El gobernador Omar Perotti finalmente marcó el número de Miguel Lifschitz y hablaron durante un largo rato sobre los efectos de la pandemia del coronavirus en la salud y en la economía no solo de Santa Fe sino también del país y del mundo y, en ese marco le solicitó apurar el debate de la ley de Necesidad Pública. El presidente de la Cámara de Diputados le prometió buscar entendimientos y acordaron que el ministro de Economía, Walter Agosto, sea el interlocutor.
Se había impuesto el criterio del grupo de justicialistas que le aconsejaban a Perotti hablar directamente con Lifschitz para poder tener la herramienta que el gobierno considera indispensable para llevar adelante la gestión, amén de saldar deudas que debe honrar el Estado santafesino. La vicegobernadora, Alejandra Rodenas, varios ministros y muchos legisladores son los que abonaron el camino del diálogo. Otros ministros y allegados al gobernador creen que ese no es el camino. “Hay errores recíprocos, desconfianza, pero con agresiones no se puede construir” es la coincidencia del ala dialoguista del gobierno.
El último domingo ambos dirigentes habían cruzado mensajes de whatsapp. Perotti le agradeció a Lifschitz el twitter saludando la convocatoria a ex ministros, científicos, autoridades universitarias y médicos para analizar el impacto del coronavirus. Lifschitz le respondió. Dos semanas atrás hubo también un intercambio de textos pero sin pasar a mayores.
El marco de discusión actual de la ley ya no es el de diciembre ni siquiera el de febrero. La pandemia desatada en China tiene consecuencias inconmensurables. El objetivo ahora es aplanar la curva para que el sistema sanitario pueda enfrentar la situación. La medida implica un retroceso económico y productivo en una Argentina que viene en caída durante casi una década. Cuando pase el tsunami, los estados necesitarán cifras multimillonarias para ayudar a poner en pie el sistema productivo.
El nuevo escenario tal vez hace inútil la discusión de la cifra del endeudamiento que reclama el gobierno por 39 mil millones cuando la oposición entiende que deben ser hasta 22 mil. El planteo frentista es incorporar fondos para la emergencia que genera el coronavirus. En el gobierno rechazan algunas pretensiones opositoras. “Es una ley provincial, no una ordenanza” dicen, con sorna, en la Casa Gris ante la fuerte presión para la inclusión de los municipios en la norma, especialmente Santa Fe y Rosario.
En Diputados, recién el miércoles por la noche fue suspendida la reunión conjunta de dos comisiones que el jueves debían dictaminar el proyecto de Necesidad Pública y se cayó la sesión semanal. Ese día se sucedieron intercambios de borradores entre la presidencia de la Cámara y la Casa de Gobierno y hubo interminables reuniones entre legisladores radicales y senadores justicialistas. Los demás bloques de Diputados lejos de la negociación y en la mayoría de los casos con sus integrantes en sus lugares de residencia protegiéndose del coronavirus.
“La negociación está encaminada, no cerrada” se decía en ambos sectores en el cierre de la semana. Si hay acuerdo, con los legisladores presentes, personal de Parlamentaria y taquígrafos habría ley en esta semana de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Los optimistas no descartan una foto de Perotti con los presidentes de las cámaras legislativas como broche de un entendimiento que podría marcar una etapa diferente en la política santafesina y un signo de madurez de la dirigencia en momentos muy complicados para la población.