La delegación Santa Fe del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo tiene nueva delegada. Paula Saini, abogada y docente de la Universidad Nacional del Litoral estará a cargo de las gestiones del organismo en todo el territorio provincial. La flamante funcionaria se desempeña desde hace más de diez años como asesora legal, por lo que cuenta con un conocimiento extendido de las acciones que el organismo realiza en la región.
-¿Cuáles son las consignas de trabajo para esta gestión? ¿Qué aspectos serán prioritarios para abordar la discriminación y la violencia en Santa Fe?
-Como organismo de carácter nacional, el INADI comparte ejes de trabajo como son pobreza, género y racismo. Mientras que en la provincia, nos enfocaremos en líneas de acción locales referidas a la discriminación de personas con discapacidad y a la discriminación en el ámbito laboral tanto público como privado, que son las temáticas relevantes del registro de denuncias de los últimos dos informes de gestión.
Además, junto a todo el equipo que integra la delegación desde hace varios años, insistiremos en el trabajo que se ha venido realizado con buenos resultados, como las capacitaciones en los ámbitos educativos y en distintas asociaciones. Queremos profundizar la relación con la comunidad, planteando una gestión de puertas abiertas con todas las organizaciones sociales que realizan tareas en la provincia.
-¿Cómo ha trabajado el INADI durante los meses de aislamiento?
-Pese a la pandemia, durante el año pasado, desde el INADI hemos trabajado muy bien con los foros regionales en vistas de la elaboración del nuevo Plan Nacional contra la Discriminación. El objetivo de esta propuesta es que, a partir de la socialización de las diferentes líneas de acción que existen en el territorio, se puedan federalizar los cambios que el organismo nacional plantea para cada provincia.
Como parte del trabajo de actualización del Plan Nacional, cuyo documento previo fue aprobado en 2005, se creó un registro con todas las organizaciones sociales de Santa Fe. Las mismas, tras completar las solicitudes, pudieron participar de las distintas instancias de diálogo que se desarrollaron a lo largo del 2020, donde tomaron la palabra para presentar el trabajo que llevan adelante y sugerir o proponer modificaciones al Plan.
-¿Cuánto influyó la pandemia en cuanto a los hechos de discriminación?
-De alguna u otra manera, todos nos vimos atravesados por la pandemia. En el caso de la discriminación, no fue la excepción. En base al último informe de la Coordinación de Investigaciones y Observatorios del INADI, que recopila los datos aportados por la Dirección de Asistencia a la Víctima, durante los meses de aislamiento social, el estado de salud se impuso como la principal causa de discriminación, particularmente en el período de abril y mayo. En tanto, las temáticas de discriminación por discapacidad y género se siguen produciendo tanto a nivel nacional como provincial, lógicamente agravadas en este contexto de pandemia.
¿Cuán cordial es Santa Fe?
-En algún momento, a la ciudad se la supo conocer por la cordialidad de sus habitantes. Teniendo en cuenta su tiempo de trabajo en la delegación local del INADI, ¿qué mirada tiene sobre el trato de la ciudadanía de la capital provincial en la actualidad?
-Creo que Santa Fe sigue siendo una ciudad cordial, y que deberíamos apuntar a profundizar esta característica. Desde el INADI estamos comprometidos a trabajar en esta tarea, apuntando a generar conciencia en los distintos ámbitos.
De todos modos, considero que no se puede aislar una ciudad o una provincia de un contexto cultural, social y político. La sociedad en su conjunto ha ido evolucionando. Quizás se percibe que ahora existe mayor violencia o discriminación, pero no creo que esto sea así, sino que puede que las redes sociales visibilicen estas situaciones más que antes.
Lamentablemente, estos hechos existieron siempre, y no son consecuencia directa de lo que suceda específicamente en una ciudad. Lo importante de que se visualicen más es que nos sirven para no naturalizarlas. Al poner en palabras y explicar de qué se trata, podemos entender por qué son en realidad situaciones violentas o discriminatorias y, a partir de ahí, empezar a deconstruir algunas de las cosas que suceden.
-¿Cómo le gustaría ver a la región en cuanto a los niveles de violencia y discriminación dentro de unos años, cuando llegue el final de su gestión?
-Me gustaría encontrarme con una Santa Fe menos discriminadora, más justa y más igualitaria, en la que el INADI sea el núcleo de políticas públicas, articuladas e ideadas junto con las múltiples organizaciones sociales, las asociaciones civiles y los ciudadanos particulares.
Para ello, será necesario velar por la articulación con la sociedad, ya que desde el organismo abarcamos una enorme cantidad de temáticas, que dificultan que solo un grupo de personas puedan contenerlas; y que, en realidad, debieran partir de las demandas de los distintos actores sociales que ponen el cuerpo en el territorio.
"La libertad de expresión tiene responsabilidades"
-¿Qué lectura hace el organismo del reciente debate sobre la libertad de expresión desatado a partir de la suspensión de las cuentas de redes sociales a Donald Trump?
-Además de mi rol en el INADI, soy docente de Derecho Constitucional III en la Facultad de Ciencias Jurídidas de la Universidad Nacional del Litoral, en el cual se encuentra presente también el eje de la libertad de expresión, que es uno de los temas que más opiniones genera dentro de la cátedra.
En principio, es un derecho que es para todos, por lo que todos podemos decir lo que queramos, pero esto tiene consecuencias a posteriori. Cualquiera está en pleno derecho de expresar sus ideas libremente, pero esto no es absoluto, la libertad de expresión tiene límites. Estamos rodeados de ejemplos, aunque no los percibimos, como las películas de determinado contenido que está prohibido que vean menores de determinada edad.
Entonces, hay que ver cuál es el grado de racionalidad de los límites de la libertad de expresión dentro del universo de las redes sociales, entendiendo que el uso y ejercicio de este derecho genera, también, responsabilidades.
-¿Y cuál debe ser el rol de los medios sobre este asunto?
-Muchos autores sostienen que la libertad de expresión tiene tres pilares: medios de comunicación, periodistas y ciudadanos. Además, el sentido mismo de libertad, con un trasfondo histórico que se remonta hasta el siglo dieciocho con las revoluciones burguesas, implica que fue ejercida para opinar y criticar los gobiernos o poder del Estado de turno.
En ese sentido, tanto los medios de comunicación como los periodistas debieran estar capacitados en algunos aspectos para ejercer la responsabilidad que genera el ejercicio de la libertad de expresión. De la misma manera que la ciudadanía, que también debe exigir, pero entendiendo los límites de su derecho.