Germán Guisasola, un arquitecto y docente universitario, desde la madrugada del sábado está viviendo una pesadilla.
Ocurrió en Ricardo Aldao 800. La víctima es un arquitecto y docente universitario. Acudió a la policía pero nadie lo ayuda.
Germán Guisasola, un arquitecto y docente universitario, desde la madrugada del sábado está viviendo una pesadilla.
Sin saberlo todo comenzó la noche del viernes cuando, luego de terminada su actividad, se retiró a descansar en su domicilio de Ricardo Aldao al 800, esto es, detrás de la Universidad Tecnológica Nacional, en el barrio conocido como Villa Setúbal.
Pero a las 7 de la mañana del sábado fue una vecina quien lo despertó para avisarle que la puerta del garaje estaba abierta y con signos de haber sido violentada.
Ni bien observó el lugar el dueño de casa no necesitó ninguna explicación de lo que había pasado. Desde el interior del garaje faltaban dos motocicletas de su propiedad. Una Honda XR 125cc., color negro, dominio IZK 117; y una Honda Tornado, color roja y blanca, dominio KMH 777.
Sin demora el nombrado se dirigió a la seccional 5ta. donde radicó la denuncia. No obstante la reacción de los agentes no dejó del todo conforme a la víctima que, en medio de la desesperación, difundió lo ocurrido por redes sociales.
“No pasó mucho tiempo hasta que me avisaron que en un lugar habían visto que tres hombres estaban desarmando mi moto. Volví a ir a la policía pero no me dieron bolilla. Así comencé a recorrer distintas dependencias pidiendo ayuda pero la respuesta era siempre la misma”, dijo hoy el damnificado en diálogo con El Litoral.
“Los policías me decían que me quedara tranquilo. Que las patentes ya estaban en el sistema Condor (donde figuran los vehículos robados) pero hasta el momento yo no tuve ningún resultado positivo”, agregó.
“La verdad que todo esto es un golpe muy fuerte para mi familia, porque esas motos son mis herramientas de trabajo. A una la compré como una forma de ahorro y ahora me encuentro que no tengo nada”.
Por último aseguró que la situación del barrio en cuanto a la inseguridad “es terrible. Acá este tipo de hechos no sorprende a nadie. Están entrando a las casas y además hay muchos robos que ocurren en la calle. La policía pasa por la costanera y muy pocas veces se la ve por las calles interiores”, se quejó.