Por Bibiana Degli Esposti

Cuarenta centímetros

Esta distancia física concreta y las distancias no tan medibles, llevan a pensar cómo se juega el encuadre cuando atendemos con otros soportes para la voz y la imagen que la clásica y siempre vigente del que nos toquen el timbre, abramos una puerta e invitmos al posible analizante a entrar.

Archivo El Litoral Una sesión en la que el analizante vive a más de diez mil kilómetros del consultorio pero aparece a cuarenta centímetros en la pantalla de la computadora.

 23:27