Hoy jueves, a partir de las 21, Zero Kill se presentará junto a Silvina Moreno en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). El grupo encabezado por Benito Cerati dará a conocer su más reciente álbum ("Lapsus", 2020) y hará un repaso por la discografía precedente. En la previa del show, el músico dialogó con El Litoral.
Cohesivo
-Compusiste "Lapsus" en Santa Fe. ¿Cómo fue esa experiencia de conexión con la ciudad?
-Estuve unos días en el verano de 2020 porque mi novio es de Santa Fe y vivía ahí en ese entonces. El disco tiene la impronta de todo lo que iba viendo y lo que iba sucediendo. Está marcado por esas idas y vueltas que he tenido. Recuerdo con mucho cariño esa época. Sin ir más lejos, la tapa del single "Santa Fe" es el puente hecho ondas. En mí, la inspiración es bastante oblicua, se manifiesta de formas muy raras. Pero creo que hay alguna cuestión del verano santafesino en cuanto a lo denso que se pone mientras más al norte de la Argentina vas.
-Además de lo oblicuo y lo oscuro (o denso), ¿cómo describirías el espíritu del álbum?
-Cuando me hablan de "Lapsus", me dicen que no tiene mucho que ver con lo que está pasando ahora. Y yo creo que nunca tuve que ver con lo que está pasando en ningún lado (risas). Voy en mi propio avioncito y hago lo que me nace. Con la música no tengo muchas concesiones. No es que estoy fijándome qué está de moda y cómo lo puedo incorporar. Sí me gusta sí, pero sino no.
Soy una persona del disco, del concepto, de dejar las cosas como vienen. Si terminé una canción que dura diez minutos, quiero dejar eso lo más puro posible... el diamante sin pulir tanto. Cuando me vienen ideas a la cabeza, no me lo cuestiono mucho, voy y lo hago. Es una especie de intuición a la que le hago caso. Viene de todo lo que he mamado, de influencias que me han gustado toda la vida y que, seguramente, poco tendrán que ver con lo de ahora. Pero "Lapsus" surgió un poco así… tenía algunos conceptos que quería transmitir y me mantuve en esa línea. Dos o tres ideas que hicieron que el disco fuese mucho más cohesivo que otras cosas que he hecho antes, que eran 25.000 ideas en un solo disco. Acá se mantuvo lo más conciso, pero la música va hacia allí.
Directo a la locura
-Hay canciones como "¿Cuánto más soportás?" y "$ $ $ (Dame má$ )" que evidencian la importancia de rebelarse ante a un mundo que sigue oprimiendo.
-Tengo una postura complicada. Porque, si bien adhiero a muchas causas, también dentro de esos movimientos encontrás al diablo. Hay gente que quiere sacar tajadas personales, micro-fascismos de "si no sos tan bueno como yo, no servís". Esas cuestiones sirven más para posicionarse en un altar y mirar a todos abajo, que para hacer algo bueno. Creo que de eso se tratan estas canciones que son más sociales en su crítica a la vida de la ostentación. Todo eso aburre ya. Está bueno tener un poco de humildad. Lo escribo porque yo también estuve parado en ese lugar por pendejo. Es una especie de crítica a mí mismo.
-¿Te considerás un pendejo?
-Ehhh... No sé si a los 27 uno sigue siendo un pendejo. Siento que atravesé mil cosas y las sigo atravesando. Estoy un poco cansado de atravesar, me gustaría dar la vuelta (risas). Hacer una línea que saltee un par de pasos. Pero creo que estoy en otra etapa, en otro lugar. Veo mucha gente que se queda en lugares que transité, y yo sigo. Ya estoy como adulto, cansado.
-Naciste un año después de que fuera publicado "Dynamo", uno de los discos claves de Soda Stereo, adelantado a la época.
