Cuando aparece la pregunta sobre los objetivos de Alberto Ángel Fernández, el porteño, la tentación, el camino fácil que todos encuentran es la división de poderes donde no hay o no debería haberla, en el binomio presidencial.
Alberto y Cristina Fernández. El porteño no tiene idea del trabajo para la posteridad, para su biografía dentro de 50 años. La muchacha arrabalera, resolverá sus juicios y luchará por un sitio diferente en la historia.
Cuando aparece la pregunta sobre los objetivos de Alberto Ángel Fernández, el porteño, la tentación, el camino fácil que todos encuentran es la división de poderes donde no hay o no debería haberla, en el binomio presidencial.
Todas estas propuestas con firma, la mía estará al pie, deberían abandonar la fatuidad del absoluto. En este caso es lo que pienso y no intento subyugar a quien sea sobre la posibilidad de estar en lo cierto. Creo, con franqueza, que sucede. Punto.
Alberto Ángel Fernández, el porteño, encontró un billete premiado y lo cobró. Estaba incluido el hecho inatajable: Cristina Elizabet Fernández de Kirchner, la muchacha del arrabal platense, es quien lo eligió. Cada quien atendió su juego y el que no, el que no, merece una prenda…
ANALIZAR DESDE EL OMBLIGO
Fastidian encontrando divisiones y "porvenires" diferentes en un binomio que se forjó en la coyuntura del país que somos y la sociedad que vota del modo que lo hace. Referencia: Gildo Insfrán no es la democracia… y suyos son sus votos. Si el sufragio universal y obligatorio es un eje de la Democracia aquí estamos.
La muchacha del arrabal platense, como el León de Francia o como D'Artagnan, también como Bordolino, retornó triunfadora. Qué esperaban… qué desean… suyos los votos y legítimo el mandato. Ni siquiera se puede ir a llorar a la iglesia, si del culto Católico Apostólico y Romano se trata, el Papa es un jesuita que conoce demasiado bien la Catedral y lo que está cerca: Casa Rosada.
Puestos en analizar "el ejecutivo" debemos insistir: este es un país donde el líder es el que manda… en el gobierno y en el partido, pero, pero, aparecen situaciones específicas; bastante diferenciales. Vivir en la provincia de Santa Fe me ha dado tres espejos. Especular sobre el Ejecutivo, sus propuestas y el liderazgo, cuestionado en el Siglo XXI, parece fácil. Municipio, Provincia y País tienen lo suyo.
Rosario no quiso ser peronista en su Ejecutivo. Ganó el senador del Departamento Rosario. Peronista. Ganó el candidato a Gobernador por el peronismo. Perdió el socialismo la interna con su candidata a intendente y aquel fracaso económico y social hizo que perdiese un candidato a Gobernador asociado al Libro "Los monos" y el Narcotráfico. El Intendente es parte de ese frente que perdió en la provincia y ganó en Rosario. Está solo. Le cabe la pregunta:…Y ahora qué.
NO LLEGARON ABRAZADOS
El Gobernador de la provincia de Santa Fe es fruto de un pacto de todos los sectores del peronismo con un candidato que aceptaba que lo mirasen desde varios perfiles. Era el mejor perfilado. Ganó una interna, pocos enojos, muchos votos. El peronismo en unidad es más que la oposición dividida. Eso sucedió. Gobierna el peronismo la provincia pero no tiene correlato con los diputados nacionales. Ganó Macri ese rubro y los que fueron por el peronismo no le pertenecen. El gobernador está parado en el territorio y le cabe la pregunta… Y ahora qué. En la provincia de Santa Fe no hay re elección.
El binomio presidencial puede y debe hacerse la misma pregunta:… y ahora qué.
Está visible, en superficie está, que las acusaciones de ladrona de dineros del Estado, acusaciones directas sobre la muchacha del arrabal platense, fueron/son una motivación de vida. Quien ha sufrido procesos judiciales lo sabe. No dejan dormir tranquilo. Debe incluirse en la lógica del comportamiento habitual que ese tema sea la sustancia de sus días. Tengo para mi que entrar con 6 pesos propios y conseguir 6.000 –propios y milagrosos- trabajando Full Time para el pueblo argentino, es raro. Mi íntimo convencimiento es que tiene culpas, pero los votos mandan y el mismo sistema que sostiene a Gildo Insfrán la sostiene a la muchacha arrabalera, de los bordes de la ciudad de Dardo Rocha y José Hernández.
Somos, todos, partes inconexas de un raro país aún en formación. Cuando la muchacha del arrabal platense consiga el perdón de sus pecados en sedes judiciales vendrá la pregunta:… y ahora qué.
