Por Elda Sotti de González
Queremos chicas y chicos creativos, que sepan que existen otros mundos posibles, personajes con quienes dialogar. Cuanto más desarrollen sus fantasías, más podrán evolucionar sus pensamientos.
Por Elda Sotti de González
María Luisa Miretti es una escritora santafesina, profesora y licenciada en Letras, directora de la Maestría en LIJ (UNR). Ha realizado y continúa realizando una intensa labor de estudio y promoción de la Literatura Infantil y Juvenil. De las numerosas obras que ha publicado mencionaremos La lengua oral en la Educación Inicial; Antologías Literarias Santafesinas, en las que ha reunido textos de autores de la provincia de Santa Fe; La literatura en la Educación Inicial; Hans Christian Andersen. Cuando el dolor se transforma en arte (Ensayo); La literatura en la escuela. Posibles estrategias didácticas para una educación literaria desde las tertulias dialógicas literarias.
- ¿Cuáles serían los motivos que la conducen a dedicar buena parte de su obra al estudio de la Literatura Infantil y Juvenil?
- Seguramente cuestiones profesionales. Cuando salí del Profesorado (UNL) y luego de la Licenciatura (UCSF) ningún Plan de estudios contemplaba nada relacionado con la Educación Infantil, reclamarlo era recibir respuestas peyorativas, puesto que la 'Academia' no estaba para eso y era de mal gusto referirse a todo lo que estuviera relacionado con esa temática. A poco de recibida me tocó ejercer en un Profesorado de Santa Fe, en la Asignatura Literatura Infantil y -ante la falta que venía acusando ya desde la Facultad- acudí a los directivos en busca de auxilio, quienes me contestaron que me limitara al programa y buscara 'cuentitos', ya que de eso se trataba. La reacción a esa barbaridad fue uno de los grandes motivos que me llevaron a estudiar y a investigar el campo de la LIJ, que aún sigue virgen, con miles de matices para desentrañar seriamente, ya que el objeto de estudio es el niño/a, con 'una conciencia que evoluciona' como bien decís en el título, a la que hay que acompañar y enriquecer desde la Literatura en sus distintas manifestaciones.
- En uno de sus artículos usted califica a la Literatura para niños/as como "zona de riesgo". ¿Qué razones dan sustento a esta afirmación?
- De alguna manera la respuesta está en la anterior. La mayoría cree que los chicos y las chicas ameritan cualquier cosa acorde con su estatura, entonces hay que callarlos o dormirlos o asustarlos con un 'cuentito', como si la Literatura sirviera para castigar y no maravillar. La Literatura, a través de todas las categorías debería permitirle a los niños y a las niñas manifestarse con plenitud, evadirse, soñar, aligerar su peso, irse a otras dimensiones, de modo que al retornar puedan estar mucho más robustecidos. Que sepan además que existen otros mundos posibles con los que pueden interactuar, personajes con quienes dialogar aun en sus fantasías, porque de eso se trata, el desarrollo de sus fantasías, cuanto más las desarrollen, más podrán evolucionar sus pensamientos. No queremos chicas y chicos sumisos que sólo saben responder consignas uniformes, sino creativos, que se disparen hacia sus propias creencias, que puedan dialogar con sus pares. La zona de riesgo es la rutina, la servilidad, la sumisión de la didactización de cierto canon que en ocasiones hacen respetar, como otrora cuando 'la letra con sangre entra'. Sólo se lee con placer cuando se disfruta un texto que luego se discutirá con sus pares (tertulias dialógicas literarias), no se lee cuando se exige a sabiendas de que hay que responder cuestionarios preestablecidos, cuyas respuestas ya están previstas en el Manual o en la mente del maestro.
- El didactismo podría impedir que el lector aprecie la pluralidad de significados que el texto ofrece, podría ahogar el libre desarrollo de la imaginación y el deleite que una obra genera. Lo advierte María A. Díaz Rönner en Cara y cruz de la literatura infantil, cuando expresa: "El didactismo y su discurso específico han causado profundas distorsiones en la lectura del corpus literario infantil". ¿Cuál es su posición al respecto?
- Exactamente. El didactismo ha causado estragos en la lectura (lo sigue haciendo). Díaz Rönner ha sido 'faro sobre el tema'. Modestamente, tanto en mis libros, como en mis seminarios lo planteo y los docentes adhieren. Esto tiene una raíz histórica de larga data por decirlo así. Durante mucho tiempo una gran profesora llamada Martha Salotti (1899-1980), malenseñó a los docentes con su libro El patito coletón, que traía cuentos con actividades para todos los días del año. Su buena voluntad estaba al servicio de la escuela y fue mal interpretada. Cuando llegaron Javier Villafañe (1909-1996) y María Elena Walsh (1930-2011), que priorizaron al niño/a, su creatividad y su libertad, todo se dio vueltas. Incluso la misma Martha Salotti decía "pero qué dice esta gente, no se entiende nada…" y ahí se abren dos grandes caminos que hoy marcan a fuego los senderos de la LIJ: 1) el pedagogizante y 2) el estético.
- En su opinión, ¿qué cualidades debería reunir un texto literario para que se lo considere apto para la infancia?
- Si es para niños/as pequeños/as, con pocos personajes, historia con un solo conflicto y su resolución; para los más grandes, con más conflictos, pero siempre con resolución (nunca dejar finales abiertos) y siempre que sean estéticamente bellos.
- Para Hans-Georg Gadamer "toda obra de arte literario sólo se realiza del todo en su lectura". ¿Avala usted esta apreciación? ¿Qué nos puede decir de la Estética de la Recepción como teoría que valora la participación del lector?
- Más que Gadamer, me inclino por Jauss e Ingarden en el sentido de rellenar los huecos de indeterminación producidos por los 'efectos de lectura'. De ahí que no acepto bajo ningún punto de vista los cuestionarios, ya que cada lector o lectora tiene su propio recorrido, su propia cosmovisión interior y las historias se impactan a su manera, todo esto complementa -al decir de Umberto Eco- según los límites de su interpretación y no desde las impuestas desde afuera.
- No todas las personas valoran el arte de escribir para niños/as. Suelen referirse a esta actividad con cierta displicencia. A su entender, ¿cuál es la misión de quien, en estos tiempos posmodernos, ha elegido el oficio de escribir para la infancia?
- Me parece genial. No sólo por el oficio en sí, sino por el enorme respeto al niño/a, si es que piensan en él o ella a la hora de hacerlo.
- Finalmente, le pedimos que deje un mensaje para los docentes, responsables de la tarea de orientar de manera que alumnos/as descubran que es posible crecer y disfrutar a partir de la lectura de textos literarios.
- Quisiera contarles que hace diecisiete, ya casi dieciocho años que a raíz de un gran visionario llamado Ovide Menin se creó en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, la Maestría en Literatura para Niños (Res.CONEAU N°808/14). Porque creemos en nuestros niños y niñas y creemos en la docencia es que revalorizamos esta Maestría -único Posgrado Universitario con la especialidad en toda América Latina-, ¡quedan todos y todas invitados/as!
La mayoría cree que los chicos y las chicas ameritan cualquier cosa acorde con su estatura, entonces hay que callarlos o dormirlos o asustarlos con un 'cuentito', como si la Literatura sirviera para castigar y no maravillar.
La Literatura, a través de todas las categorías debería permitirle a los niños y a las niñas manifestarse con plenitud, evadirse, soñar, aligerar su peso, irse a otras dimensiones, de modo que al retornar puedan estar mucho más robustecidos.