Crédito: Archivo El Litoral
El presidente del PJ Ricardo Olivera (recientemente reelecto por los dirigentes en una lista de unidad) llamó muy arriba en la Casa Gris para manifestar su enojo por la forma como había salido del gabinete Héctor Acuña, que se va dejando una ristra de proyectos y obras en las cárceles para inaugurar, en un ámbito en el que todo lo que se construye tiene siempre la amenaza pendiente de su destrucción en alguna revuelta violenta.
Acuña se va de Asuntos Penitenciarios sin los contagios masivos de Covid (aquí no hubo liberación de presos como se planteó a nivel nacional al iniciarse la pandemia) y con varias iniciativas a punto de concretarse.
Aparentemente, no fue por el único funcionario desplazado por el que se quejó el jefe del justicialismo provincial.