-"Ustedes no lo entenderán, pero sus hijos sí". Siempre tomo eso. Imaginate que nací escuchando música de ese estilo en mi casa. Lo que pasa es que yo nunca tuve el momento de enganche. Me fui directo a la locura y sigo ahí. Lo voy perfeccionando, metiendo mayor claridad a mis ideas. Pero mi mundito siempre es este: ofrecer algo un poco más difícil, no tan fácil de digerir. Porque otros lo están haciendo muy bien y muy disfrutable. Yo no quiero hacer lo mismo. No soy tanto de apelar a lo que masivamente vuelve loca a la gente. Me gusta el desafío, desafiarme a mí mismo. Hacer cosas disonantes. Hay algo ahí que me da piel de gallina: acá esta nota no va ¡y me encanta!
Toda la gente
-Uno de los hilos conductores de "Lapsus" es la intervención de múltiples artistas, la mayoría mujeres. ¿Cómo se fue dando la apertura de la obra a otras voces?
-Las colaboraciones tienen que ver con el concepto del disco: "de la oscuridad no salís solo". Contrastando con el disco anterior ("Unisex", 2018) que era más "yo puedo, soy un guerrero indestructible", "Lapsus" es estar tirado en el piso, necesitar levantarse y no saber cómo. Ahí necesitás a toda la gente que tenés alrededor. Yo lo veo y lo escucho de otra forma. A veces, no son invitados que hacen una estrofa y listo, sino que cada uno/a tiene una aparición distinta.
Paula (Maffía) tiene el hoop del estribillo y el puente; Marilina (Bertoldi) una estrofa y una parte del medio; Richard (Coleman) sólo toca el slide; Marina (Fages) está cantando arriba mío todo el tiempo; el tema de Hilda (Lizarazu) empieza ella a cantar. Nunca nada se mantiene en lo mismo. Traté de buscar distintas fórmulas para cada canción. No lo pensé mucho y terminaron siendo mujeres porque son con las que más me relaciono. Vibro mucho con ciertas sensibilidades, formas de ver la vida y la música. Como también con Leo (García) en el disco pasado. Siento que vibran musicalmente en un lugar parecido y que, sobre todo, son buenas personas. Me importa eso porque todo el talento del mundo en una persona horrible no me sirve a mí.
Al contrario de mucha gente, a mí no me compra el insoportablismo - divismo del rock. Nunca me gustó. Yo tengo otra visión en la vida: entiendo que la gente que es famosa también es humana. Es una boludez lo que digo pero, a la vez, no tanto. Porque se despersonaliza, es gente que uno no conoce pero ve en la tele o escucha en la radio. Yo nací en un lugar con gente así y los vi llorar, sufrir, alegrarse. No voy a hacer lo mismo con otros.
-Seguramente, aquello que viste de chico, en algún lugar entró y te preparó de otro modo, no?
-Y me frustra de otro modo también. Porque cuando veo a la gente comportarse de formas extrañas con gente que no conocen, me frustra un poco. Hay una cosa egocéntrica que trasciende a la persona de la que estamos hablando y tiene que ver más con el que se lo está apropiando. Medio que así funciona la cuestión. Pero habiendo vivido en una casa donde había ese tipo de gente, no sé si estoy muy de acuerdo con ese funcionamiento. Me parece fascinante y necesario, hay gente a la que le cambió la vida y le ayudó a construir una identidad. Pero todo lo que viene después me parece bastante ridículo.
-Volviendo a las participaciones, una de ellas es Paula Maffía, tu profesora de canto. Hay una fascinación por lo animal-bestial que parece unirlos, ¿qué otros puntos en común encontrás con ella?
-A los dos nos gustan los osos (risas). Me parece muy marca registrada. Como un animal print. Me encanta. No soy de meter motivos animales en mis propias canciones (por ahí debería), pero es algo que me inspira en ella. Es como una especie de lobo, una mujer lobo. Y haber logrado una identidad por ahí es muy tremendo. Estamos hablando todo el tiempo de cosas así: sus dibujos, tenemos gatos... Algo tiene que caer, no?
Gustavo
Son muchos los puentes que unen a Benito con su padre Gustavo Cerati. Lógicamente. “Más cosas de las que parecen. La curiosidad, por ejemplo. Yo lo miraba y lo sigo mirando un montón. Vivía tocando y yo quería ser igual que él. Me sigue pasando un poco eso. Tomé mucho de sus formas de expresarse y de componer (aunque las llevamos para distintos lados). Él lograba hacer algo más pop, y yo lo dejo un poco crudo”.