Otra vez preocupa el presente del jugador-franquicia de José Vignatti: desapareció hace algunos días de la rutina del plantel. Pero, además, hay pocas señales y les cuesta ubicarlo en su celular para el monitoreo.
Manuel Fabatia Todos quieren ayudar Sin dudas, desde el Mundo Colón ?plantel, cuerpo técnico, dirigentes? lo quieren contener y ayudar a Brian Fernández con todos los elementos que tengan a su alcance. Pero otra vez surgieron complicaciones con el 38 en los últimos días en Santa Fe. La cuarentena más larga del mundo y el no retorno a los entrenamientos le jugaron, evidentemente, una muy mala pasada.
18:55
La de Brian Fernández parece ser una novela sin final en el Mundo Colón, mucho más en estos tiempos de pandemia y parate en el fútbol argentino. Lo concreto es que, una vez más, hay una preocupación sostenida y manifiesta de parte del comando técnico que encabeza Eduardo Domínguez y —lógicamente— de parte de la dirigencia que presidente José Néstor Vignatti.
El jugador-franquicia más caro de los últimos años en la historia sabalera acumuló en los últimos días varios “faltazos” seguidos a lo que es el entrenamiento tecnológico del plantel sabalero y está ausente del ensayo vía zoom que coordina Pablo Santella por indicación de Eduardo Domínguez.
La preocupación por esos “faltazos” se suma a la falta de comunicación en los últimos días: les cuesta mucho a los integrantes del comando técnico y a los dirigentes poder tener señales concretas. “No atiende el celular”, reconocen.
Como se recordará, en estos 100 días y pico de aislamiento social, preventivo y obligatorio, la cuarentena de Brian Fernández se dividió claramente en dos momentos muy diferentes en la línea de tiempo:
— 1) Una cosa fue la cuarentena, en el inicio, en el Hotel de Campo de Colón, donde quedó “encerrado” —todas las habitaciones, gimnasio y predio a disposición— junto a los integrantes del cuerpo técnico sabalero.
— 2) Otra cosa fue la parte final de la cuarentena, que es cuando el jugador tomó la decisión de recluirse en su quinta de Desvío Arijón junto a familiares. En esos inicios, con el “Barba” Domínguez y Santella encima, Brian Fernández le sacó ventaja a todos: triple turno, gimnasio y “campo abierto” en las canchas del predio sabalero.
Por esos tiempos, el mismo preparador físico decía en cualquier nota periodística: “Lo usamos a Brian de modelo, porque como nosotros estamos acá con él, armamos los videos de cómo queremos que entrene cada jugador en su casa”. Incluso, hace algunos días el mismo Santella dijo: “La pretemporada con Brian Fernández parecía la casa de Gran Hermano, todo el día juntos”.
Hasta que llegó un momento, el mes pasado, que tanto Eduardo Domínguez como el profe Santella y el resto del comando técnico decidieron —al ver que la cuarentena “iba para largo”— volver a sus domicilios en Buenos Aires.
Casi al mismo tiempo (algunos asegura que el “38” lo hizo antes), Brian Fernández tomó la decisión de abandonar el Hotel de Campo e instalarse en su casa quinta al lado del río en Desvío Arijón. Por esos días, junto a esposa e hijos, se podía ver a un jugador muy “enchufado” con dos asistentes particulares.
Desde ese momento, empezó el “quiebre” de Brian por llamarlo de alguna manera. Tomó la decisión de abandonar el equipo multi-disciplinario y el tratamiento integral —se cerró ese ciclo— para ir a la figura de “consultorio externo”.
Si bien es algo que se da en este tipo de problemática, la decisión que toma Brian pasó por dejar de lado el “abordaje familiar” y el acompañamiento terapéutico. De manera particular, decidió contratar a un psicólogo y a un preparador físico (se lo podía ver en videos de sus redes sociales).
Por usar términos del día a día, la cuarentena se hizo cada vez más larga y el mismo jugador comenzó a “flexibilizar” actividades. Hace unos diez días, Brian Fernández encendió alarmas como nunca en los últimos tiempos: dejó de atender el teléfono —al cuerpo técnico y a los dirigentes sabaleros— y pegó varios “faltazos” a los entrenamientos vía zoom donde todos los profesionales deben estar conectados a la hora que indica el comando técnico sabalero. Más concretamente, el preparador físico.
“Su lucha y su pelea es día a día”, dijo públicamente el megaempresario del fútbol argentino que lo maneja desde hace años: Cristian Bragarnik. Por entonces, había un sueño: que Brian Fernández y Leandro Fernández —el “9” que por ahora está en Independiente de Avellaneda— pudieran jugar juntos con la camiseta de Colón.
Una vez más, lamentablemente, la película de Brian Fernández se repite. Una vez más, se rodea de rumores, trascendidos y comentarios de todo tipo. Incluso, se dice que ya no estaría viviendo en su quinta de Desvío Arijón con esposa e hijo.
Por lo que trascendió, en medio de estos faltazos sistemáticos, uno de los pocos llamados aislados que atendió fue —justamente— el del “Barba” Eduardo Domínguez. Sólo ellos dos saben qué hablaron.
“La cuarentena se le hizo interminable y la no vuelta de los entrenamientos, lo que no le permite estar con sus compañeros por la prohibición que todos conocen, le jugó en contra y mal a Brian”, es una de las frases más escuchadas por estas horas en el Mundo Colón.
Está más que obvio que todos coinciden, por estas horas, que lo mejor que le puede pasar al “38” es que el cuerpo técnico se instale en Santa Fe nuevamente y que se puedan habilitar los entrenamientos grupales en tandas para que Brian Fernández esté más “contenido” por llamarlo de alguna manera.
Para quienes profesionalmente trabajan en recuperación de este tipo de dificultades, las recaídas son un escenario totalmente previsible. Es algo que sabían, claramente, “que podía llegar a pasar”. El tema, una vez más, es poder intervenir a tiempo con la ayuda profesional.
Leandro, su hermano, queda libre
Independiente busca readaptar su plantel a las necesidades económicas del momento en medio de la pandemia de coronavirus que afectó sus arcas, como las de todos los clubes del fútbol argentino. Y en ese contexto, entre los contratos que pretende bajar aparece el de Leandro Fernández, hermano de Brian
El delantero santafesino de 29 años está vinculado al Rojo hasta el 30 de junio y las charlas con la dirigencia parecen haberse estancado. La última oferta de renovación que le hicieron estuvo lejos de sus pretensiones salariales y, si ninguna de las dos partes cede, el futbolista se quedará con el pase en su poder.
“Estamos esperando para ver si Independiente llega a la propuesta que queremos. Él no está hecho económicamente y sabe que puede ser su último contrato bueno. Quizás afuera lo pueden pagar”, declaró su representante, Christian Bragarnik en charla con Superfútbol.
Lo cierto es que Lucas Pusineri no lo tiene como prioridad y no pidió exclusivamente por su continuidad, y a eso se suma que los dirigentes no tienen la intención de ofrecerle un contrato más alto. Así las cosas, lo más probable es que el 1° de julio Leandro Fernández se convierta en jugador libre.
Llegó a Independiente en 2016 y ese mismo año sufrió una rotura de ligamentos en su rodilla derecha. A su vuelta, cuando había agarrado ritmo y llevaba 10 goles en 35 partidos, volvió a sufrir la misma lesión, pero en su otra pierna. Se fue a préstamo a Vélez, se recuperó y volvió al Rojo.