la campaña cierra en los números pero no puede echarse a dormir. Necesita seguir en esta senda, porque así como sube cada vez que gana, también baja mucho en esa tabla cuando pierde. Hoy está zafando, justamente por encima de Aldosivi, Patronato y Gimnasia, que son los que están descendiendo. Y por debajo de Colón, que divide por tres torneos y no por uno como los santiagueños.
La última incorporación fue la de Cristian Chávez. “Chávez se acomoda muy bien a nuestro sistema, es un buen atacante, un nueve de mucha experiencia, con mucho potrero. Tenemos una afinidad con él con todo el cuerpo técnico. Es el jugador que quería”, dijo Coleoni, el entrenador de Central Córdoba.
“Llegamos mejor a este ‘debut’ ante Colón, que en su momento al de Newell’s. Nosotros tenemos los pies sobre la tierra y sabemos que tenemos que sacar 5 de 12 para lograr la permanencia”, acotó el DT. “Para nosotros es una final este partido ante Colón, por todo lo que hay en juego. Pero en realidad todos los partidos son finales para nosotros. Queremos sumar para poder mantener la categoría. Dejar a Central en Primera es como salir campeones para nosotros”, cerró.