La cordobesa Laura Fobbio es Licenciada en Letras Modernas, Doctora en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. Desarrolló en el CONICET investigaciones dedicadas al teatro argentino de finales del siglo XX y del siglo XXI y es docente en la Escuela de Letras, Facultad de Filosofía y Humanidades (UNC). Cuando analiza la actual coyuntura que atraviesa la actividad teatral frente a la pandemia, trae a colación los cambios profundos que llegaron con las vanguardias históricas, en tiempos de guerra. “Un hecho que me parece más próximo, tomando en cuenta como los hacedores se vienen repensando en función de esta situación, es el trabajo colaborativo, comunitario y colectivo de los ‘60 y ‘70. Si bien era otro contexto, también doloroso, los grupos se sostenían, subsistían, sobrevivían y se salvaban comunitariamente”, remarcó en una entrevista telefónica que concedió a El Litoral.
El viernes 24 de abril a las 16 horas por canal YouTube se podrá ver en directo la Charla/ Seminario: EL TEATRO EN EL... Publicado por Aincrit Teatro en Miércoles, 22 de abril de 2020
—¿En qué términos se da esa reorganización en un momento en que está limitado el convivio?
—Lo que estoy observando es que esta experiencia inédita que compartimos lleva a pensar y repensar las prácticas. Sobre todo porque ya no es posible nombrar esas prácticas y todo lo que estas prácticas comportaban, como lo hacíamos hace dos meses. Si lo pensamos, hoy se encuentran reformulados los parámetros de la relación entre realidad y ficción. Podemos decir que estamos en una realidad pandémica que supera casi cualquier ficción. Lo que se está redefiniendo, junto con nuestro lugar como sujetos sociales, es nuestro lugar como artistas, espectadores, investigadores y críticos. Y es en ese contexto en el que nos preguntamos si podemos seguir hablando de teatro hoy con la misma definición que manejábamos hasta hace dos meses. Claramente no. Esa definición de teatro, hoy, no resulta funcional, pero porque se están redefiniendo todos los componentes del teatro y de la sociedad. El espacio, el tiempo, el cuerpo, el encuentro. Hoy cuando hablamos de cuerpo, entran un sinfín de representaciones que están atravesadas por la actualidad: barbijos, tapabocas, distancia social, miradas que intentan regular. Y el cuerpo es un concepto muy importante en el teatro.
—Eso conlleva a que se tenga que redefinir sustancialmente el teatro, porque el teatro es cuerpo.
—Y repensar las prácticas. No sé si necesariamente para salir ahora con una respuesta de algo que suplante aquel teatro del que veníamos disfrutando hasta hace dos meses. Hay un montón de opciones. Podemos generar un vivo a través de redes sociales, pero en ese vivo no podemos reponer claramente la presencia real. Pienso en el concepto de convivio.
—En ese punto, hay una coincidencia general de que no sería estrictamente teatro.
—Lo que creo es que se va redefinir lo que concebimos como teatro. Cuando pensamos en teatro, claramente hay una evocación nostálgica que está atravesada por la necesidad de presencia, de encontrarse, de abrazarse. Pero quizás el foco no esté en la pregunta de si un teatro filmado es teatro. Todo esto que está aconteciendo y lo que siga aconteciendo nos va a decir como se llama esto. Quizás el problema no esté tanto en encontrarle un nombre, si no por el momento atravesarlo, vivenciarlo y seguir discutiendo y redefiniendo este contexto. Me acuerdo de una de las primeras frases de “Cien años de soledad”, que decía algo así como que el mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y había que señalarlas con el dedo. Y estamos viviendo algo así: empezamos a desconocer el nombre a las cosas, porque ese nombre ya no alcanza. Eso es muy interesante, más allá de lo doloroso, porque da la oportunidad de repensar las prácticas.
—Se están redefiniendo, en realidad, todas las prácticas sociales. Y el teatro no está ajeno a eso.
—Se redefine la vida cotidiana. Creo que nunca la liminalidad entre arte y vida, entre teatro y vida, que fue tan promulgada por los vanguardistas, estuvo tan profunda, universal y simultáneamente arraigada. Aparte, esta situación de crisis nunca la atravesó el teatro a nivel universal y simultáneo.
—¿Qué pasa en relación a la subsistencia de la gente del teatro? ¿Sus roles será los mismos o tendrán otras características?
—Nada va a ser igual. Los protocolos que se pueden empezar a tomar van a ser para lo inmediato, pero como esto se redefine semana a semana, no podemos saber como van a ser los roles. Algo muy interesante que tiene la historia del teatro, es que ha salido de todas las crisis y situaciones más extremas. Se ha redefinido y a ha salido más fortalecido. Y nos ha enseñado que de esto se sale colectiva y comunitariamente.
La investigadora Laura Fobbio también llamó la atención respecto a la importancia de acompañar, desde donde se pueda, las propuestas y necesidades de los artistas. “Reconociendo en este y todos los contextos el caracter de actividad esencial del arte en general y de las artes escénicas en particular, que están sosteniendo en muchos casos el espacio de interacción cotidiano”, puntualizó.