Una interminable espera por la transición y otra por la gestión
Hubo seis meses de indefiniciones y expectativas por lo que vendría, además de una marcada disputa entre las autoridades salientes y entrantes. Y luego otro semestre en los que fuera de la lucha contra la pandemia- poco se puede rescatar.
El Litoral Omar Perotti y Alejandra Rodenas, asumieron el 10 de dicembre de 2019, luego de seis meses de transición.
El cambio de signo de la provincia de Santa Fe es el dato más importante del último año en materia política. También, que hubo consenso y madurez de los dirigentes del oficialismo y la oposición para acordar cómo enfrentar la pandemia y hacer cumplir una cuarentena que ha dado buenos resultados; pero que para todo lo demás, reinó el disenso. Obviamente, siempre es el gobierno quien más puede hacer para que las partes se acerquen.
El de Omar Perotti, por el contrario, agotó su primer semestre al frente de la Casa Gris en una tozuda discusión por menos del 2% del total de gastos y recursos de su presupuesto, en un contexto nacional en el que los números santafesinos fueron los más prolijos del país durante 2019.
Archivo El Litoral Omar Perotti recibía en manos de Miguel Lifschitz los atributos. Fueron seis meses de indefiniciones y expectativas
Omar Perotti recibía en manos de Miguel Lifschitz los atributos. Fueron seis meses de indefiniciones y expectativas. Foto: Archivo El Litoral
Hoy no consigue créditos la provincia que estaba mejor posicionada en su endeudamiento externo para diciembre del año pasado: fueron las nuevas autoridades las que la presentaron como en una situación ruinosa. Aún con el informe final de la Auditoría General de la Nación se debaten los números de la famosa deuda flotante, la discusión consumió un tiempo que hundió las posibilidades de Santa Fe de tomar los fondos que se necesitaban. La ley de Presupuesto que Perotti rechazó porque fue elaborada por la gestión anterior dejó una autorización lista, que la Casa Gris no se usó. Finalmente, en la última semana se habilitó un crédito de la Nación del programa de Emergencia Financiera, que se usará para pagar el aguinaldo.
El gobierno quería contar con superpoderes para la administración de la cosa pública y los obtuvo, cuando terminaba abril, bajo una fuerte presión de la opinión pública y de los intendentes y presidentes comunales sobre la Cámara de Diputados, donde la mayoritaria oposición corría el riesgo de fragmentarse por no ceder.
Parecía que ahora sí, con superpoderes que no tuvieron otros en el sillón del brigadier, habría por fin una gestión a la altura de los compromisos electorales y los antecedentes de Perotti. El rafaelino tiene pergaminos de sobra. Lo precede el prestigio de una ciudad exitosa, su buena relación con el sector productivo, su paso por el Banco Interamericano de Desarrollo como consultor con sus años de residencia en Washington y el roce con el poder que le dio el Congreso cuando fue senador nacional. No nos gobierna “un intendente”, como se dice que ha dicho un ministro mediático.
Archivo El Litoral El 1 de mayo de 2020, en medio de la pandemia Omar Perotti abría las sesiones ordinarias en la legislatura local.
El 1 de mayo de 2020, en medio de la pandemia Omar Perotti habría las sesiones ordinarias en la legislatura local. Foto: Archivo El Litoral
Del dicho al hecho
Lo cierto es que quien revise el discurso del 1ro. de mayo a las Cámaras por parte del titular del Poder Ejecutivo, verá que su contenido es una perfecta síntesis de los primeros cinco meses y fracción: fue un gobierno dedicado apenas a la “gestión de la pandemia”.
Y de ese lapso debe descontarse enero, que pasó sin más novedades que la confirmación de que no habría cláusula gatillo para los salarios estatales. Se optó por paralizar el Estado -todo un mes- al unificar las vacaciones de los empleados públicos con las de los docentes. Seguramente, se ahorró algo en energía eléctrica.
Cabe preguntarse entonces qué ocurrió en mayo, cuando Perotti tuvo por fin las herramientas que le brinda la Ley de Necesidad Pública tan reclamada.
Fuera de todas las correctas acciones para preparar a Santa Fe para lo peor del Covid19 -y a pesar de las contradicciones y desmanejos que hallaron su punto culminante en la renuncia y reemplazo del ministro de Salud-, ¿hubo alguna acción de gobierno que rescatar? ¿algún anuncio? ¿algún plan?.
