El escritor Nicolás Schuff, especializado en el público infanto juvenil acaba de presentar la primera entrega de “Los estrambóticos”. Se trata de una novela detectivesca que inaugura una serie de aventuras y peripecias. “Me entusiasma mucho el humor a partir de las ocurrencias de los personajes”, explicó en una entrevista.
Gentileza del autor Nicolás Schuff trata de incorporar a sus trabajos una impronta poética. De hecho, se confiesa admirador de escritores del litoral como Juan L. Ortiz, Juan José Saer y Hugo Gola.
Nicolás Schuff trabaja sus textos fundamentalmente pensando en niños y jóvenes, más allá de que luego encuentran eco en gente de todas las edades. Entre sus creaciones figuran “El pájaro bigote”, “Los equilibristas”, “Así queda demostrado”, “Monstruos fritos”, “El educado y tontorrón monstruo Salchipapa Lover”, “Mis tíos gigantes” y “Quince ocasiones para pedir deseos en la calle”. El escritor acaba de publicar, a través de la editorial Ralenti “Música para detectives”, la primera entrega de “Los estrambóticos”, una serie de novelas de aventuras protagonizadas por Mei Ling y Ángel, quienes en este primer caso se proponen descubrir el misterio detrás del robo de un clarinete en un supermercado. En una charla con El Litoral, brindó detalles de un libro de peripecias llenas de color que “incluye misterio, amistad, música y alta gastronomía”.
D.R.
-En alguna ocasión comentaste que escribís a partir del lenguaje o de algunas imágenes que, por algún motivo, te llaman. ¿Cuál fue la imagen que te sirvió de punto de partida para esta primera entrega de “Los estrambóticos”?
-En realidad, eso depende de cada proyecto. En el caso de este libro, no salió tanto de una imagen porque es un proyecto más largo. Es una novela breve para chicos pequeños, de misterio, medio detectivesca. Entonces trabajé más en torno a algunas ideas, pensando cómo construir el relato a partir de algún misterio que sea cotidiano, algo que los chicos conozcan, con lo que estuvieran en contacto. Mis ganas, en realidad, tenían que ver con construir personajes vinculados a la vida del barrio, en los cuales los chicos pudieran reconocerse. Empecé a escribir a partir de esos personajes y de un pequeño misterio que se me ocurrió. Pero no fue a partir de una imagen concreta que nació este libro puntual.
-Antes hacías referencia al barrio y a tus expectativas de lograr una identificación con los pequeños lectores ¿Esos personajes que construiste tienen que ver con algunas de tus vivencias personales?
-Tengo dos libros publicados en otra editorial. El personaje se llama Hugo Besugo. Son misterios chiquitos, para niños más pequeños, historias muy breves. En ese caso, igual que en “Los estrambóticos”, hay una relación con mis primeras lecturas. Una de ellas era una colección que existía cuando era niño, que se llamaba “Los tres investigadores”. Estaba hecha en Estados Unidos por diferentes autores y tenía como particularidad que se suponía que estaba presentada por Alfred Hitchcock. Me gustaba mucho esa serie. Con un amigo que también los leía, cuando teníamos unos 10 años, se nos ocurrió que queríamos ser detectives. Nos metimos en una casa abandonada y la transformamos en una especie de oficina secreta donde llevábamos velas y cajones de fruta para simular asientos. Toda esa fantasía la tengo muy presente y estuvo en mi memoria al momento de escribir la nueva novela. Me crié en un barrio, estaba mucho en la calle y jugábamos a eso. A veces seguíamos a alguna persona en la calle durante algunas cuadras, porque muchos misterios para develar no había. Pero bueno, era nuestra fantasía.
-Seguramente mucho de eso influido por la literatura, el cine y la televisión. Por la figura del detective.
-Totalmente. Ahora no sé hasta qué punto existe ese personaje. Pero me doy cuenta que a partir de mis libros los chicos se copan con eso. De todas maneras me parece que es más de otra época, de las series de televisión. Cuando era chico había unas cuantas series sobre detectives. Incluso algunas que le tomaban el pelo a esa figura.
-Lo que tiene vigencia es la atracción por el misterio.
-Creo que siempre está vigente por eso de la aventura que implica resolver una incógnita.
música para detectives, el primer caso de las estrambóticos, va llegando a las librerías. aventuriñas llenas de color... Publicado por Nicolás Schuff en Sábado, 5 de diciembre de 2020
Simples pero entrañables
-¿Con “Los estrambóticos” la idea es inaugurar una especie de serie, donde los personajes continúen con otras aventuras?
-Este libro lo empecé a escribir como invitación y propuesta de la editorial Ralenti. Son dos editoras que trabajan en un proyecto que es bastante nuevo. Arrancaron hace un tiempo con una saga que se llama las Súper 8. Las protagonistas son chicas y en algún sentido está un poco orientado a ese público, femenino, aunque lo puede leer cualquiera, por supuesto. Y ellas tenían ganas de que hubiera algo similar con otros personajes. Me convocaron para pensar eso. La característica de la editorial y en particular de estos libritos, es que tienen mucha presencia gráfica. Incluso secuencias narradas con dibujos. Entonces el libro tiene viñetas y páginas en las cuales no hay texto y la narración continúa con ilustraciones. Fue interesante pensar el relato de otra manera, en conjunto con la ilustradora. Y sí, la idea inicial fue hacer una serie de tres historias. Ahora estoy con la segunda aventura, que incluye los mismos personajes.
-Para vos como creador, me imagino que, al mismo tiempo que desafiante, debe ser interesante en la medida en que podés permanecer más tiempo con los personajes y así los conocés mejor.
-Claro. Te encariñás. Entonces retomarlos siempre es lindo. Y podés seguir encontrando en ellos distintos matices, profundizar en sus características. De todas maneras, son súper simples, porque son para un público de primeros lectores, de entre 7 y 9 años. Más allá de que lo leen chicos de otras edades, eso depende mucho de cada lector. Incluso me escribió una mamá que lo leyó con su hija de 5 años, lo cual me resultó bastante sorprendente. Lo que digo es que los personajes no tienen un gran desarrollo porque básicamente son libros breves y simples de aventuras.
-Están más basados en la acción que en la psicología de los personajes.
-Si, pero me interesa mucho la psicología de los personajes. Escribir diálogos. Me entusiasma mucho el humor a partir de las ocurrencias de los personajes. No sólo con la peripecia o la aventura, que muchas veces son una excusa para hacer hablar a los personajes y desarrollar sus características.
Con ojos de niño
-Citaste en alguna oportunidad a Juan L. Ortiz quien refiriéndose a la poesía dijo: “Es la realización del estado de infancia que debe permanecer a través de todas las edades del hombre”. En lo que vos hacés esa es una premisa fundamental.
-Intento conservar eso que mencionás. Soy bastante fan de los escritores del litoral, no sólo de Juanele, sino también de (Juan José) Saer y de Hugo Gola. Esa literatura me parece muy rica y además mi familia es en buena parte entrerriana. Tuve un gran enamoramiento por la poesía de Juanele y me parece muy sabio eso que dice. Trato de practicarlo.