Tras un período de inestabilidad, con lluvias, viento y granizo, mejoraron las condiciones para las actividades agrícolas, como siembras, aplicaciones y acondicionamiento de lotes. El nuevo escenario, reactivó las tareas, especialmente el proceso de siembra, con ello el movimiento de equipos y sembradoras se observó, en toda la región, según destacó el informe que sobre estimaciones agrícolas divulgó esta semana la Bolsa de Comercio de Santa Fe (Bcsf).
El trabajo indicó que continuó con mayor ritmo la implantación del cultivo de sorgo granífero, algodón y arroz.
En tanto, se inició la de soja temprana (de primera), en algunos lotes puntuales.
Con menor intensidad se desarrollaron las aplicaciones de herbicidas, para el control de las malezas, que ante ambientes secos, predominaban y no se habían realizado.
Todos los trigales se hallaban en estado fenológico de fructificación, ante las elevadas temperaturas, el déficit hídrico y las jornadas secas, se acortaron ciertas etapas, acelerando el proceso de llenado de los granos.
El informe aclaró que no obstante, las lluvias ocurridas, en muy bajo porcentaje, producirían algún beneficio, mejoras o recuperación de los cultivares y por lo tanto, no se evidenciarían en el actual escenario en los quintales finales que se obtendrían.
Las tareas efectuadas en la semana fueron: a) monitoreo-seguimiento de trigo, girasol y maíz temprano, b) siembra de arroz, c) siembra de algodón y resiembra, d) siembra de sorgo granífero, e) siembra de soja temprana, f) aplicaciones de herbicidas, g) roturación y acondicionamiento de algunos lotes para futura siembra, 3 h) colocación y monitoreo de trampas para el picudo algodonero, i) cosecha de trigo. Para el período hasta el martes 3 de noviembre, los pronósticos prevén condiciones de estabilidad climática, temperaturas diarias medias a levemente altas, con nubosidad parcial, nulas probabilidades de precipitaciones, buen tiempo y jornadas soleadas.
Ambientes muy secos, vientos, altos registros térmicos, conjuntamente con las precipitaciones, aceleraron e interrumpieron el llenado de grano, en un porcentaje medio de los cultivares. Pero, ante dicha situación se sumaron más lotes al proceso de cosecha, en distintos departamentos del área. Las lluvias se concretaron, los nuevos escenarios climáticos interrumpieron el período seco que afectó y condicionó la campaña de trigo, pero serían de muy baja incidencia en la recuperación de los cultivares, dado que en un bajo porcentaje se encontraban en etapa de inicio de llenado de grano, y no llegarían a capitalizar los mm de agua caídos.
Un 60 % de los trigales continuaron en estado regular y regular a malo, no presentando inconvenientes en el aspecto sanitario, hasta el momento, pero concretándose cambios en el destino, según zonas de los diferentes departamentos del área de estudio tales como confección de rollos para reserva, picado para consumo animal, particularmente en el área mixta (agrícola-ganadera) y aplicaciones de desecantes, interrumpiendo así el ciclo, destinándose dicho lote a otro cultivo.
En cuanto a los rendimientos se observó la incidencia y consecuencia del período seco que atravesó el cultivo. En una primera estimación se proyectó una disminución de 13 a 14 qq/ha en el rinde promedio del área de estudio, en comparación al obtenido la campaña pasada que fue de 34,25 qq/ha. Esto representaría una disminución aproximada de 720.000 tn.
El centro del departamento General Obligado fue el sector afectado parcialmente por la inestabilidad climática que se presentó en la semana. Se verificaron lotes con un alto porcentaje de su superficie con impactos por los eventos climáticos registrados.
Los lotes de girasol se encuentran en proceso de desarrollo, con buen stand de plantas, poca altura, en el oeste del departamento San Javier. Algo similar se verifica en el sur del departamento General Obligado.
Sobre los primeros impactos en los cultivares de maíz temprano, el informe de la Bcsf señaló que se observó acartuchamiento de las hojas y retraso en el desarrollo en altura de las plantas. Pero las precipitaciones ocurridas revertirían dicha situación, posibilitando el desarrollo y crecimiento normal del cereal. Hasta la fecha los cultivares no presentaron inconvenientes con plagas, ni enfermedades.
Las reservas de agua de los suelos se recuperaron, por lo menos, temporalmente, reiniciándose las actividades planificadas. Por parte otra, se alejó la preocupación de los productores, pero no desapareció la observación de los futuros pronósticos climáticos extendidos y con ello, variaron las expectativas y las tomas de decisiones, para lo implantado o a implantarse en la cosecha gruesa 2020/2021.