La pandemia modificó de golpe la vida de las familias. Se suspendieron las clases, madres y padres trabajan desde el hogar y no se debe salir de casa. ¿Cómo explicarle ésto a los más chicos? ¿Deben saber todo o una parte? Preguntas como éstas surgen y surgirán a lo largo de esta situación que se está viviendo en el mundo.
A continuación algunas consideraciones a tener en cuenta según la psicopedagoga santafesina Alejandra Canavesio (MP. N° 279).
—¿Cómo explicarle a un niño o niña que estamos atravesando una pandemia?
—De modo simple, partiendo por explicarle la diferencia entre pandemia y epidemia, como para que entienda que lo que estamos atravesando no sólo afecta a nuestro país sino también a otros.
—¿Cómo padres debemos limitarnos a la información que le damos o deben saber todo? ¿Por qué?
—Ante todo, es fundamental que el adulto esté correctamente informado (por fuentes oficiales) y, entonces, estará en condiciones de conversar con ellos, sin limitarse a sólo darles información. En la conversación hay un ida y vuelta, involucrándolos directamente, y el dar información es unidireccional desde el adulto. Es preciso que se hable a los chicos (niños y adolescentes) de modo claro y sencillo, usando un lenguaje adecuado a la edad que tengan y, en lo posible, valiéndose de dibujos, gráficos y/o videos cortos que sean didácticos y dirigidos especialmente a la población infantil y adolescente. Es importante, también, que los chicos no tengan acceso privado (sin los padres presentes) a toda la información que pulula por redes sociales ni a los noticieros y programas de televisión o radio que aborden el tema. No sólo es imposible que sepan “todo”, sino que no es conveniente que el adulto les traslade todo lo que sepa él, porque ellos no tienen la madurez necesaria como para procesar e internalizar convenientemente información que, por compleja, les resulta inentendible.
—El tema del permanecer en casa no es menor. ¿Qué tips o estrategias podemos utilizar para que el encierro no les afecte?
—Creo que el encierro puede afectar más a los padres que a los hijos. Salvo para ir a la escuela y a las actividades extraescolares que realizan, los chicos de hoy están bastante habituados a estar encerrados, atrapados en pantallas con las que comparten demasiado tiempo diario. De todos modos, en este momento, es importante que, por ejemplo, se encarguen ellos de abrir las ventanas de la casa, entendiendo el beneficio de ventilarla; que describan qué es lo que ven a través de ellas; que den características visuales, auditivas y olfativas de lo que perciben (incluso se puede organizar, a modo de juego, que alguien se pare frente a una ventana y describa cosas, como para que otro descifre qué es lo que está describiendo); que relaten las diferencias que experimentan estando dentro de casa cuando las ventanas están abiertas y cuando están cerradas; que armen oraciones orales, tomando como elementos lo que captan mediante los sentidos, distinguiendo qué sentido es el que aparece en cada oración.
—¿Cómo manejar el tema de la ansiedad en los niños?
—Los niños se pondrán ansiosos sólo si perciben así a sus padres (o a los adultos con quienes estén cumpliendo la cuarentena), razón por la cual es esencial que los adultos puedan gestionar convenientemente sus emociones, autorregulándose, y esmerarse en estar lo más tranquilos posible. Los padres deben evitar el desborde emocional, delante de los hijos, así como también los comentarios pesimistas, fatalistas, catastróficos y tremendistas. No se trata de negar la realidad y tampoco de disfrazarla, pero sí es necesario deshacerse de la paranoia y trabajar por instalar la calma, porque sólo desde la tranquilidad podremos conservar en buenas condiciones nuestro sistema inmunológico, para estar mejor protegidos.
—¿Esta situación que estamos atravesando podría llegar a dejar secuelas en un futuro? ¿Qué hacemos?
—Que esta situación deje o no secuelas dependerá de cómo cada familia la transite. Lo ideal, obviamente, sería que seamos capaces de lograr un aprendizaje positivo. Es importante que estemos abiertos a darnos cuenta cuál es el mensaje que esta pandemia “vino a traernos”, sin victimizarnos, y que nos sirva para aprender no solamente “que más vale prevenir que curar”, sino acerca de la importancia de la responsabilidad que nos compete individualmente, porque nos hemos visto puestos en jaque respecto a la realidad de que lo que cada uno haga o deje de hacer no sólo influye directamente en la salud y el bienestar propios sino también en los de los otros.
—Por último, ¿qué consejo le darías a los padres para llevar adelante en esta cuarentena?
—Que aprovechen el tiempo de estar bajo el mismo techo, para estar juntos. Que, una vez que estén claros respecto a las medidas de prevención, las implementen con responsabilidad y eviten el exceso de información. Que los chicos vean coherencia entre los que los padres dicen y lo que hacen. Que promuevan el encuentro y alimenten los vínculos. Que se escuchen unos a otros y revaloricen el mirarse a los ojos. Que compartan entre todos las labores domésticas, haciendo de ellas algo divertido. Que jueguen, escuchen música, canten, bailen, lean y cuenten cuentos, cuiden las plantas, cocinen... Todos juntos. Que los chicos puedan sentirse parte activa de la prevención, en una acción solidaria conjunta, y eso les posibilite conectarse con la sensación de que, si hacemos entre todos, ganará la salud y la VIDA vencerá a la muerte.
“Es importante, también, que los chicos no tengan acceso privado (sin los padres presentes) a toda la información que pulula por redes sociales. No sólo es imposible que sepan “todo”, sino que no es conveniente que el adulto les traslade todo lo que sepa él, porque ellos no tienen la madurez necesaria como para procesar e internalizar convenientemente información que, por compleja, les resulta inentendible”.