La vicepresidenta Cristina Kirchner se presentó en la Feria del Libro que se realiza en La Habana, donde reclamó al FMI una “quita sustancial” de la deuda tras cuestionar con dureza el préstamo concedido al gobierno de Mauricio Macri, y remarcó por otro lado que fue víctima un “lawfare” con “componentes mafiosos”.
“Dieron un préstamo violando el estatuto. Ahora escucho que no se puede hacer una quita al capital del Fondo porque su estatuto lo prohibe. También prohibe que se den préstamos para que se fugue el dinero ¿por qué vamos a hacer valer una prohibición y otra no? Apliquen el estatuto entero”, manifestó.
La ex mandataria sostuvo que “todos deben respetar las normas, el acreedor y el deudor” y agregó: “Por lo menos debería establecer una quita sustancial porque se hizo un préstamo comprometiendo el 60% de la capacidad prestable del organismo y violando las obligaciones que tiene el propio Fondo”.
Remarcó que “no podemos crecer si el Estado no inyecta fondos a la economía. No se sale de una recesión restringiendo la inversión del Estado y para pagar tenemos que salir de la recesión”.
La ex mandataria habló además de la emergencia que declaró el Gobierno en distintas áreas y destacó la referida a las tarifas eléctricas por los aumentos de los últimos cuatro años, tras lo cual aseguró que el Ejecutivo tiene “todos los instrumentos para poder hacer una revisión tarifaria”.
“Una revisión que le devuelva a los argentinos la confianza de que cuando votan y se les dice que vamos a hacer tal cosa se van a hacer, y yo estoy convencida de que se van a hacer, porque Alberto tiene ese compromiso ante la sociedad y no tengo dudas que lo va a cumplir”, agregó.
La vicepresidenta volvió a hablar de “lawfare” (o “guerra judicial”) y señaló que “en la Argentina el lawfare tuvo un componente mafioso: ir contra la familia”. “Esto se tradujo en la persecución a mis hijos pero especialmente a Florencia, tal vez por verla vulnerable, tal vez porque advirtieron en mi vida cotidiana era un lugar muy especial para mí”, sostuvo la ex mandataria. “En el posmodernismo ya no era necesario desaparecer a los dirigentes políticos que consideraran un peligro para el establishment, porque se lo invalidaba políticamente a partir de la condena mediática, primero, y luego la condena judicial de lo que se había instalado mediáticamente”, agregó.