El Concejo volvió a sesionar mediante un esquema mixto (presencial y virtual), con 14 de sus integrantes en las bancas y tres en forma remota. Casi todo el temario estuvo acotado a la pandemia y, entre las normas tratadas, se sancionó una resolución donde se le encomendó al Ejecutivo un estudio donde evalúe la factibilidad de redefinir la movilidad social en áreas urbanas de la ciudad donde, con la liberación de nuevas actividades económicas, la gente circula más y se generan aglomeraciones, algo que debe evitarse en el contexto de la crisis sanitaria por el Covid-19.
¿Qué implica esto? Analizar una reorganización de la movilidad principalmente en zona del microcentro, áreas cercanas a centros comerciales a cielo abierto de la ciudad y vías de circulación que convergen en centros de salud, hospitales u otros lugares públicos o privados esenciales. La finalidad de texto sancionado es “priorizar la circulación peatonal y ciclista, respetando las medidas de distanciamiento social”.
Dentro de ese orden de prioridades, la norma —que surgió de un despacho unificado entre varios proyectos similares— solicita al municipio realizar determinaciones, demarcaciones y señalizaciones de nuevas áreas peatonales, y recalificaciones de calles peatonales o semipeatonales con “manda peatón” en las calles más transitadas, las cuales deberán ser señalizadas con marcas en el piso que promuevan la distancia mínima obligatoria entre peatones.
Además, el Ejecutivo podrá —tras realizar el estudio de factibilidad— realizar la demarcación o ejecución de nuevas bicisendas y ciclovías. Y “reevaluar cuáles calles y avenidas podría peatonalizarse para evitar aglomeraciones e incentivar el comercio de escala barrial, evitando la utilización de transporte público”, puntualiza la resolución. Todas las intervenciones en el espacio público que puedan adoptarse tendrán carácter transitorio: durarán mientras sigan vigentes las medidas de distanciamiento social.
Por último, se faculta al Ejecutivo a realizar las consultas o pedir asesoramiento a universidades y centros o institutos especializados en movilidad sustentable y seguridad vial. También podrá coordinar —con los Estados municipales y comunales que integran el Ente de Coordinación Metropolitana— nuevas ciclovías temporales.
Salir de la “vieja normalidad”
El texto fue trabajado por Lucas Simoniello, Laura Spina (ambos del bloque UCR-FPCyS) y Jorgelina Mudallel (PJ). Con la habilitación de nuevas actividades (como el comercio minorista, por ejemplo), “es clave ver cómo se mueve el flujo de personas en la ciudad. Por eso, pedimos que se evalúen nuevos dispositivos que garanticen el distanciamiento social: semipeatonalizaciones, ciclovías temporales, entre otros”, declaró Simoniello en el recinto. Apeló a la responsabilidad ciudadana en la forma de transitar los la ciudad.
“Es necesario repensar una organización urbana en el contexto de pandemia, pero también que esto que pasa sea una oportunidad para generar acciones que se correspondan con el impulso de nuevos subsistemas, como la bici”, añadió Mudallel. Si no se aprovecha la cuarentena para desalentar el uso del auto, “estaremos dejando pasar una oportunidad muy grande, porque el sistema vial viene mostrando sus falencias y la movilidad sustentable debe contemplarse”.
Spina habló de la necesidad de ampliar los kilómetros de ciclovías: La bicicleta es “un medio que es saludable con el medioambiente, y con un riesgo de contagio mucho menor que el uso del transporte público, por ejemplo”, aportó.