Un fenómeno muy particular que ha ocurrido desde el comienzo de la pandemia fue el surgimiento de numerosos merenderos y comedores barriales, que buscan paliar la crisis económica con un plato de comida caliente en la panza de los que menos tienen. Pero por más donaciones que reciban, estos espacios solidarios deben afrontar constantes gastos —como la carne, una materia prima costosa, o el costo del gas de las garrafas—, lo que inevitablemente impacta en sus finanzas. Ante este panorama, a Dardo Bertone se le ocurrió una idea muy simple que puede cambiar algo de esta realidad.
Con sus conocimientos de herrería, propone que los merenderos utilicen cocinas “rocket” para optimizar tiempo y recursos. Estas estructuras de hierro de diseño simple y fáciles de construir, son las protagonistas de este proyecto a corto plazo que agiliza la cocción de los alimentos y permite ahorrar combustible y dinero. “Con muy poca madera seca de poda o con tablitas de cajones de pollo, se logra una especie de turbina que cocina muy rápido. Por ejemplo, para calentar bien una de las grandes ollas que se utilizan en estos barrios, probamos que con gas demanda dos horas y con la cocina rocket, una”, explicó Bertone, impulsor de la propuesta.
El objetivo de este vecino de Santo Tomé es relevar los comedores existentes e ir aggiornando el diseño del aparato a las necesidades de cada sitio. “En algunos lugares tienen ollas muy grandes y piden una base más amplia para que quede firme; la meta es poder recaudar fondos o recibir ayuda para avanzar con la creación de las rockets y distribuirlas en los merenderos”, contó Bertone. Para eso, recurrió a la plataforma Idea.me, de fácil acceso vía internet, en la que se expone el proyecto con videos y demás detalles. Allí mismo, los vecinos pueden realizar su aporte a la causa solidaria. También se puede ingresar por Instagram y Facebook, a través del perfil personal de Dardo Bertone.
“Está todo perfectamente explicado y verán que es algo muy sencillo de hacer; la gente está ayudando con algo de dinero, y también algunos herreros las fabrican ‘de onda’, sólo para dar una mano al proyecto, o directamente me regalan caños”, narró el vecino. En concreto, Bertone garantizó que el ciento por ciento de lo recibido será destinado a la compra de insumos y la fabricación de estas turbinas a leña.
“Venimos bien, pero para poder hacerlas necesítanos la ayuda de la gente, porque sino no podremos llegar a todos los lugares que queremos. Muchos merenderos se están anotando, lo que muestra las grandes necesidades que hay. Por eso facilitamos estas plataformas para poder cumplir con todos”, completó.
Tal como aseguró Bertone, las cocinas rocket son fáciles de hacer y con muy pocos materiales. Se requieren tres caños, dos para formar un ángulo recto y el restante se corta tipo bisel para colocarlo en el medio, formando dos ángulos de 45° en el interior de la figura. Luego se la ubica de forma vertical, de manera tal que la salida del caño más alto mire al cielo.
Así quedan tres bocas: la de abajo es la entrada de aire, la que con un tapita posibilita regular la intensidad de combustión; la del medio es por donde se introduce la madera a quemar; y la de arriba que es por donde sale la llama que calienta la olla apoyada sobre la estructura cuadrada soldada a este extremo.
Todo el aparato va montado sobre pies firmes para que cuando se revuelva el alimento en la olla, la cocina rocket no se mueva. En el extremo opuesto a la salida de aire, también posee una pequeña palita adaptada para sacar las cenizas.
Todo el aparato va montado sobre pies firmes para que cuando se revuelva el alimento en la olla, la cocina rocket no se mueva. En el extremo opuesto a la salida de aire, también posee una pequeña palita adaptada para sacar las cenizas.