Con otra nítida demostración de su potencial, Nueva Zelanda venció a Australia por 27 a 7, en el segundo partido correspondiente a la Bledisloe Cup 2020, desarrollado este domingo en el Eden Park de Auckland, que con casi 50.000 espectadores presentes, colmó la capacidad disponible para la ocasión, respetando los protocolos impuestos por la pandemia de Covid-19.
Fue un gran partido, que no hizo más que refrendar que la emocionante igualdad en 16 puntos de una semana atrás en Wellington no había sido casualidad; ya que los rendimientos de ambos protagonistas continuaron evolucionando. Fundamentalmente por el lado de los All Blacks, que más allá de algunas imperfecciones, lucieron la contundencia que distingue al rugby kiwi.
El derby de los vecinos del Mar de Tastamia comenzó con un mejor posicionamiento de los Wallabies, que pese a prevalecer territorialmente y en el control de la pelota, no lograron quebrar la sólida defensa adversaria. Poco a poco, los anfitriones comenzaron a reencontrarse con sus capacidades, por lo que todo ingresó en un contexto de marcada intensidad y equilibrio.
La gran diferencia esa etapa, fue la gran capacidad ofensiva kiwi, que permitió el arribo del primer ensayo; que sumado a la eficacia del apertura Mo'unga, permitió cerrar el parcial con el marcador a favor por 10 a 7.
El complemento arrancó con superioridad kiwi, la que no tardó en reflejarse en el marcador, merced a dos nuevas conquistas y a un inexorable predominio que aniquiló las chances australianas, pese a que el rendimiento visitante continuó siendo muy satisfactorio.
Otro aspecto de singular importancia en el juego, fueron algunas actuaciones individuales superlativas en los All Blacks, como la del jovencísimo winger Caleb Clarke, quien en su segundo partido con la camiseta negra con el Helecho de Plata sobre el corazón (primero como titular), demostró que su futuro debería ser inconmensurable.
También se lucieron el nombrado Richie Mo'unga; el octavo Ardie Savea; el fullback Beauden Barrett y los centros Jack Goodhue y Anton Lienert-Brown, de notables rendimientos defensivos. Entre la destacable producción de los Wallabies, podría señalarse la del hooker Brandon Paenga-Amosa, de incansable protagonismo en las diferentes facetas del juego.
En conclusión, neozelandeses y australianos demostraron estar en un nivel altamente gratificante, lo que obviamente se realza por la inacción de gran parte de la compleja temporada. Pensando en el inminente Rugby Championship, donde completarán los dos restantes encuentros por la Bledisloe Cup, solo restaría puntualizar que están a la vista las exigencias que estos seleccionados presentarán a Los Pumas, que en materia de inactividad competitiva, son los más perjudicados.