Por Tomás Rodríguez
Después de la gran actuación de Uruguay en los Juegos Olímpicos de París 1924, donde obtuvo la medalla de oro con José Andrade “La maravilla Negra”, el futbolista más valioso, además de José Nasazzi, Héctor Scarone y Pedro Cea, entre otras grandes figuras; la Asociación Argentina de Fútbol se propuso mandar una delegación a Europa para que muestre las bondades de nuestro fútbol. La inviabilidad económica para bancar una gira de ese tipo dejó el lugar vacante. Lo cubrió Boca.
Por Tomás Rodríguez
La delegación de Boca era presidida hace 95 años por el vicepresidente Adelio Carboni y el secretario Vicente Decap, la integraban 12 jugadores del plantel xeneize, más los cinco refuerzos: Américo Miguel Tesoriere, Ludovico Bidoglio, Ramón Miguel Muttis, Angel Segundo Médici, Alfredo Elli, Mario Busso, Domingo Alberto Tarasconi, Antonio Cerrotti, Dante Pertini, Carmelo Pozzo, Carlos Antraygues, y Alfredo Garasini eran los héroes boquenses.
En tanto, los invitados para el histórico periplo eran el arquero Octavio Díaz de Rosario Central, el defensor Roberto Cochrane de Tiro Federal de Rosario, los delanteros Manuel Seoane de El Porvenir (a partir de 1931 gloria de Independiente), Cesáreo Onzari de Huracán (autor del primer gol olímpico) y el mediocampista Luis Vaccaro de la Asociación Atlética Argentinos Juniors.
En un tiempo en el que en el fútbol no había sponsors ni contratos millonarios, la preocupación de los jugadores de Boca Juniors era de lo más terrenal: se iban cinco meses de gira y tenían que dejar a sus familias y a su actividad laboral diaria. Se consideraba demasiado tiempo y había que “parar la olla”.
Pero los dirigentes xeneizes tranquilizaron, no solo se iban a jugar al fútbol y conocer Europa, ¡sino que iban a cobrar 10 pesos por día de viático!. Trescientos mangos era lo que cobraba un obrero especializado en ese entonces, así que los futbolistas aficionados quedaron más que satisfechos; evidentemente, eran otros tiempos, sin dudas.
La delegación boquense partió la noche del 4 de febrero de 1925 desde el Puerto Nuevo con destino a Montevideo, donde abordaría el transatlántico “Formosa” con destino a Europa. La despidió una multitud, más de 10 mil personas, entre las que se contaban alrededor de 300 hinchas y socios de River Plate, el otro equipo del barrio la Boca.
El matutino “La Nación” revelaba: “Nunca asistió una concurrencia más numerosa que la de anoche al puerto, a despedir una delegación deportiva. Desde temprano los alrededores de la Dársena Sur se vieron ocupados por una multitud, que fue aumentando paulatinamente y que a la hora de salir el vapor alcanzaba proyecciones realmente extraordinarias”.
Tras 22 días de viaje, en los que los jugadores buscaron mantenerse en forma entrenando en la cubierta del barco, la tropa xeneize desembarcó en Vigo, en Galicia, el 27 de febrero. El debut fue ante el Celta de esa ciudad, el 6 de marzo, ante un público superior a 25.000 espectadores.
En su primer partido en Europa Boca formó con Américo Tesoriere; Bidoglio y Mutis; Médici, Vaccaro y Elli; Tarasconi, Cerrotti, Garasini, Seoane y Onzari; y ganó 3-1, con dos goles de Cerrotti y uno de Onzari. El partido se interrumpió durante 16 minutos porque la expectativa era tal —se anunciaba a Boca como “representante del mejor fútbol del mundo”— que había quedado gente fuera del estadio.
Un grupo se subió al techo de una fábrica para ver el partido desde ahí con tan mala suerte que el techo se hundió, causando dos muertos y 26 heridos. La revancha se jugó tres días después, con triunfo del Celta, también por 3-1.
De allí Boca viajó a La Coruña, donde enfrentó en partido y revancha al Deportivo. Ganó los dos encuentros, con la peculiaridad de que Tesorieri atajó un penal en el primer encuentro, convirtiéndose así en el primer arquero argentino en contener un penal en Europa.
