En un año seco, el agua es un bien escaso. Mucho más escaso que en épocas de inundaciones. Inclusive para la región de Rosario que cuenta con el privilegio de estar a la vera de uno de los ríos de agua dulce más caudalosos del mundo.
La provisión de agua potable en Rosario sigue siendo normal pese a la gran bajante del río Paraná. No obstante los niveles inferiores del gran afluente, el suministro está asegurado con vistas a un verano muy seco. De todas maneras, piden moderación en el uso y evitar el derroche.
En un año seco, el agua es un bien escaso. Mucho más escaso que en épocas de inundaciones. Inclusive para la región de Rosario que cuenta con el privilegio de estar a la vera de uno de los ríos de agua dulce más caudalosos del mundo.
La sequía que se extendió a lo largo de este 2020 complicado y atípico hizo decrecer el nivel del Paraná hasta valores muy inferiores a los normales. La bajante es una de las mayores desde que hay registros. Esta situación acarreó ciertos problemas para la captación del líquido vital por parte de la empresa Aguas Santafesinas S.A. (ASSA).
Guillermo Lanfranco, gerente del área de comunicación de esta compañía, habló con El Litoral sobre el panorama de la provisión del agua de cara a un verano que se prevé mucho más seco de lo habitual. “La bajante es una cuestión que complica una de las etapas del proceso nuestro que es la captación. Toda el agua que tenemos que tomar del río para procesar y para distribuir. El río está muy bajo. Hace más de un año que tenemos esta bajante muy prolongada”, comentó Lanfranco. “Nunca había pasado tener un río en estas condiciones que está dos metros y medio por debajo de lo habitual. Eso implica compensar la pérdida hidrodinámica de las bombas por la altura”, agregó. Afirmó que tuvieron que ampliar la capacidad de bombeo en un 15 por ciento. “(Las bombas) Siempre están trabajando al límite. Lo cual hace que haya más riesgo de rotura. De hecho, se producen más roturas en lo que son los sistemas de captación de las bombas”, consignó. “Excepto alguna situación muy puntual con alguna bomba que salió momentáneamente fuera de servicio, tenemos una captación de acuerdo a lo que necesitamos para procesar”, dijo.
Desde ASSA descartaron problemas en el servicio pese a que el caudal del Paraná seguirá siendo escaso en los próximos meses. “Tenemos todos los sistemas preparados para afrontar el verano en las mejores condiciones posibles de servicio”, aseguró Lanfranco. “Va a haber más consumo porque mucha gente se va a quedar en su casa. Va a haber una demanda más importante. No es que la ciudad se va a quedar sin agua, pero puede haber algunas zonas que sufran baja presión o alguna merma en el servicio. Principalmente en las estaciones más alejadas de las estaciones de bombeo. Es una posibilidad, pero está en nosotros brindar la mayor cantidad de agua que podamos producir y en los ciudadanos en hacer un uso responsable para que podamos tener un servicio en buenas condiciones”, afirmó el gerente.
Para abastecer a una ciudad de 1.000.000 de habitantes se precisa un gran volumen acuático. Desde la planta potabilizadora de calle French se extraen unos 26.500 metros cúbicos de agua por hora durante las 24 horas todos los días del año. “En la planta histórica con esa cantidad de metros cúbicos estamos dentro de lo que necesitamos, por ahora”, afirmó Lanfranco. “Es gigante. Está escondido ahí. Parece mentira que haya algo así escondido”, comentó sobre la instalación de grandes dimensiones que lleva el agua fluvial a los habitantes de Rosario. A ese caudal se le debe añadir la instalación nueva ubicada en Granadero Baigorria que abastece a esta ciudad y a la Cuna de la Bandera.
Al no haber reservorio, todo el líquido que se toma del río Paraná se distribuye en el sistema. “Es un proceso constante. Es 24 horas, sino no hay forma de distribuir el agua”, comentó el gerente. De hecho, Rosario es una de las primeras ciudades del país en contar con agua potable de río ya que desde el año 1888 que en esta urbe se utiliza este servicio. Tomar agua de la canilla es un privilegio que muchas poblaciones ubicadas lejos del Paraná no tienen.
La presión del agua también fue motivo de consulta en la charla con el directivo de Aguas Santafesinas. “No es una cuestión homogénea. No es que en toda la ciudad hay la misma presión al mismo tiempo. Depende de muchos factores. Uno de ellos es la distancia que hay en los domicilios abastecidos de nuestras estaciones de bombeo. Cuanto más lejano está un domicilio de nuestras estaciones de bombeo, la presión va a ir disminuyendo porque es menor la cantidad de agua que llega a ese punto y con menos presión”, aseguró. Lanfranco también afirmó que la presión es mayor de noche que de día al haber menos consumo en horario nocturno. Por otra parte, las estaciones del año también condicionan la potencia en la salida del agua de las casas, según comentó el hombre de la empresa proveedora: “No es lo mismo la presión de un día con temperaturas no tan altas, en relación a un día con 40 grados. Si hay una semana de 40 grados con mínimas altas, que no da la posibilidad de recuperar el sistema, va a haber bajas de presión más notorias. Hoy por hoy el 90 y más por ciento de la ciudad tiene presiones adecuadas de acuerdo a las expectativas de servicio que se tienen en cada zona”.
El proceso desde que el agua se toma del Paraná hasta que llega a la canilla del usuario lleva entre seis y ocho horas. “El proceso incluye la clarificación. No por nada se lo llama el río marrón porque tiene muchos sedimentos flotantes dentro del mismo curso de agua. Lo primero que se hace es la clarificación. Después se hace un filtrado. Se elimina si puede haber quedado un sedimento. Finalmente, se lo clora para eliminar cualquier posibilidad de que quede una bacteria”, explicó Lanfranco sobre el proceso. “Nosotros decimos que es un delivery perfecto porque se recibe en el momento y el agua entra en una cañería hermética y no vuelve a tener ninguna interferencia hasta que llega al hogar”, comentó.
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“No se pueden hacer plantas potabilizadoras para piletas con agua potable”
Guillermo Lanfranco también se refirió al abuso con el agua que se puede producir este verano 2020/2021 con la proliferación de piletas de lona. “Hay que consumir agua porque es imprescindible para la vida, pero cuando entramos en usos más secundarios ahí ya empezamos a tener problemas”, comentó. “No se pueden hacer plantas potabilizadoras para piletas con agua potable. Pedimos que se use el agua, pero tratando de conservarla lo más posible”. El directivo de ASSA expresó que con agregar lavandina, cubrir con una lona la pileta y enjuagarse los pies antes de entrar se puede evitar la renovación diaria de agua de este tipo de piscinas. Con estas medidas, el elemento vital se mantendría al menos una semana en buenas condiciones.