Eduardo Wagner, médico y Secretario de Emergencias y Traslado del Ministerio de Salud de la provincia, completó este sábado los 14 días de aislamiento obligatorio como contacto estrecho de casos de Covid-19. Parece el encabezado formal de una nota de rutina. Y, sin embargo, resume buena parte de lo que pasó en el mundo desde principios de año, en el país desde marzo y en su propia vida y la de su familia en estas dos semanas.
En un texto enviado a este diario y en un diálogo posterior cuenta qué representó esta experiencia difícil de atravesar, cómo de desagradable puede ser la estigmatización que en su caso fue ampliamente superada por las muestras de afecto, y cómo es necesario seguir apelando a los comportamientos individuales para evitar la propagación del virus. Todo mientras imagina el regreso a su actividad habitual el martes, cuando pueda contar todo esto a quienes integran su equipo y decirles que "nadie está exento" además de recomendarles que "apoyemos a quien está pasando por esta situación, sobre todo desde el punto de vista emocional porque la cabeza es todo".
Mientras relata lo que ocurrió y se anticipa a lo que pasará, inicia su relato en primera persona.
"Recuerdo la frase de mi señora al llegar a mí casa los primeros días de comenzado la pandemia: 'si me llegás a traer el virus a casa te mato', expresión semántica relacionada con extremar los cuidados de higiene personal. Esto se traducía a que cada vez que entraba a mi domicilio me tenía que sacar la ropa y entrar a ducharme y luego sí podía saludarlos; saludo que no era más que un "codazo", aclara.
"Fueron pasando meses hasta que un día mi señora debuta en forma brusca con pérdida total del gusto y olfato, sin ninguna otra sintomatología previa. Dado mi profesión -advierte-, decidimos solicitar el hisopado y por ser contacto estrecho y dada mi función actual, solicité esa práctica para mí también. Ese mismo día nos informan que los resultados eran: no detectable. Mi señora continuaba con sintomatología y a las 48 horas se le realiza nuevo hisopado que arrojó muestra detectable, es decir Covid positivo, noticia que provocó un gran impacto emocional en lo personal y colectivo".
En ese momento "se corroboró lo que pensábamos (y no deseábamos) que podía pasar, y surgieron interrogantes con respecto al nexo epidemiológico dado que la persona de mayor probabilidad de contagiar era yo. A esto se le sumó el comienzo de sintomatología de mi hija, por lo que se decidió hisoparla, siendo el resultado 'muestra detectable', es decir Covid positivo. O sea que ahora estaba conviviendo con dos personas y qué personas: mi hija y mi señora con esta problemática que nos llenaba de interrogantes y -reconoce- nos desestabilizaba emocionalmente".
Quien hace este relato continuaba totalmente asintomático, "pero dado el contacto estrecho se decidió rehisoparme a los 4 días del primer hisopado, dando nuevamente resultado de muestra no detectable, es decir, Covid negativo por laboratorio. Si bien fue la expresión de un resultado, me consideré positivo dado el contacto estrecho, y realicé la cuarentena estricta en mi domicilio y acompañando a la familia".
En ese punto, Wagner reconoce que "no fue fácil mantenerme estable emocionalmente, dado el sentimiento de 'culpa' por creer que podía ser yo el nexo, algo que no fue dilucidado aun, lo que confirma mi pensamiento en cuanto a esta enfermedad: no hay expertos, hay muy buenas voluntades con rigor científico tratando de llegar a una conclusión científica sobre esta pandemia, dado que se trata de un virus cuyo peligro proviene tanto de su contagiosidad como de la ausencia de anticuerpos (producidos por el organismo o introducidos a través de una vacuna)".
"Si bien siempre prioricé lo familiar ante lo social, me debía a mis pacientes, amigos y todo aquel que había tenido contacto conmigo para contarles lo que me estaba pasando ya que llegaban mensajes de que tenía coronavirus y que ocultaba información, comenzando la estigmatización", cuenta Wagner. Por eso fue que decidió contar esta historia en este momento: "No me había manifestado antes porque estaba esperando el resultado del rehisopado para no caer en información que dejara dudas".
El médico reconoce que recibió "innumerables muestras de afecto, contención y cariño que superaron ampliamente la estigmatización, situación desagradable si las hay y que por más que te expresen que no le debés dar trascendencia, duele y genera impotencia por el rol que desempeñamos todos lo que estamos en la primera línea de respuesta ante esta pandemia. Y no lo digo solo por el rol de médico, cuando digo todos hago referencia a todos".
"Con el correr de los días empezamos a estabilizarnos emocionalmente y a convivir con la cuarentena de la mejor manera". "No es fácil estar 'encerrado' en tu casa -reconoce-, ya que somos libres por naturaleza".
"Cuando te afecta algo en la intimidad familiar que te asusta y, sobre todo, en este contexto donde no se sabe aún el comportamiento de la enfermedad, pensás que es lo peor que te está pasando y te preguntás si no sos egoísta", reflexiona el médico: "Hay cosas peores como la muerte de un hijo, algo que va en contra de la naturaleza; o la enfermedad terminal de una persona que está esperando en algún lugar (hogar, sanatorio u hospital) que su corazón deje de latir, y podría numerar otros. Esto debe hacernos reflexionar en no ser egoístas, ser solidarios y con vocación por ayudar al prójimo".
"La vocación -aporta- es lo que nos motiva a exponernos así, más allá de lo económico y lo que nos puedan recompensar. Desde que empezamos a estudiar sabemos que nos arriesgarnos a infectarnos, angustiarnos o a morir; es parte de nuestro trabajo y así lo vivimos".
Sobre aprendizajes y planes
En su escrito, Eduardo Wagner hace un punteo de las lecciones aprendidas durante esta situación y estrategias para poner en marcha sobre todo en el equipo de salud:
La más grave crisis sanitaria que vive el planeta desde la mal llamada gripe española (1918).
La situación es inédita pero sus causas no lo son.
No estamos acostumbrados a padecer las enfermedades, sino a acompañar y tratar de curar a los que están enfermos.
Necesidad de un plan de mitigación de esta clase de impactos en el personal de la salud en el contexto de la pandemia.
La posibilidad de dilatar la propagación de la epidemia depende ahora de los comportamientos sociales individuales.