Mayo se consumió entre inexplicables tiempos en blanco, olas de rumores sobre renuncias en otras carteras y viajes a Buenos Aires para respaldar al presidente Alberto Fernández en cada una de las decisiones que tomara el poder central, aún las que han causado fuertes polémicas en Santa Fe como la intervención y posible expropiación de Vicentin. El titular del Ejecutivo provincial quedó dos veces desairado. Primero, al acompañar una decisión a contrapelo de lo que su propio gabinete había promovido, lo que lo dejó fuera del escenario del anuncio. Y luego, cuando finalmente apareció en primera línea acompañando a los directivos de la empresa en la reunión con el presidente, otra vez fue desautorizado con la ratificación de Alberto Fernández del criterio inicial. Finalmente, retomó iniciativa y protagonismo con una variante para impedir la expropiación.
En el interín, el período se completa con prácticamente ningún anuncio de obras públicas, y apenas un esbozo de acuerdo con las empresas constructoras por las que ya se habían hecho. Y más de 20 días sin transporte de colectivos, en el contexto de una crisis coyuntural y estructural a la que la gestión no supo dar respuesta.
En tanto, las voces que señalan los desaciertos y la ausencia del diálogo abundan también en el partido de gobierno. Y con más o menos cuidado han comenzado las críticas internas. “No hay un proyecto político en el gobierno”, se lamenta.
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Foto: Archivo El Litoral
Un año atrás
Ese domingo 16 era el día del padre. Así es que las fotos de los candidatos junto a las urnas., acompañados por sus hijos, poblaron las crónicas del cambio que se inauguraba en la Provincia. La alternancia que 12 años antes había quitado al PJ de la Casa Gris, ahora lo devolvía a ese centro de poder.
Durante los años del Frente Progresista, salvo alguna ciudad mediana de escasa proyección provincial, el peronismo santafesino se concentró en el Senado provincial y el peso por número- de los intendentes y presidentes comunales de localidades medianas o chicas, además de los gremios y las bendiciones a dirigentes locales desde Buenos Aires. Del PJ liderado por los senadores surgió el Nuevo Espacio Santafesino que hizo a la ex jueza de instrucción penal Alejandra Rodenas diputada provincial en 2017 y luego vicegobernadora, en el marco de la unidad del PJ, que tuvo una interna sin sorpresas en las Paso entre Perotti-Rodenas y María Eugenia Bielsa-Danilo Capitani. La competidora de Perotti hoy es ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación y el ex senador provincial, ministro de Desarrollo Social en la provincia.
El 16 de junio de 2019 se concretaba una historia que en la política provincial había comenzado a gestarse cuatro años antes cuando, por una diferencia muy escasa el Frente de socialistas y radicales derrotó al Pro de Miguel Torres del Sel, el simpático pero poco preparado candidato que tenía fuertes alianzas con importantes sectores del justicialismo santafesino.
El tercero fue Perotti (558.571). Había largado último y con apoyos partidarios bastante mezquinos. Quedó a tan sólo 25.446 cruces del primero, el entonces electo gobernador Miguel Lifschitz.
Muy poco después, Perotti ganaba la elección de senador nacional por Santa Fe por partida doble: se imponía a su ex jefe político, Carlos Reutemann y dejaba en un cuarto lugar al primer gobernador socialista del país, Hermes Binner. Ahora había más de 606.700 votos para el justicialista y desde entonces ya nadie discutió internamente su candidatura, salvo para lograr un mejor posicionamiento y acuerdos para el futuro gobierno.
Hay que contar desde entonces las chances de Perotti de preparase para llegar a la Casa Gris. No sólo hubo una larga transición de medio año desde aquel domingo de junio. Ya habían pasado cuatro de saber que se presentaría su oportunidad.
Al jurar 11 de diciembre de 2019 se creyó que habría alguna sorpresa, que algún funcionario, algún nombre, o nuevas ideas llegarían al gabinete armado con figuras y militantes que figuraban en el archivo de los diarios. Fueron nomás las fotos en blanco y negro las que debieron actualizarse para dar a conocer el gabinete.
Perotti le ganó a Antonio Bonfatti con 745.996 votos (40,54%). No hubo otro mandato para Bonfatti que obtuvo 668.269 y Cambiemos de José Corral quedó muy lejos con 348.728 cruces. Desde afuera del peronismo todavía se suman las dos últimas cifras para entender la historia reciente, e imaginarse escenarios para la próxima elección de senador nacional de 2021, que será clave.