Barrio Ciudadela es otro de los lugares donde la delincuencia golpeó con fiereza.
Barrio Ciudadela es otro de los lugares donde la delincuencia golpeó con fiereza.
Pasado el mediodía del miércoles, Marcela Paoletti, terminó su jornada laboral en el gremio Apul (Asociación Personal No Docente de la UNL) y se encaminó hacia su vivienda particular, ubicada en Gdor Freyre 5300, sin imaginar la desagradable sorpresa que la aguardaba.
“Apenas abrí la puerta me encontré con todo un panorama de terror. Toda la casa estaba revuelta, con cosas tiradas por todos lados, un verdadero caos”, dijo hoy la dirigente en diálogo con El Litoral.
“Hace un tiempo ya habíamos sufrido un robo y desde entonces pusimos rejas por todos lados, defendimos los tapiales colocando púas. Y ahora nuevamente me toca vivir este infierno. La verdad es que ya no sé qué más hacer”, reflexionó indignada.
Todo parece indicar que el o los ladrones llegaron a su propiedad, previo haberse desplazado por los techos de las viviendas vecinas. Luego bajaron a un patio y allí violentaron la reja de una puerta ventana, que les franqueó el paso al interior del inmueble.
En cuanto a los elementos faltantes de su casa, Paoletti sostuvo que “se llevaron gran cantidad de herramientas de trabajo que utiliza mi pareja, tales como taladros eléctricos, una sierra, etc; efectos personales míos y algún dinero que teníamos como ahorro”.
Más adelante la víctima remarcó que los ladrones hasta tuvieron tiempo de seleccionar qué se iban a llevar. “Por ejemplo dejaron toda la ropa de bebé que es de mi sobrina que fue mamá. También sobre una cómoda dejaron tirada una cuchilla”.
“Antes tenía alarma, pero la verdad es que uno siente que nada sirve. Es algo espantoso. Que uno salga a trabajar y saber que tu casa queda insegura”, remarcó.
“Lo peor de todo es la sensación de violación de intimidad que queda tras pasar por algo así. En estos tiempos donde tanto se pide guardar distancia, y uno tiene que saber que hubo extraños en tu casa, revolviendo tus cosas. Es algo horrible. Me puse a lavar todo lo que pude, pero ahora te da miedo tocar todo”, cerró.