El plantel de Boca Juniors partió entonces a la capital española para enfrentar al Real Madrid y al Aleti nada menos. Tras vencer a los “Colchoneros”, el xeneize enfrentó al Real.
Precisamente el Rey Alfonso XII había anunciado su presencia, pero como se demoraba en llegar, el árbitro dio por comenzado el partido. El monarca llegó promediando el primer tiempo y el partido se suspendió unos minutos para que el público saludara a Su Majestad.
Cuando se reanudó el encuentro, el delantero argentino Carmelo Pozzo marcó el gol del triunfo ante el Real Madrid. Salió derechito hacia el palco donde estaba el rey, y lo saludó con una pomposa reverencia. ¿Broma u homenaje? Nunca quedó claro.
Tras un tercer triunfo en Madrid, ante la Sociedad Gimnástica, la gira española continuó por Bilbao (dos derrotas), Pamplona (venció al Osasuna), y Barcelona, donde derrotó dos veces al Espanyol, y una a un Combinado Catalán. El conjunto “periquito” tenía en sus filas a un mito del fútbol mundial: el arquero Ricardo Zamora.
En Alemania
Era el turno de viajar a Francia, pero los franceses desistieron tras las dos derrotas sufridas en el País Vasco, así que el xeneize cambió de rumbo y partió hacia Alemania, donde jugaría en Berlín, Munich, Leipzig y Frankfurt.
Boca Jrs. pasó mayo en tierras teutonas, donde los deportistas argentinos hicieron brillar los colores azul-oro, deslumbrando a la afición germana: tras un empate en uno con el Bayern Münich, metieron cuatro triunfos al hilo contra equipos locales, incluido un 7-0 contra el impronunciable Spielvereinigung.
El cierre de la gira sería en París, ante un combinado de la “Ciudad Luz”, al que Boca venció por 4-2, el 7 de junio. Sin embargo, Boca estaría poco tiempo en la capital francesa, donde no se le dio tanta publicidad al triunfo boquense.
Así que los integrantes del plantel aprovecharon para conocer la ciudad y observar París desde 300 metros de altura, cuando el ‘Mérico‘ Tesoriere bancó las entradas y el plantel subió a la Torre Eiffel, que en ese tiempo era la construcción más alta del mundo.
Viajaron con Einstein
Luego de cinco meses a pura gloria, el 12 de julio de 1925, Boca arribó a Buenos Aires a bordo del “Marsella”, el mismo barco en el que viajaba Albert Einstein, quien se admiró cuando vio la multitud que había ido a recibirlo al puerto de la capital argentina.
Einstein, había nacido en Alemania (1879), de descendencia judía, fue considerado el científico más famoso del siglo XX, quien desarrollaba la teoría de la relatividad y la que seguramente es la ecuación más popular de la historia universal. Más tarde adoptó las ciudadanías suiza, austríaca y estadounidense..
Aunque es considerado por algunos como el “padre de la bomba atómica”, siempre abogó por el federalismo mundial, el internacionalismo, el pacifismo, el sionismo y el socialismo democrático, además de la libertad individual y de expresión. Fue proclamado “personaje del siglo XX y el más preeminente científico por la revista “Time”.
Campeón de honor
En su paso por Europa el conjunto xeneize había jugado 19 partidos —como uno de los típicos torneos cortos— ganando 15, empatando uno y perdiendo tres. Una campaña increíble por la cual el 28 de julio de 1926, la Asociación Argentina de Football declararía a Boca Juniors como ‘Campeón de Honor de 1925‘.
Los diarios y el semanario “El Gráfico” se deshacían en loas a Boca, que con esa gira histórica acababa de producir dos acontecimientos fundamentales, uno para la historia del fútbol argentino, y el otro para la suya propia.
Héroes e ídolos
Mientras estaba en Europa, los pibes y los aficionados argentinos en general, seguían sus hazañas por radio o por los diarios, y así Tesoriere, Bidoglio, Tarasconi o Mutis se convirtieron en héroes o ídolos, más allá de los confines de la República de La Boca.
Después de la famosa gira de 1925 por Europa, Boca Juniors se convirtió de una vez y para siempre en el club más popular del país, en una pasión nacional.