Los bailarines Julieta Albamonte y David Leonhardt presentaron una coreografía en la plataforma digital Capital Cultural. Mariel Barcos, quien los dirigió, contó detalles del proceso. “Teníamos muchas ganas de volver a movernos”, explicó.
Gentileza producción La producción compartida en Capital Cultural fue filmada en las instalaciones del Molino Marconetti.
Un fragmento de una pieza compuesta por la cellista contemporánea Zoë Keating, nacida en Canadá en 1972, sirvió como disparador a los bailarines Julieta Albamonte y David Leonhardt. Juntos, generaron una coreografía que compartieron recientemente en la plataforma Capital Cultural, que creó la Municipalidad de Santa Fe para que los artistas santafesinos puedan visibilizar su trabajo en la virtualidad.
Estos bailarines, que forman parte de la Escuela Alas, filmaron esta propuesta en los salones de la Escuela de Danzas del Liceo Municipal “Antonio Fuentes del Arco”, en el cuarto piso del Molino Marconetti. Fueron acompañados en el proceso por Mariel Barcos, referente de Alas, quien compartió con El Litoral detalles del camino recorrido y las perspectivas que se abren para el sector.
“Fue intenso, porque recién estábamos volviendo a entrenar y a encontrarnos con el cuerpo, algo que en la danza y en las disciplinas físicas en general, es complejo tras estar parados por bastante tiempo”, explicó Barcos. “Llegó esta propuesta y primero dudamos porque era de una semana a la otra y sin contacto. Teníamos cosas armadas pero con contacto y más movimiento de gente y nos pedían algo para un dúo. Pero la verdad es que teníamos muchas ganas de volver a movernos, de volver a crear”, contó.
Hoy, con el trabajo ya cargado en la plataforma, Mariel reflexiona y sostiene que, en definitiva, fue como una catársis, después de estar tanto tiempo quietos. “Fue una oportunidad de soltarnos de nuevo”, consideró.
Un cambio profundo
Pensar una coreografía para el universo virtual implicó para los bailarines una modificación sustancial respecto a las metodologías previas. “Nos dimos cuenta de la riqueza de posibilidades que teníamos y no habíamos utilizado hasta ahora por desconocimiento. Siempre creamos para un público de teatro ‘a la italiana’, bien de frente. Y descubrimos que ahora se podía ver desde abajo, desde arriba, desde cualquier punto, con detalles que nunca contemplamos pero están buenísimos”, aseguró la formadora de bailarines.
En otro tramo de la charla con este medio, consideró que se trata de una alternativa que va a quedar en el sector. “Hay un género que es la videodanza, que está presente desde hace un montón de tiempo. Y en el cual ahora todos estamos incursionando porque la realidad nos obliga. Y pienso que va a circular mucho más danza en distintos medios. No se va a reemplazar lo presencial, pero se va a abrir una nueva arista para todos. Creo que es otra puerta”, afirmó.
D.R.
No obstante, Mariel puso de relieve otra cara de esta nueva búsqueda, que se relaciona con el desafío que abre para los intérpretes. “Creo que va a afectar las formas de coreografiar al tener tantas posibilidades. Y a nivel interpretativo también, ya que no es lo mismo estar a una distancia del público, que tener un plano detalle y que todos puedan ver los gestos del bailarín. Deberemos incorporar otros recursos”, remarcó.
Seguir este camino
Desde el espacio que está a cargo de Mariel Barcos, seguirán con la premisa de compartir producciones pensadas para el universo virtual. “Es la idea. Yo estoy en dos espacios. Uno es Alas, donde los chicos que bailaron toman clases. El otro es la compañía Ham, que dirige Cecilia Romero Kucharuk. Y con la compañía estamos proyectando un trabajo audiovisual para plasmar lo que nos está pasando y poder crear, porque estamos parados y a la expectativa. Queremos hacer cosas, esta es la única posibilidad que tenemos y la queremos aprovechar”, cerró.