La mismísima pregunta sobre los destinos del abogado porteño lleva a distracciones. Qué es... qué quiere ser. No es la referencia al cargo que ejerce sino de dónde viene y a dónde va su historia personal que, no es menor este asunto, se cruza con la historia del país.
Alberto Ángel Fernández, el porteño, cuando se saca el traje y respira (nota: no está respirando bien…) qué piensa. En sus dichos y discursos no, porque los cambia, altera y resuelve de forma diferente de la noche a la mañana. Qué piensa y, yendo al fondo: qué quiere ser mañana. Otra vez:… y ahora qué.
PERDIMOS EL DESTINO
Tal vez el último que quiso cambiar el Estado Argentino fue Frondizi, acuciado por su consejero y Alter Ego, el marxista reversionado, Rogelio Frigerio, "el tapir". Tal vez. Su comportamiento posterior no le hace favores a Frondizi pero Celestino Gelsi, Oscar Alende, Carlos Silvestre Begnis, Raúl Uranga, Aldo Ferrer, Lisandro Viale (siguen las firmas) dan una suma de cerebros para un proyecto de país que no tuvo repetición, sino decadencias de allí en adelante.
Puede decirse, sin muchas oposiciones (todas contrafácticas) que aquellos muchachos se iban a dormir pensando en el país del día siguiente. Tenían un motivo imperecedero. Debían superar el peronismo y mejorarlo.
He contado varias veces el caso Sarkozy (acentúe la y griega). Tomo ahora el relato de mi colega Roig, publicado en su columna de Perfil, sobre el caso Sarkozy y el objetivo cumplido. Este es el textual: "Durante la campaña electoral de las elecciones francesas de 2007, la escritora Yasmina Reza, autora de la comedia Art, acompañó a Nicolás Sarkozy durante la campaña electoral. De esa relación, a propuesta de la escritora y aceptada sin condiciones por el candidato, surgió un libro, -El alba la tarde o la noche - (sin signos de puntuación, respetando el original francés que anuncia, desde el título, el bucle temporal y emocional del texto). Reza se acerca a la intimidad del personaje, la comparte como testigo omnipresente y la duda surge: ¿se trata de displicencia o, por el contrario, de una exposición interesada del personaje para comenzar el ciclo presidencial con una versión escrita de su impronta? En un vuelo nocturno, regresando de un acto, Sarkozy corrige a Reza durante una conversación y le objeta confundir deseo y ambición. Tiene razón, admite ella. «La ambición transforma el deseo en incandescencia», arriesga Sarkozy: «Hay momentos en que aspiro a menos incandescencia». Después le enumera logros: quería un partido y lo tuvo, soñaba con ministerios que ocupé y quería estar ahí, en la carrera electoral que ganaría, lo sabía por las encuestas y el estado de las cosas en aquel momento de Francia…"
Interrumpo el relato. El peligro, que señala Sarkozy (acentúe en la y griega) como si fuese un diván, es que ya no tenía objetivos. Un gobernante sin ambiciones nuevas, sin objetivos, es un gobernante sin porvenir. En la ciudad y en la provincia tengo material para empezar las especulaciones. Sigo.
Alberto Ángel Fernández, el porteño, no tiene idea del trabajo para la posteridad, para su biografía dentro de 50 años. Un billete premiado debe gastarse, está en su índole.
Cristina Elizabet, la muchacha arrabalera, resolverá sus juicios, dejará que sus hijos gasten el dinero (para mi juicio dinero mal habido, pero son cuestiones íntimas que no he resuelto) y luchará por un sitio diferente en la historia, le interesa el ayer… ¿ se entiende? Determinación e íntimo impulso. Para eso vive.
Argentina queda lejos de ambos. El mañana es algo distante de sus determinaciones. Tal vez sea el país el que debe preguntarse: y ahora qué. El porvenir es mañana y la pregunta es acuciante. Cayó la sábana, la pandemia nos dejó desnuditos. CFK y AF son siglo XX. Hace 20 años que entramos en el Siglo XXI. Y ahora que…
Somos, todos, partes inconexas de un raro país aún en formación. Cuando la muchacha del arrabal platense consiga el perdón de sus pecados en sedes judiciales vendrá la pregunta:… y ahora qué.
La misma pregunta sobre los destinos del abogado porteño lleva a distracciones. Qué es... qué quiere ser. No es la referencia al cargo que ejerce sino de dónde viene y a dónde va su historia personal que se cruza con la historia del país.